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'Doce soles', una trilogía de ciencia ficción juvenil que tiene a la sevillana Sol como protagonista

Amaya García y Alberto Mínguez publican 'Encélado' (Edebé), primer título de esta saga de aventuras en el espacio

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Amaya García y Alberto Mínguez, autores de 'Encélado' ABC

'Encélado' es el título de la primera novela que compone la trilogía de ciencia ficción juvenil 'Doce soles' (Edebé). Sus autores son Amaya García (Barcelona, 1988), doctora en Historia de la Ciencia por la Universidad Autónoma de Barcelona, y Alberto ... Mínguez (Sevilla, 1979), catedrático de Álgebra y Teoría de Números de la Universidad de Viena. La saga se inicia cuando el transbordador espacial Sila V despega de los confines del sistema solar con una tripulación equivocada, doce niños entre los que destaca la sevillana Sol Sierra. Durante los dos años que durará el viaje, los chavales tendrán que convivir en el espacio.

Comenta Alberto Mínguez que el origen de esta trilogía está en el hecho de que «tenemos tres hijos y desde hace varios años les leemos cada noche todo tipo de novelas. Un día, coincidiendo con ese momento en que muchos niños comienzan a sentir fascinación por el espacio, nuestra hija mayor nos pidió una buena novela de astronautas. A nosotros nos encanta la ciencia ficción, género a menudo infravalorado, pero la ciencia ficción para jóvenes suele bascular hacia lo fantástico. Entonces se nos ocurrió que tal vez podíamos crear ese libro nosotros: una historia de aventuras con un riguroso marco científico». Amaya García añade que «además, veíamos que había un interés renovado por la carrera espacial, con mucha obra divulgativa para jóvenes, pero faltaba una buena historia que respondiera a ese interés, y así fue como despegó la trilogía».

«El libro es también una historia de aprendizaje, pues los doce jóvenes no vienen con todo sabido de casa»

La crítica ha hablado de que la trilogía 'Doce soles' es deudora de 'The Martian' y de la saga de Harry Potter. ¿Están conforme con esto los autores?Sobre este tema, Amaya dice que Marc Watney, el protagonista de 'The Martian', se queda solo en Marte y tiene que luchar para sobrevivir en un entorno hostil. Es una historia de supervivencia, como la de Robinson Crusoe, solo que con la naturaleza marciana como enemigo. Del mismo modo, los protagonistas de 'Encélado' no se enfrentan al típico malo, sino al desafío de sobrevivir en el espacio, donde el mínimo error puede tener consecuencias fatales, y, al igual que Watney, usarán la ciencia para salvarse». En este sentido, Alberto añade que «el libro es también una historia de aprendizaje, pues los doce jóvenes no vienen con todo sabido de casa, y sus peripecias en la nave Calypso constituyen una suerte de 'escuela espacial'. Como en la saga Harry Potter o en ficciones como 'Stranger Things', aquí también son los jóvenes los protagonistas, y los veremos crecer, tomar decisiones y apañárselas completamente solos a lo largo de la trilogía. Pero en este caso cambiando la magia o los superpoderes por el saber científico».

La novela cuenta con el protagonismo de Sol, una niña sevillana que irá narrando las peripecias que vivirán estos doce jóvenes bajo su punto de vista. A este respecto, Amaya García subraya que, «como buena sevillana, Sol tiene mucho sentido del humor. A diferencia de otros personajes, ella representa a una niña corriente metida en una situación extrema junto a unos compañeros de viaje muy especiales. El asombro que siente se traduce en una mirada lúdica, o a veces irónica, ante todo aquello que la rodea. La otra cara de esta cualidad es la empatía: mientras que otros destacan en matemáticas, pilotaje, etc., Sol tiene unas habilidades sociales y una capacidad de escucha muy desarrolladas. Y eso hará que, llegado el momento, sus compañeros la necesiten más que a nadie». Alberto Mínguez apostilla que «nos parecía importante darle a la ciencia ficción un referente andaluz. Ojalá los lectores conecten con ella, y más ahora que Sevilla está apostando por conseguir la sede de la Agencia Espacial Española».

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¿Le iría mejor al mundo si los jóvenes tomaran algunas decisiones por los adultos? Ante esta cuestión, Alberto dice que «me temo que las decisiones que más nos afectan a menudo no las tomamos nosotros, sino que se toman cada vez más lejos y, a veces, por entes tan opacos como algoritmos matemáticos sobre los que tenemos muy poco control». «Aun así —insiste Amaya—, la toma de decisiones es un tema recurrente en la trilogía. En el primer libro, la comunicación con la Tierra es poco efectiva a medida que la nave se aleja (los mensajes tardan más de dos horas en ir y volver desde Saturno), y por dicha razón el entrenamiento al que someten a los doce chicos está encaminado a conseguir su independencia. Pero no por ello dejan de ser jóvenes enfrentados a problemas enormes. ¿Les hará eso tomar mejores decisiones? Para saberlo habrá que leer la trilogía hasta el final…».

¿Puede hacer esta trilogía reflexionar a los chavales sobre el futuro que nos espera? Amaya García dice que «esperamos que sí. Pero hemos querido alejarnos de distopías que pintan el futuro muy negro o de libros como 'El señor de las moscas', en el que los niños acaban matándose unos a otros. Es probable que la generación a la que se dirige nuestro libro tenga que tomar decisiones difíciles en el futuro, y pensamos que es importante crear imaginarios que no caigan en el pesimismo y el catastrofismo fácil».

Respeto por las leyes de la física

Amaya pertebece a un ambiente familiar más arraigado en las letras y es historiadora. Por su parte, Alberto es catedrático de Álgebra y Teoría de números. ¿Cómo ha influido esa mirada más de letras y de ciencia a la hora de escribir a cuatro manos? Amaya García responde a esto que, «aunque en la teoría nos alejamos de la distopía, cuando trabajamos juntos corre la sangre… Uno de nuestros choques constantes son los límites científicos a la ficción: los acontecimientos del libro respetan siempre las leyes de la física, y eso impone un marco más restrictivo que si escribiéramos un libro de fantasía». Respecto a Alberto Mínguez, este añade que «al final, después de mucha negociación, hemos puesto lo mejor de cada uno para construir una historia que combine buena ciencia y buena literatura».

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