Transición energética
Biometano: el gas renovable que nace de los residuos
El sector quiere emular el éxito de esta tecnología en países como Alemania
Emasesa utiliza naranjas para acelerar la producción de biogás
El gas renovable es una solución viable para reducir las emisiones contaminantes y lograr un modelo energético limpio . Con esta fuente se puede atender la demanda energética de los hogares, la industria y, muy especialmente, la movilidad. Aunque Andalucía es una de ... las regiones que atesora un mayor potencial, actualmente está —al igual que el resto de España— en el vagón de cola europeo de su desarrollo e implementación. Pero el papel secundario que ha jugado hasta ahora como vector en el cambio del modelo energético puede experimentar un cambio significativo a corto plazo. El Ministerio para la Transición Ecológica ya está redactando la nueva Hoja de Ruta del Biogás , ya que considera que debe asumir «un papel relevante por su capacidad para integrar la economía circular en la generación de renovables». Y para ello, ya ha iniciado una ronda de consultas para recabar la opinión de los principales actores de este sector.
El biogás se obtiene de los residuos ganaderos y agroindustriales , los lodos de estaciones depuradoras de aguas residuales urbanas (EDAR) y la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos (RSU). Inició su despegue hace dos décadas, aunque no ha terminado de consolidarse.
«La mayoría de las empresas de saneamiento de agua realizan el tratamiento de estos lodos para su aprovechamiento energético y su uso dentro de la propia estación depuradora», recuerda Gustavo Calero, director de Desarrollo Sostenible de Hidralia y responsable del impulso al biogás dentro de la patronal andaluza Claner. En el caso de la depuradora de Emasagra (empresa mixta de Granada en la que participa Hidralia), el biogás se utiliza en una planta de cogeneración con el que cubre el 40% de sus propias necesidades energéticas.
Sin embargo, el recorrido para impulsar el biogás como un vector para la descarbonización es infinitamente superior. «En Alemania hay 10.000 plantas, en España apenas hay 200... Y en ámbitos como la agroindustria y la ganadería está muy escasamente desarrollado» , apunta.
El peso de este gas en el transporte debe ser del 3,5% en 2030
¿Cómo funciona esta tecnología?Los residuos orgánicos, cuando se encuentran en vertederos, comienzan a degradarse naturalmente, a descomponerse, y ello genera un gas (biogás). Este biogás se puede someter a un proceso de limpieza y enriquecimiento llegando a alcanzar así características similares a las del gas natural (se convierte entonces en biometano), que puede distribuirse a través de los más de 13.000 kilómetros de gasoductos de transporte que hay en España. Con el aprovechamiento total de esta tecnología España podría cubrir en torno al 60% de sus necesidades, aunque la logística se complica cuando el punto en el que se produce el gas renovable está alejado de la red de distribución.
Inicio del cambio
«Las grandes compañías del ciclo integral del agua y las empresas de residuos de ciudades relevantes han liderado esta tecnología, pero debe extenderse también a depuradoras y los centros de tratamiento de residuos de ciudades medianas y pequeñas, y eso requiere apostar por innovación y tecnología que lo haga más rentable y por establecer un sistema eficaz de incentivos fiscales». También podrían articularse subastas que contemplen instalaciones de biogás, que garanticen la entrada de nueva capacidad al contar con la correspondiente retribución a la inversión y la operación.
Una de las áreas con más futuro para extender esta tecnología es en el tratamiento de purines generados por animales . Abengoa puso en marcha en 2016 la primera planta de este tipo de Campillos (Málaga), una comarca en la que se ubican algunas de las mayores granjas porcinas y avícolas de España. La cooperativa cordobesa Covap —uno de los principales productores lácteos del país— también anunció el pasado año la construcción de una gran planta de biogás para tratar los residuos de sus granjas. Paulatinamente se dan pasos adelante en entornos rurales, aunque el margen de crecimiento permite ser más ambiciosos: según el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (Idae), las explotaciones agroalimentarias y ganaderas deberían generar casi el 50% del total del biogás.
Calero cree que el despegue llegará si se dan las condiciones adecuadas. «Desde Claner hemos solicitado que haya una legislación estable que clarifique las condiciones para inyectar este gas a la red y que certifique el origen limpio de esta energía para que los consumidores puedan tener la seguridad de su origen renovable, pues hay usuarios dispuestos a pagar un sobreprecio si se garantiza su origen sostenible».
Según los objetivos de la UE, el peso de este gas en el transporte debería ser el 1% en 2025 y el 3,5% en 2030. «Las grandes flotas de transporte urbano deberían actuar como tractor para impulsar su crecimiento», incide, ya que el gas renovable es una de las principales alternativas sostenibles al uso del combustible diésel, una fuente de emisiones contaminantes.
Según el último Informe de infraestructuras Energéticas de Andalucía, de las veintiuna plantas de biogás con producción de electricidad registradas en la región, nueve están asociadas a depuradoras. En total, la potencia instalada suma 33,4 megavatios, de las que un tercio (10,4 MW) corresponden a una sola planta , la del Centro Integral de Tratamiento de Residuos de Montemarta Cónica, en Alcalá de Guadaira. El mismo informe destaca que no todas las depuradoras con producción de energía eléctrica están conectadas a red, por lo que la autoconsumen. De los 33,45 MW mencionados, 27,4 están conectados a red y 6 utilizan el biogás generado para autoconsumo.
Las empresas del ciclo integral del agua que ya producen biogás tienen potencial para ampliar su capacidad. «El 35% de los lodos aún no se someten a tratamientos para su uso energético y las que sí lo hacen pueden implementar tecnologías más eficientes que aumenten la producción». También se podrían incorporar «otros residuos y productos a las infraestructuras actuales para obtener más biogás... El sector puede duplicar sus cifras, pero se requieren inversiones que solo pueden darse en un entorno de estabilidad jurídica absoluta». De hecho, hay compañías y fondos de inversión que están esperando que la regulación sea más favorable para entrar en este tipo de tecnologías.
Un ejemplo de la capacidad de estas instalaciones para fomentar la economía circular lo representa Emasesa . La compañía ha elevado la producción de energía procesando junto a los lodos el jugo de la naranja amarga que recolecta en las calles. En la planta depuradora de El Copero utiliza el biogás que produce la descomposición de fangos e impurezas de las aguas negras que llegan a esta estación. Los técnicos de la compañía han empezado a probar un sistema con el zumo de los cítricos que se recolectan en el viario urbano para generar ese gas, dando con una fuente de energía más efectiva. «A las bacterias que utilizamos para producir el metano le gusta mucho el zumo de nuestras naranjas, que funciona muy bien», explica Enrique Vaquerizo, responsable del departamento de Aguas Residuales de Emasesa.
La fruta procedente del arbolado urbano se traslada en cubas hasta las instalaciones del Copero, donde se procesa. La cáscara y la pipas que no son útiles se destinarán a la fabricación de compost, el abono para tierras de cultivo y jardines. En esta primera prueba piloto se han utilizado 35 toneladas, y el objetivo es derivar toda la producción de Sevilla a esta planta. Es otra de las claves del biogás: su capacidad de tratar residuos de elevada carga orgánica.
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