El Teatro Central le dedica una semana a la coreógrafa Luz Arcas

Tres son las propuestas de Luz Arcas, la primera el míercoles día 13, 'Psicosis 4,48' una obra de Sarah Kane que Arcas dirige para la actriz, Natalia Huarte. «Es una obra teatral que me propuso el teatro Español. Aunque yo estudié dirección y arte dramático tenía apartada la parte teatral y ha sido una manera de volver, y una experiencia muy enriquecedora, pues aunque la obra tiene mucho lenguaje de cuerpo, es distinta y se sale de mi lenguaje habitual».

A Luz Arcas le interesaba especialmente esta obra de Sarah Kane que habla del suicidio, «es una autora que marcó mis primeros años de juventud y habla de un tema interesante como es el momento de lucidez en que una persona quiere abandonar este mundo por cuestiones emocionales, política o históricas. Fue un reto grande y cuando encontré a Natalia Huarte, que es una actriz maravillosa, empecé a disfrutarlo muchísimo».

Para Arcas además, haber tenido la oportunidad de montar la obra en el teatro Español, «durante un mes, es algo increíble, porque eso es normal para la gente del teatro, pero en Danza es imposible».

La segunda propuesta será el jueves día 14 con la pieza titulada 'Trilla', un sólo que surge del encuentro entre Le Parody y Luz Arcas, una indagación en los mundos que comparten: el folk y la electrónica, y la necesidad de cuestionar las estructuras verticales que nos dominan históricamente. El título hace referencia a una de las piezas clave de la obra, que desarrolla el concepto de trabajo para acercarse a una propuesta del folk del siglo XXI, un homenaje al cuerpo actual, donde el trabajo es al capitalismo lo que el rezo al cristianismo: una forma de asegurarse el paraíso, el ascenso, el éxito.

Y finalmente el día 16 será el turno de 'Bekristen/Tríptico de la prosperidad', una pieza de tres horas que incluye las obras 'La domesticación', 'Somos la guerra' y 'La buena obra'. 'Bekristen' significa cristianos en lengua fang, la etnia más numerosa de Guinea Ecuatorial, lugar donde se gesta este proyecto, «es un tríptico a imagen y semejanza de los trípticos renacentistas, que se pintan tres estados del alma muy ligados a las edades. El primero protagonizado por un elenco muy joven; el segundo entramos en las mujeres maduras y se cierra con un elenco de personas de más de 65 años que nunca han estado en escena antes».

Precisamente para este movimiento la coreógrafa ha hecho audiciones en Sevilla, «ha sido superbien, es un sector social muy interesante, porque al ser mayor de 65 me preguntaron porqué, y les dije que me interesaba el jubilado que está ya en fuera de juego y de la rueda de la economía, ese momento en que tu cuerpo ya no sirve, no está. El tríptico tiene ese viaje de edades en el sentido biológico y social». 'La domesticación' fue estrenada en los Teatros del Canal en 2019, y 'Somos la guerra' en el teatro Conde Duque en 2021.

Para finalizar este tríptico, 'La buena obra', donde la propia Arcas sube a escena. Es un proyecto que se inició en 2015 en Malabo, capital de Guinea Ecuatorial, donde Arcas desarrollaba un proyecto de danza. Si 'La domesticación' exploraba los cuerpos y sus instintos frente a las inercias económicas, y 'Somos la guerra' se acercaba a las violencias del trabajo y del parto, 'La buena obra''aborda una profecía visual sobre la obsolescencia«, explica la coreógrafa.

El tríptico confiesa que surgió de una crisis artística muy fuerte, «también una especie de rechazo a mi trabajo anterior, y unas percepciones del mundo que me vinieron porque iba a ser madre. Empecé a buscar una danza para mi más liberada, lejos de los academicismos que imperan en toda Europa y con el que no me he sentido identificada. Curiosamente esta búsqueda me devuelve a mi propia tierra y de ahí surge 'Toná' y luego 'Mariana'. Pero sí me hizo habitar el cuerpo de una manera más radical y que frenase un poco más las inercias actuales, sociales y artísticas«.

Este tríptico, que sólo se ha visto en el Festival de Otoño de Madrid, ha agotado las localidades en Sevilla, «siento que esa imagen que tuve hace años, ya está hecha, además son tres colores diferentes. Sé que se han agotado las localidades y eso emociona mucho. Meterte en una pieza de tres horas sé lo que es, soy también espectadora y hay que tener mucha fe. Para mí cualquier función es siempre la más importante, para un espectador o para dos mil, pero sí emociona la respuesta».

Confiesa ser muy intuitiva y no hace muchos planes, «luego miro hacia atrás y veo que todo ha tenido sentido. Cuando fundé la Fármaco supe que no iba a ser un trabajo de pelotazo, sino que me la jugaba a largo plazo por mi personalidad y el tipo de arte que me interesa, que es construir un lenguaje sólido que permanezca. Siento que hemos ido así, paso a paso, construyendo un lenguaje propio«.

Luz Arcas ha trabajado mucho en Asia, Africa y Latinoamérica, y esos proyectos le han dado una nueva perspectiva de la Danza, «desde que empecé me sentí descolgada de lo que se llevaba en mi época, sentía, no sé porqué si por ser andaluza o porqué, una desconexión por esa obsesión por ser centroeuropeo, por esa danza contemporánea que iba dominando la escena mundial y no me sentí conectada con todo eso. Me puse a buscar fuera y a trabajar otras oportunidades donde también formarme con otras gestualidades, nutriéndome de folklore y arte popular. Siento que en mi danza hay una reflexión antropológica, que finalmente me ha devuelto a mi propio folklore, a lo que mi tierra me da. Siento que aún hay muchos prejuicios con el folklore o el flamenco, y en ambientes contemporáneos me dicen que hago folklore, y al revés. Es muy complicado, pero poco a poco«.

Una semana en compañía de Luz Arcas

Espacio: Teatro Central. Avda. José de Gálvez. Isla de la Cartuja.

13 de diciembre. 1 19,30h.· Sala B, 'Psicosis 4.48' 

14 de Diciembre. 19,30h. Sala B, 'Trilla'

16 de Diciembre. 21,30h. Sala A, 'Bekristen/Tríptico de la prosperidad'

Entradas: 22 euros. Abono para los tres espectáculos: 39 euros.