A la economía andaluza se le acaba el viento de cola

Esa positiva evolución de la economía ha tenido su reflejo en distintos indicadores, como el de la venta de vehículos, que creció más de un 12% en 2016 (se matricularon casi 130.000 turismos y todoterrenos). Y sobre todo, muestran su impacto en la reducción del desempleo (hay 80.000 parados menos en las listas del Servicio Andaluz de Empleo con respecto a 2015, una rebaja del 8,3%, aunque la caída en el conjunto de España fue superior, de más del 9%).

¿Se mantendrá el ritmo en 2017? Los expertos no son optimistas. «Se están terminando los factores que hemos calificado como viento de cola», indica Manuel Alejandro Cardenete, catedrático de Economía de la Universidad Loyola. Estos elementos son los bajos tipos de interés , que han mejorado las condiciones de financiación; el reducido precio del petróleo , que ha rebajado notablemente la factura energética que pagan los hogares y las empresas; o el nulo crecimiento del coste de la vida (la inflación ha estado en tasas negativa).

«Esta semana el barril de Brent, la referencia del precio del petróleo en Europa, ha llegado a rebasar los 58 dólares, unos niveles que no se veían desde hace año y medio», remarca. Y a esto se le suman las consecuencias del Brexit (afectando el bolsillo de los ciudadanos británicos que invierten en la costa andaluza) o la victoria de Trump en EEUU (que afecta a naciones como México, un mercado importante para las exportaciones españolas).

Dos elementos que han ayudado al crecimiento de la economía andaluza son el turismo y las exportaciones. «La inestabilidad en otros países del Mediterráneo ha elevado espectacularmente la afluencia de visitantes extranjeros», indica Cardenete. En noviembre ya habían pasado por Andalucía más de diez millones de turistas foráneos , un récord histórico. Si bien el turismo será un elemento que seguirá impulsando la economía, las cifra de exportaciones de las empresas andaluzas "no tienen más recorrido al alza".

Con estos mimbres, Loyola Economic Outlook apunta a que en 2017 el crecimiento regional será del 2,1% (cifra inferior a la media española, situada en el 2,4%). Cardenete subraya que este porcentaje de crecimiento «sería un buen dato si la tasa de paro andaluza no fuera del 28,83% de la población activa», pero con este ritmo no se garantiza una bajada significativa del desempleo (lacra de la economía andaluza).

El lento descenso de la tasa de paro afecta también a la convergencia (es decir, a la diferencia entre la riqueza de Andalucía y la de las regiones más avanzadas). Las últimas previsiones que publicó Funcas apuntan a que a pesar del crecimiento estimado, el próximo año la comunidad autónoma continuará dando pasos atrás y se agrandará la brecha que la separa de la España más rica.

El servicio de investigación económica y social de las Cajas de Ahorros estima que el PIB por habitante de Andalucía se situará en 2017 en torno al 73,7% de la media española , con lo que se habrán perdido 3,5 puntos de convergencia desde el año 2007. Esta merma en la convergencia está relacionada con la elevada tasa de paro andaluz, que se situará en el 27,7% el próximo año, lo que supone 1.114.700 desempleados, según las previsiones de Analistas Económicos. Es decir: pese a que la tasa de paro bajará un punto y medio respecto a la de 2016 (29,2%), seguirá casi diez puntos por encima de la media nacional.

BBVA Research también confirma esta desaceleración , por la debilidad de la inversión, que "se ha reducido considerablemente" en el primer semestre de 2016 o el retroceso de las exportaciones en un 0,7% en este mismo periodo, frente al crecimiento medio en España del 4,2%; y los efectos del Brexit, que restarán un 0,4% al PIB de 2017.

Con lo cual, Andalucía sigue andando hacia la recuperación económica , pero los pasos son tan cortos que para llegar a los índices anteriores a 2007 aún queda buena parte del camino