Luz Casal: «En el escenario tenemos que ofrecer a la gente aquello que le haga feliz»
La artista llega este viernes a Jerez para mostrar sus nuevas canciones y repasar sus himnos, los que la han hecho merecedora de la máxima distinción artística en Francia
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Luz Casal, en concierto
Regresa tras varios años a la ciudad de las bodegas para desgranar su álbum más profundo, y lo hace en el marco de un festival que brinda sensaciones únicas al plantear como escenario el Patio de la Tonelería de González Byass. Charlamos con ... Luz Casal sobre su actualidad artística y los últimos reconocimientos que le ha granjeado su inmensa trayectoria, su cadenciosa voz y su férrea personalidad.
- Se halla inmersa en una gira para presentar nuevo LP, 'Las ventanas de mi alma', que salió al mercado en marzo. ¿Está funcionando bien?
- Estoy contenta desde que acabé la grabación. Lo más importante es que la opinión que me llega, de toda la gente que sí lo ha escuchado entero, es que es un buen disco, que es lo que yo pienso que es, y da una enorme satisfacción. Conseguir esa sensación de que un trabajo, que te ha costado años, suene bien, o muy bien, incluso con cierta distancia es muy placentero. Yo tengo también bastante presente que mis discos se puedan escuchar pasado un tiempo. No quiero caer en tentaciones, digamos estilísticas, que correspondan a este momento y que dentro de cinco meses sea efectivamente algo pasado, sin interés. Ya las vicisitudes, el recorrido que tenga el álbum, que pueda estar más presente o menos, son cosas que se me escapan, que no puedo modificar.
- ¿Cómo se defiende un disco completo en la época de los streams, los singles sueltos, las colaboraciones…?
- Bueno, yo hasta ahora he tenido la necesidad de enseñar una variedad estilística. Yo además tengo una cierta versatilidad, una tendencia a cantar y a meterme en géneros a veces ambiguos o en géneros muy definidos. Con un álbum eso es muy fácil. Tú cantas a la noche y tienes un ambiente, cantas a la rabia y tienes otro. En este caso, a través de doce canciones se pueden exponer diferentes deseos, intimidades, el reflejo de una relación amorosa ajena, tu preocupación por el mundo que te rodea, etc..
- Con la gira recala en el Tío Pepe Festival. ¿Qué le parece cantar en el recinto de una emblemática bodega?
Es interesante. Es un lugar con otras vibraciones, con otros aromas. Yo siempre digo que los espacios también forman parte del concierto: como esté situada la gente, qué nivel tenga el escenario, los olores que te llegan, las flores que te rodean… todo eso suma en la mayor parte de los casos. Es agradable tener esa sensación de estar en sitios distintos, no de repetir el mismo patrón de espacio en el que todo es igual a la noche anterior.
- Observando el amplio repertorio (más de 20 temas) elegido para el concierto hay un claro protagonismo del nuevo disco pero también se aprecia lo más fundamental de su carrera. ¿Cómo elige las canciones?
- No puedes complacer al cien por cien a cada persona, pero no hacer los clásicos sería un fiasco, sería como negarle a la gente el derecho a que puedan cantar las canciones. Claro que hay una importante presencia de las nuevas, porque es el motivo de la gira, pero siempre se van compaginando, por estilo, por ambiente y tal, con las de siempre. Cuando los músicos y yo nos ponemos en el escenario tenemos la responsabilidad de ofrecerle a la gente aquello que le haga feliz. Yo no quiero que salgan del concierto sin haber tenido picos de alegría, de satisfacción, de decir, ‘¡Guau!’. Aunque ese ‘pasarlo en grande’, lleve por diferentes estados y estadios.
- A día de hoy, y más allá de los éxitos a nivel de ventas o de público, ¿qué canción no puede faltar en un concierto de Luz Casal?
No pueden faltar ‘Piensa en mí’, ‘No me importa nada’, ‘Entre mis recuerdos’... No puede faltar ‘Loca’, por ejemplo.
- La portada del álbum parece un guiño a Dalí. ¿Qué representan esos elementos?
