ESPECIAL ECONOMÍA ANDALUZA
Macarena Gutiérrez, CEO de Atlantic Copper: «La competencia global es feroz, hay que innovar permanentemente»
La compañía onubense pone en operación su proyecto 'CirCular' en 2026, con el que avanza hacia un modelo diversificado hacia la economía circular multimetal
I. A. Camacho
Macarena Gutiérrez se puso al frente de Atlantic Copper como consejera delegada el pasado abril, tras una trayectoria de casi treinta años en la empresa como directora financiera y, desde 2022, como directora general. Un largo periodo en el que ha vivido la transformación de ... la compañía de la mano de Javier Targhetta. «Mi compromiso es seguir impulsando el futuro de la empresa con un modelo innovador y diversificado hacia la economía circular multi-metal», asegura. Y en este objetivo también es clave «potenciar la automatización de los procesos incorporando la IA con el objetivo de reforzar el papel de Atlantic Copper en la producción de metales esenciales para los grandes desafíos de la transición energética y la digitalización».
— La compañía está en niveles récord de producción y facturación. ¿Estamos en un momento dulce para las materias primas?
—Atlantic Copper cerró el ejercicio 2024 con una facturación de 2.790 millones de euros, un 7,43% por encima del año anterior, y un margen operativo de 46 millones, lo que nos posiciona en una senda de crecimiento muy positiva. Sin embargo, la competencia de la industria China es feroz y tenemos que seguir innovando y acelerando los planes digitalización y diversificación de fuentes alternativas de materia prima con mayor valor añadido para avanzar de manera competitiva.
— ¿Cuánto durará este ciclo positivo?
—Los metales dan respuesta a los grandes retos del siglo XXI, como la transición energética, la digitalización, la movilidad sostenible o sectores tan críticos como la aeronáutica y la defensa. Son imprescindibles para fabricar placas solares, vehículos eléctricos, o los centros de datos necesarios para el impulso de la Inteligencia Artificial, por poner algunos ejemplos. Es evidente que la demanda va a crecer de manera muy significativa en los próximos años; se calcula un incremento del 25% en la próxima década. Por eso, además de elevar la capacidad de extracción, tenemos que mejorar nuestra capacidad de reciclaje. La UE ha marcado porcentajes mínimos para la producción interna de manera que, en 2030, el 10% de las materias primas de la UE deben extraerse localmente, el 40% deben transformarse en suelo europeo y el 25% deben provenir de materiales reciclados. Gracias a nuestro proyecto CirCular, Huelva será clave en los planes de autonomía estratégica de Andalucía, España y la UE.
— La compañía vive una revolución energética gracias a las renovables. ¿Qué metas se han obtenido ya, y cuáles son las previsiones de futuro?
—En los últimos 20 años nos hemos enfocado en dos líneas en el área de la energía. Por un lado, reducir el consumo unitario de energía por tonelada de cobre producida, área en la que hemos alcanzado el liderazgo mundial habiendo reducido el consumo en un 30%. Por otro lado, incrementar la autoproducción de electricidad a partir de calores residuales de nuestro proceso productivo, así como asegurarnos un precio competitivo y una energía renovable a través de contratos PPA. Estas dos acciones nos han permitido independizarnos del mercado, alcanzando actualmente una cifra cercana al 60% con el objetivo de llegar a un 90% en 2030. Con ello, hemos reducido las emisiones de CO2 cerca de un 40% en los últimos 10 años. Pero no nos quedamos sólo en el tema de la energía, estamos a punto de inaugurar una planta de recuperación de aguas de proceso que permitirá reducir nuestra huella hídrica en un 25%.
— También hay una transformación con CirCular: ¿Cuándo estará operativa esta planta?
—La previsión es que esté en marcha en el primer trimestre de 2026, y que se vayan incorporando progresivamente las mejoras propuestas a raíz de su declaración como proyecto estratégico por parte de la Comisión Europea. El proyecto se ha definido con una capacidad inicial de tratar anualmente unas 60.000 toneladas de metales no férreos como cobre, oro, plata, platino, paladio y estaño a partir de aparatos eléctricos y electrónicos en desuso (RAEE), previamente tratados por gestores autorizados; pero se ha planteado incrementar la capacidad hasta las 80.000 toneladas al año, así como la producción de sulfato de níquel calidad batería, la ampliación de la refinería electrolítica y la puesta en marcha de una planta de metales preciosos.
— ¿Se abre una línea que tendrá nuevos crecimientos en el futuro?
—En Atlantic Copper trabajamos a largo plazo, ya contemplamos nuevas posibilidades para producir metales esenciales para estos usos estratégicos. Por ejemplo, durante los dos últimos años hemos estado investigando cómo recuperar el antimonio y el bismuto procedentes de nuestra actividad metalúrgica, mediante un proyecto que se encuentra en fase de pruebas para valorar si es viable obtener productos comercializables de estas dos materias primas fundamentales. Se trata del proyecto Bisbee, que iniciamos en septiembre de 2023 en colaboración con la Asociación de Investigación y Cooperación Industrial de Andalucía (AICIA), con financiación del CDTI del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades; y la Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA). En estos momentos se están realizando ensayos en una planta piloto del Centro de Innovación Universitario de Andalucía, Alentejo y Algarve (CIU3A) para comprobar su viabilidad.
