2021, el año en el que Andalucía inició su recuperación económica tras el azote del Covid

Para animar la recuperación, el Gobierno de Juanma Moreno ha rebajado impuestos y reducido trámites burocráticos para agilizar las inversiones económicas, poniendo una alfombra roja a proyectos estratégicos . Los créditos y ayudas a empresas y autónomos, tanto del Gobierno central como de la Junta, han sido vitales para mantener el empleo y reforzar la solvencia de las compañías . Así, la Junta ha destinado 99,5 millones a trabajadores en ERTE y fijos discontinuos; ha concedido 64,7 millones de ayudas directas a trabajadores por cuenta propia; y ha entregado 250 millones de euros de ayudas para el mantenimiento del empleo en empresas afectadas por ERTE. De los 1.109 millones de euros de fondos estatales de ayudas a la solvencia para pymes y autónomos se han concedido por ahora 664 millones de euros. Y aún quedan por llegar los Next Generation.

La Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidad de la Junta estima que en 2021 Andalucía crecerá un 6,5 y un 7% en 2022. El objetivo es converger con la economía española avanzando más que la media en crecimiento del PIB regional. Estimaciones recientes publicadas por organismos como Hispalink o BBVA Research apuntan a que la economía andaluza ha crecido más que la media nacional en 2021, un diferencial positivo que aún no se refleja en el mercado de trabajo regional.

No obstante, la aparición de nuevas variantes del Covid-19, los cuellos de botella de las cadenas de suministros, los aumentos de costes básicos como los del transporte o la energía, el alza sustancial de la tasa de inflación o el retraso en la asignación y ejecución de los fondos europeos Next Geneation son factores que han enfriado las expectativas de recuperación.

Pese a ello, en este segundo año de pandemia, la coyuntura laboral regional tiene luces que hay que resaltar. Noviembre marcó un máximo histórico de afiliaciones a la Seguridad Social en la comunidad autónoma, con un pico de 3.216.793 cotizantes, 123.011 más que un año antes, lo que supone un crecimiento del empleo que roza el 4%. Este incremento está en línea con el promedio nacional. En este récord regional han tenido mucho que ver los autónomos. El auge del emprendimiento ha situado a Andalucía a la cabeza de España en número de trabajadores por cuenta propia, 562.695 afiliados en noviembre (último dato publicado).

En cifras de paro registrado, la evolución también es positiva en el año que ahora termina, con un descenso del 17% en el número de desempleados en la comunidad autónoma, una fuerte caída pareja al promedio español. El colchón de los ERTE vinculados al Covid-19 sigue amortiguando el impacto de la crisis en el mercado laboral. Más de 21.700 trabajadores siguen teniendo su empleo suspendido o protegido en Andalucía mediante este instrumento de ajuste temporal.

El otro termómetro del mercado de trabajo, la Encuesta de Población Activa (EPA), muestra también la mejora de la coyuntura laboral. El número de parados registrados en Andalucía ha bajado un 2,5% en el último año, hasta 909.300 al finalizar el tercer trimestre del año (último dato publicado), un descenso que todavía está lejos de la media española (-8,2%). La tasa de paro regional está en el 22,80%, casi un punto y medio menos que hace un año.

El sector turístico ha sido uno de los motores de la economía andaluza durante 2021, aunque las cuarentenas, los pasaportes Covid, las vacunas y los cierres de fronteras periódicos no han permitido llegar a los 32 millones de turistas de 2019. Andalucía ha mejorado la cifra de 13,3 millones de turistas de 2020 y posiblemente alcanzará los 21 millones en 2021, esperando alcanzar los 26 millones de visitantes en 2022. La sexta ola, sin embargo, ha sembrado de nubarrones las expectativas de los hoteleros.

Por otra parte, 2021 será recordado como uno de los años más convulsos en el campo andaluz, que ha salido a la calle en las distintas provincias y en varias ocasiones, para protestar por el recorte de ayudas a Andalucía que se prevé con l a nueva PAC , cuyos aspectos decisivos (como los ecoesquemas) se han negociado en el presente ejercicio. Además, la protección del lobo frente a la ganadería extensiva, el polémico etiquetado Nutriscore (que califica al aceite de oliva o al jamón ibérico como producto poco saludable) o el mantenimiento de los aranceles impuestos por Estados Unidos a la aceituna negra han incendiado al sector productor.

Se ha observado una leve mejoría generalizada en los precios en origen percibidos por los agricultores con respecto a los dos años anteriores, pero esto no ha sido suficiente para compensar el lastre que han supuesto dos episodios clave: la menor producción debido a la falta de agua en muchas campañas claves del campo andaluz y el aumento desmesurado de los costes de producción. De hecho, la del presente ejercicio ha sido calificada como «la campaña más cara de la historia», ya q ue los fertilizantes han subido entre un 239 y 307%; la energía eléctrica un 270% y el gasóleo agrícola casi un 73%. Además, la sequía obligó a los agricultores arroceros a sembrar menos de la mitad de la superficie, el verdeo se vio resentido también por la falta de agua y la campaña oleícola se prevé más corta. Asimismo, los cereales tampoco tuvieron un buen año, debido a la climatología adversa.