Esa es la conclusión a la que ha llegado mucha gente, pero verdaderamente nosotros no tuvimos ninguna pretensión de hacerle un alejado o claro homenaje a Dalí. Lo que ocurre es que Manuel Camino -el ilustrador y creador de la imagen- es un artista digital con un mundo muy particular, con un uso del color muy concreto, que se mueve en ese lenguaje. Pero claro, en el subconsciente de mucha gente está ese cuadro de Gala de espaldas mirando al mar. La ventana, el agua, da mucha predisposición a eso. Pero más allá de todo, para mí era importante que con ese título tan contundente, que habla de enseñar aspectos mucho más profundos de los que he podido mostrar, hubiera elementos que actuaran como una puerta a determinadas canciones. Por eso la cometa está ahí para ‘La inocencia’ -en alusión a la segunda pista del LP-, está la niña con la infancia, está el mar, está el corazón, está el teléfono… Están unidos a los títulos y a las letras de algunas canciones del disco -el propio primer single del álbum ‘Hola qué tal’ refleja a la perfección esa conversación que posibilita el teléfono-.
- Sin duda esa visión artística tan personal ha debido ser uno de los motivos de la reciente distinción en Aragón y Galicia y, sobre todo, de la proclamación en mayo como Comendadora de las Artes y las Letras en Francia. ¿Qué sintió ante tal reconocimiento?
-Una enorme satisfacción, porque es la máxima condecoración para alguien que se dedique no ya a la música, sino a las artes en general. Y bueno, digamos que es una especie de colofón honorífico a mi relación con Francia. No el colofón de mi carrera musical, espero -comenta entre risas-. La primera noticia me cogió desprevenida, pues era extraño que de Caballero no hubiera pasado por Oficial, que se supone que es el grado intermedio. Directamente me pusieron ese collar -en referencia a la característica medalla con forma de estrella que se impone en el acto-. Me produjo bastante impacto y, como no, me sentí muy halagada cuando lo recibí.
Casal, recibiendo el Premio Pirineos Sur en Huesca
- ¿Cuál es su relación con el país vecino? Ya fuimos testigos de aquel ‘Luz Casal chante Dalida: A mi manera’ en 2017…
- En Francia hay muchísima música y muy diversa. Tener un pequeño espacio duradero (desde el año 91) me produce una ‘hemorragia’ de agradecimientos. El otro día haciendo un viaje de Bruselas a París, me di cuenta de que conocía el 70 por ciento del territorio francés, de que había estado en todos esos sitios en alguna ocasión.
- ¿Se está quitando espinitas con sus últimos discos? También gestó un interesantísimo disco de boleros (‘La Pasión’) en 2009...
- Todo tiene su explicación. Desde que grabé ‘Piensa en mí’, que yo siempre he considerado que más que un bolero es un fado, había pensado que ese territorio musical lo expresaba de manera natural. Probablemente por lo que en mi infancia escuché. La gente no paraba de decirme que tenía que cantar más canciones como esa, a lo que yo respondía que mientras no tuviera necesidad no lo iba a hacer, que tenía que ser algo que me apeteciera. Pero tuve un periodo marcado por un problema de salud, y ante un parón en mi carrera en el que no podía hacer conciertos pensé que podía investigar ese mundo de compositores, de intérpretes, poco conocido por mí. Esa labor casi de arqueología al final tuvo una compensación, que fue la de decidirme por ese disco que mucha gente me pedía hacer y que por otro lado me distrajo de mi situación personal, de mi situación relativamente durilla de salud.
- ¿Cómo fueron esos procesos creativos?
- Busqué canciones que significaban algo para mí, porque estaban en mi memoria. Pero quise hacerlo a la manera tradicional, por eso están los arreglos maravillosos de Eumir Deodato, que son palabras mayores en el mundo de los arreglistas, y se realizó en un estudio con músicos y con el tacto de no transformar las canciones. O sea, no se trataba de traer las canciones a nuestro presente, sino que nosotros, todos los músicos y yo misma, debíamos ir hacia ese ambiente, hacia esos años, hacia esas décadas. En el caso del disco homenaje a Dalida me propuse viajar a ese mundo de la intérprete que hizo tantas canciones, más de mil registros. Son dos trabajos paralelos que me han producido muchísima satisfacción porque por un lado eran arriesgados, pero por otro fueron importantes musicalmente y a nivel interpretativo.
- ¿Qué estilo le apetecería experimentar en futuras producciones?
Ni idea. Desde luego no soy un espíritu conformista. No me quedo en el mismo sitio. No creo que mi afán de vivir y de experimentar me lo permita, así que cualquier cosa puede pasar.
- Con una carrera dilatada como la suya, que abarca 16 discos de estudio y varios recopilatorios desde principios de los 80, ¿Nunca ha sentido alguna crisis creativa? ¿Nunca ha sentido la necesidad de parar?
No. No me ha hecho falta, porque además no sólo me nutro de mí misma sino también del mundo, de lo que hay a mi alrededor. Si eres un poco observadora puedes tener capacidad casi ilimitada de hacer cosas.
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