— En materia energética, ¿en España se empiezan a dar condiciones para que las industrias funcionen de manera competitiva?
—La energía competitiva es un factor de atracción de inversión y máxime en sectores intensivos en energía como lo son la extracción y transformación de metales. En España, los altos precios energéticos restan competitividad a nuestra industria, siendo los precios eléctricos el doble que en Alemania y tres veces el precio de Francia, un 50% más que China y un 125% más que en EEUU. Sin embargo, España tiene el mejor mix eléctrico del mundo, con una alta penetración de renovables, mayor al 60%, y una producción nuclear del 20% que aporta una estabilidad imprescindible al sistema eléctrico; por ello, la propuesta de cerrar las centrales nucleares es un disparate que va en contra de la competitividad y de la seguridad del sistema eléctrico.
—La cadena de valor del cobre es global, ¿le preocupa el impacto que puedan tener los aranceles?
—El sector de las materias primas es un mercado totalmente globalizado en el que poner restricciones puede distorsionar la toma de decisiones a la hora de invertir y tener impactos no previstos en la oferta y la demanda. Un efecto inmediato será la inflación, aspecto que nos ha tenido de cabeza en los últimos años al mundo entero y que ahora se estaría creando de manera artificial. Debemos tener en cuenta el llamado «same level playing field» o igualdad de oportunidades a la hora de aplicar la regulación. Europa tiene una regulación mucho más exigente, en calidad y cantidad, para la industria europea que otros países que exportan libremente productos a la UE, sin tener en cuenta la huella de carbono, hídrica y social asociada a sus orígenes de producción y por lo tanto no competimos en igualdad de oportunidades.
—Ha asumido recientemente el puesto de CEO de la compañía. ¿Cuáles son sus principales objetivos en los próximos años?
—Tengo la suerte de llevar casi 30 años en Atlantic Copper y haber trabajado de la mano de Javier Targhetta todo este periodo, habiendo participado de primera mano de la exitosa estrategia de la compañía. Mi gran reto es mantener el rumbo de una empresa fuerte, con un equipo comprometido y en un momento clave para el sector de las materias primas a nivel global. Mi compromiso es impulsar el futuro de la compañía hacia un modelo empresarial innovador, diversificado hacia la economía circular multi-metal y potenciar la automatización de los procesos incorporando la IA con el objetivo de reforzar el papel de Atlantic Copper en la producción de metales esenciales para afrontar los grandes desafíos de la transición energética y la digitalización.
—Conoce la evolución de la política industrial en Andalucía: ¿Cree que hay ahora una nueva ilusión por reindustrializar la región?
—La industria en Andalucía lleva años preparándose, invirtiendo en investigación y desarrollo tecnológico que se traducen en actividades más eficientes, sostenibles y seguras. Andalucía tiene un gran potencial para albergar cadenas de suministro completas, tiene materias primas, con el 90% de la minería metálica de España, y cuenta con la única empresa metalúrgica de cobre del país, ahora incorporando la planta CirCular como referente en el sur de Europa. Cuenta con el enorme parque industrial de Huelva, el mayor del territorio nacional y grandes puertos e infraestructuras. Buenas universidades, cultura y una calidad de vida extraordinaria. Además, cuenta con un gobierno estable que apuesta claramente por atraer inversión a la región. Y la sociedad respalda estas iniciativas, que suponen un crecimiento económico sostenible y respetuoso para el territorio y la creación de empleo de calidad. Creo que hay consenso e ilusión en la idea de impulsar la industria, con los máximos estándares de calidad, para que todo el mundo se vea beneficiado.
—¿Cree que han funcionado las medidas para simplificar y racionalizar trabas administrativas?
—Iniciativas como la Unidad Aceleradora de Proyectos de la Junta de Andalucía han ayudado a reducir la burocracia, pero seguimos teniendo plazos muy largos, que necesitamos reducir, siempre respetando los altos estándares de seguridad que establece la normativa. El año pasado, Europa ha aprobado el Reglamento de Materias Primas Fundamentales para dar un impulso a la autonomía estratégica en el ámbito de las materias primas, pero todavía nos falta un largo camino a recorrer para que la industria vuelva a ser competitiva, alcanzando los niveles de terceros países como EE.UU. Por poner un dato, en los últimos cinco años en EE.UU. se han promulgado 3.000 leyes; y en Europa más de 13.000 en el mimo periodo. Necesitamos estrategias concretas, con objetivos, acciones y fechas muy claras, que nos permitan así alcanzar un crecimiento industrial competitivo, innovador y resiliente, y reposicionarnos ante los cambios en la situación geopolítica internacional, reduciendo nuestra dependencia exterior y garantizando un suministro sostenible de las materias primas estratégicas.
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