En el sector aeronáutico, Airbus ha cerrado su planta de Puerto Real (Cádiz), mientras que por otra parte Alestis ha salvado una situación verdaderamente delicada al aprobar su nuevo convenio de acreedores. Con todo, 2021 ha sido un muy buen año para el avión militar A-400M, que se ensambla en Sevilla y que ha exhibido sus capacidades en Afganistán y la pandemia , volviendo Airbus a recibir pedidos de compra de estas naves tras años en dique seco. Además, el Gobierno indio aprobó la adquisición de 56 aviones de transporte militar C295 (que se fabrica en las plantas de Tablada y San Pablo en Sevilla).

En la minería, la gran operación la sellaron el fondo Mubadala y Trafigura, que vendieron el 100% de Minas de Aguas Teñidas (Matsa) al grupo australiano Sandfire Resources por 1.865 millones de dólares (1.585 millones de euros). En el sector bancario, la noticia la protagonizó la fusión de Unicaja y Liberbank, sumando 4,5 millones de clientes y con presencia en el 80% del territorio nacional, convirtiéndose en la quinta entidad financiera del país, con 113.000 millones en activos.

La automoción sigue de capa caída por la falta de semiconductores en plena transición al vehículo eléctrico, aunque Andalucía se ha apuntado una buena noticia este año al lograr que la planta de Renault en Sevilla, con mil empleados y referente en cajas mecanizadas para vehículos de combustión, garantice su futuro con un proyecto de economía circular para dar una segunda vida a 10.000 vehículos usados y reacondicionar 1.000 baterías al año, además de fabricar cajas reductoras de velocidad para motores eléctricos y dos modelos de cajas para vehículos híbridos.

La empresa que no termina de ver una luz al final del túnel es Abengoa, para la que el 2021 ha sido su 'annus horribilis ': no ha sacado adelante su plan de refinanciación; ha solicitado el concurso de acreedores; los hermanos Amodio (dueños de OHL) han retirado su oferta de compra; la Guardia Civil registró durante varios días su sede en Sevilla porque la Audiencia investiga si había maquillado sus cuentas; ha habido baile de presidentes y consejeros; perdió el arbitraje de mil millones de euros que había pedido al Reino de España por el hachazo a las renovables; Europa le ha multado con 20 millones por participar en un cartel del etanol y, lo que es peor, la ayuda de 249 millones de euros solicitada a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) no termina de llegar. La compañía espera agonizante su rescate. Sobre la mesa sólo hay una oferta de compra, la del fondo estadounidense TerraMar, una oferta supeditada a la que SEPI inyecte dinero. Y por si fuera poco, Abengoa ha perdido su emblemática sede: Palmas Altas, un campus tecnológico que ha tenido que vender a la Junta de Andalucía para que una de sus filiales salde sus deudas con acreedores. Sus más de 13.500 empleados viven en vilo desde que en agosto de 2020 se planteó su tercer rescate.

que ha dado entrada en su accionariado al fondo británico AMCE, una operación que ha recibido el visto bueno del Consejo de Ministros, ya que tendrá más del 50% del capital social. Ayesa, con una facturación de 256 millones de euros y una cartera de negocio de 513 millones de euros, quiere con esta operación adquirir otras compañías, ganar volumen y llegar a una facturación de 500 millones de euros en un horizonte temporal de cinco años.

Las startup andaluzas de éxito han tenido este año, sin embargo, un año para enmarcar, ya que numerosos fondos y 'business angel' han apostado por ellas. Han cerrado rondas de financiación o han celebrado la entrada de algún inversor empresas como Carto, Universal DX, Glamping Hub, CkecKin, Trainingym, Kampaoh, Twenix, Sofiathinks o CyG.

Por otra parte, las ofertas de empleos tecnológicos han marcado el año laboral. El fuerte desarrollo de servicios online, datos, servidores y soluciones informáticas que ha acelerado la pandemia ha dinamizado el mercado de trabajo de los disputados profesionales TIC. Ingenieros de ciencia de datos, de software, informáticos, de telecomunicaciones, arquitectos de datos y de webs, físicos, matemáticos, desarrolladores de dispositivos móviles... el foco está en ellos. Son los trabajadores más demandados. No se verá ninguno de estos perfiles en la cola del paro.

El clúster regional OnTech Innovation estima que hay más de un millar de empleos buscando candidatos en Andalucía , donde el eje Sevilla-Málaga-Granada concentra un tejido de empresas TIC cada vez más denso y en crecimiento. Sevilla ha seducido a grandes firmas de ingeniería que han establecido o ampliado sus sedes en la ciudad, como Viewnext, empresa participada por IBM; Solera o la consultora Deloitte.

Pero ha sido Málaga el gran señuelo para los gigantes tecnológicos. La capital de la Costa del Sol se ha convertido en uno de los grandes epicentros tecnológicos de España . Vodafone  va a protagonizar una operación que supone un verdadero salto cualitativo. Establecerá su centro europeo de I+D+i para el desarrollo de nuevas soluciones tecnológicas y servicios digitales en Málaga, lo cual implicará «la creación de 600 puestos de trabajo, incorporando nuevos perfiles altamente cualificados» En febrero fue Google quien anunció la instalación —también en Málaga— de un centro de excelencia para la ciberseguridad. Y en el otro vértice tecnológico, Granada, a Universidad  ha creado un centro de excelencia con Indra y Google.