La rehabilitación de la sede del IAPH comienza con los trabajos arqueológicos previos en el Claustro de Legos
Con estos estudios se ha confirmado la existencia de infraestructuras de época monacal de las que se tenía un conocimiento aproximado y su uso como lugar de trabajo en época de la fábrica de Pickman
El IAPH culminará la rehabilitación del monasterio de la Cartuja de Sevilla tres décadas después
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Iniciar sesiónLa Expo de 1992 no sólo fue el acicate para la gran transformación de Sevilla en materia de infraestructuras, también y sobre todo, sirvió para definir el parque tecnológico de la Cartuja y redescubrir una joya patrimonial situada a este lado del río, el monasterio ... de Santa María de las Cuevas, que alberga desde 1989 el IAPH y desde 1997 el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, CAAC. La exposición universal devolvió a la actualidad a este enclave, uno de los cuatro monasterios cartujos que hay en Andalucía, y que siglos después de su fundación sirvió para la fábrica de loza del marqués de Pickman. Sin embargo, desde esa rehabilitación de hace más de 30 años -acogió el Pabellón Real de la Expo- no se habían llevado a cabo nuevos trabajos de rehabilitación
Ahora, según ha anunciado la consejera de Cultura y Deporte, Patricia del Pozo, no sólo se van a acometer esas tareas, sino que van a suponer la «mayor inversión pública acometida por el IAPH» en su principal sede. El plan, cuya finalización se prevé para dentro de poco más de dos años, cuenta con un presupuesto de 3.146.338 euros procedentes de fondos FEDER.
El mismo ha comenzado con la intervención arqueológica de la zona oriental del Patio del Claustro de Legos, como paso previo a la redacción del proyecto de arquitectura de adecuación de los espacios aún vacantes en la actualidad en dicha sede del IAPH. Este lunes, la consejera ha podido conocer los detalles de esta fase embrionaria del proyecto, pero igual de sorprendente para el equipo que lo lleva a cabo. Sobre todo, por el tiempo transcurrido entre esas excavaciones de los años 80 y las actuales. Entonces, se atestiguó un uso anterior al monacal, con la presencias de hornos alfareros de los almohades (en el siglo XII).
Ahora, se centran en otras épocas. De momento, el equipo que capitanean Álvaro Fernández, arqueólogo y codirector de la excavación; Reyes Ojeda, arqueóloga y jefa de departamento de estudios, historia y arqueología del IAPH, y Miguel Torres, arquitecto del departamento de proyectos del IAPH, ha podido confirmar la existencia de infraestructuras de época monacal de las que se tenía un conocimiento aproximado y el uso de este espacio como lugar de trabajo en época de Pickman. Al mismo tiempo, y tras el resultado de los análisis procedentes del pozo esterquilinio, se va a poder obtener información sobre la dieta de los que habitaron sus estancias.
Este último elemento resulta muy interesante, defienden estos profesionales, porque si en la anterior gran campaña de hace más de tres décadas se analizó el pozo de los monjes, éste actual corresponde al de los legos. De esta forma, se podrá comparar la alimentación que seguían unos y otros, en base a los restos (no sólo se encuentran los alimentarios sino también piezas de vajilla) hallados. De igual forma, el análisis del entorno medioambiental, orientará la intervención arquetectónica de este espacio cuya puesta en valor se suma a la ya finalizada en 2023, que permitió la apertura de una nueva sala de exposiciones en el claustro.
Entre otras cuestiones, las obras mejorarán las conexiones internas para garantizar el transporte seguro de bienes culturales entre los talleres y las salas de exhibición.
También se incorporará una nueva señalética cultural que pondrá en valor las distintas etapas históricas del edificio y se instalará un nuevo equipamiento museográfico en la sala abovedada del Claustro de Legos. En paralelo, se llevarán a cabo importantes mejoras en eficiencia energética, con la sustitución de las actuales instalaciones de climatización, ya obsoletas, por un sistema más eficiente y con control inteligente.
El Claustro de Legos, epicentro de esta intervención, fue uno de los espacios más alterados tras la transformación del monasterio en fábrica de cerámica a partir de 1841. Las bóvedas de hormigón armado que cubren hoy los talleres de restauración del IAPH son resultado de la intervención arquitectónica de Guillermo Vázquez Consuegra durante la preparación de la Expo '92.
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