El IPC en Andalucía creció en septiembre pasado un 9,2%, pero los alimentos y bebidas no alcohólicas aumentaron en lo que va de año un 12%. Si nos vamos al detalle, hay frutas que se han encarecido en origen respecto a 2021 un 264%, ... como los plátanos, o verduras que han aumentado su precio en un 153% su precio, como los calabacines. El cerdo de primera se ha disparado en origen un 46,9%, la ternera un 30,0% y el pollo fresco un 29,7%. Eso ha obligado a cambiar los hábitos de compra de los andaluces.
Álvaro González Zafra, director general de la Confederación Empresarios de Alimentación y Perfumería (CAEA), indica que «en el contexto actual se están detectando cambios en el comportamiento del consumidor similares a los que se produjeron en la crisis de 2008 y siguientes años: un aumento de la frecuencia de compra para controlar el gasto, así como una mayor planificación y programación; una disminución del tique medio de compra que varía en función de las enseñas y, en general, un menor volumen de compra».
Álvaro González Zafra, director general de CAEA
ABC
Según CAEA -que engloba grupos empresariales con un volumen de facturación de 9.000 millones de euros en Andalucía, 3.500 establecimientos y 42.000 empleados en la región- se detecta también una tendencia de los consumidores a comprar la marca de distribuidor (MDD) o productos de menor precio, además de un trasvase hacia la compra de productos de menor valor en algunas familias de alimentos, «dado que el consumidor prioriza en todo caso el factor precio por encima de otras variables de compra, como la marca, calidad, proximidad, etcétera. Muchas familias se privan ahora de caprichos que antes sí se permitían».
Subraya CAEA que los precios se han incrementado en origen, no en lineales, por lo que la distribución comercial absorbe gran parte de ese incremento a costa de «los escasísimos márgenes» en los que se mueve el sector de la distribución, entre el 1 y el 3%, según las cuentas de resultados de las empresas inscritas en el Registro Mercantil.
González Zafra advierte que el menor consumo y los cambios de los hábitos de compra, unido a los exponenciales incrementos de costes de materias primas, carburantes, y electricidad, con equipos de refrigeración de frescos y congelados en plataforma y tienda, que tienen que estar conecta, ponen en riesgo «la viabilidad económica de algunas empresas, y es por lo que se está solicitando la bajada del IVA de los alimentos, lo que dinamizaría el consumo, y un precio de la electricidad sostenible para todos».
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