cultura
Lola Pons recibe en la Casa de ABC de Sevilla el XXIV Premio Joaquín Romero Murube
A la catedrática de Lengua Española, Lingüística y Teoría de la Literatura de la Universidad de Sevilla le fue entregado el jueves este reconocimiento por el artículo 'Un café y unas palabras sevillanas'
Lola Pons gana el XXIV Premio Joaquín Romero Murube
Este es el artículo ganador del Romero Murube
Discurso de Lola Pons del XXIV Premio Periodístico Romero Murube: «Pero no nací en Sevilla»
La defensa de las palabras más añejas, las que suponen un tesoro dentro del acervo cultural sevillano, es una vocación y a la vez una gran responsabilidad. Esa labor incansable la realiza desde hace décadas Lola Pons, una de las lingüistas más prestigiosas de España. Un nutrido mosaico de esos términos aparecían en su artículo 'Un café y unas palabras sevillanas', tribuna que fue publicada por ABC de Sevilla el pasado 2 de diciembre de 2023 y que se alzó con el XXIV Premio Joaquín Romero Murube. El galardón, que otorga ABC de Sevilla con el patrocinio de CaixaBank, le fue entregado por el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, en presencia del consejero delegado de Vocento, Manuel Mirat, en la noche del jueves en la Casa de ABC de Sevilla durante una cena homenaje a la que acudieron personalidades de la política, la empresa, la cultura y la sociedad civil.
Además, asistieron, entre otros, el director de ABC, Julián Quirós; la directora general de ABC, Ana Delgado; el director de ABC de Sevilla, Alberto García Reyes; el director general de ABC Andalucía, Álvaro Rodríguez Guitart; el director territorial de CaixaBank en Andalucía, Juan Ignacio Zafra; el consejero de la Presidencia, Interior, Diálogo Social y Simplificación Administrativa, Antonio Sanz; el consejero de Industria, Energía y Minas, Jorge Paradela; el presidente de la Diputación Provincial de Sevilla, Javier Fernández, y el teniente general jefe de la Fuerza Terrestre, Carlos Melero.
La decisión de premiar este artículo la tomó por mayoría un jurado presidido por el periodista Álvaro Ybarra, y formado por el articulista de ABC y académico de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras y columnista del diario ABC Ignacio Camacho López de Sagredo; la redactora jefa de El País en Andalucía Eva Saiz Escolano; la directora general de la Fundación Focus, Anabel Morillo, y el director territorial de CaixaBank en Andalucía, Juan Ignacio Zafra.
De esta forma, Lola Pons se ha sumado a una nómina de ganadores del Romero Murube compuesta por Ignacio Camacho, Manuel Ramírez, Joaquín Caro Romero, Antonio Burgos, Francisco Pleguezuelo, Carlos Colón, Arturo Pérez-Reverte, Juan Manuel de Prada, Carlos Herrera, Manuel Alcántara, Alberto García Reyes, Enriqueta Vila, Hugh Thomas, Francisco Robles, Javier Cercas, José Antonio Gómez Marín, Carmen Posadas, Rogelio Reyes Cano, Juan Eslava Galán, Andrés Amorós, Soledad Becerril, José Joaquín León y José F. Peláez.
Lola Pons
La premiada de esta edición pronunció un discurso muy emotivo titulado 'Pero no nací en Sevilla', donde comenzaba recordando una reciente anécdota que vivió en la calle Argote de Molina, cuando se tuvo que apartar «contrariada» al paso «veloz» de un joven que circulaba en patinete con auriculares y cantando a voces en inglés. Un sevillano que iba a su lado pronunció una frase que le llamó mucho la atención: «Anda que está sano». A raíz de estas cuatro palabras que dijo aquel hombre en protesta por la actitud incívica del conductor del patinete, Pons señaló que «la lengua no es matemáticas, no es la adición de vocabulario dentro una sintaxis reglada. Una frase sin contexto no es lengua; solo funciona como ejemplo de un libro de texto de gramática e incluso la frase que parece muerta en un manual escolar, leída en su contexto, nos cuenta cosas de un tiempo y de un lugar».
A partir de ahí, planteó el enunciado de un problema de cálculo que tenía un gran trasfondo sentimental para la lingüista: «¿Cuánto tarda un Renault 8 en viajar de Barcelona a Sevilla?». Ese R8 al que se refería Pons era el vehículo que utilizaron sus padres para trasladarse en el año 1977 de Barcelona —ciudad donde esta nació— a Sevilla, cuando ella apenas tenía cinco meses. «Al llegar, mis padres se bajan del coche, están en terreno conocido: ambos son sevillanos, de El Porvenir él y del Aljarafe ella, y han traído a Sevilla a sus hijas para que se críen en esta ciudad. En el coche —prosigue— acarrean sus pertenencias de joven matrimonio de los 70: algún trasto, ropa, un cartel de Miguel Hernández que estuvo fijado en una pared de nuestro piso de Sevilla unos años y cajas de libros».
En la Sevilla de los años 80, la entonces niña comenzó a fijarse con una enorme curiosidad en todas las palabras que surgían a su alrededor, «las que se decían en casa —alcaucil, algofifa, zarcillos— y las que sonaban en la televisión —alcachofa, fregona, pendientes—. También eran los años de aprender a leer; el suelo de linóleo de la difunta biblioteca de la calle Alfonso XII me parecía el paraíso, y de allí salía con los libros en préstamo de Barbapapá y Barbamamá que devoraba feliz, semana tras semana», rememoró.
Igualmente tuvo un cariñoso recuerdo para la librería Céfiro, cuyo local ocupa actualmente un bazar chino, ya que este extinto templo de la cultura hispalense se encontraba enfrente de su colegio. Según comentó, «el buen gusto de unos libreros» le hizo memorizar un azulejo que reproducía los versos de Ibn Ammar, visir de Sevilla: «Copero, sirve en rueda el vaso, que el céfiro ya se ha levantado y el lucero ha desviado las riendas del viaje nocturno». «Poesía —continuó Pons— eran los versos andalusíes del siglo XI del rótulo librero y mera rima era la de los ripios publicitarios de los anuncios de la lejía Tres Sietes cantados por una folclórica en la televisión con mucha soltura». Eran años de muchos cambios para Sevilla y para la galardonada, de palabras que iban y venían, por eso nombró igualmente la clásica obra de Joaquín Romero Murube 'Los cielos que perdimos' como metáfora de «las palabras que perdimos nosotros».
La ganadora del XXIV Premio Romero Murube exaltó el magnetismo que siente hacia el barrio de San Lorenzo, recordó cómo vio desde la azotea de su casa el humo del Pabellón de los Descubrimientos de la Expo'92 y reveló su vinculación sentimental a espacios de la isla de la Cartuja como el Jardín Americano. Además, relató cómo le cambió su vida cuando entró en la Universidad de Sevilla con 17 años en 1994. «La Universidad me dio un sitio en el mundo y el premio de poder vivir de mi vocación estudiando y enseñando la historia de los textos antiguos, la historia de otras palabras, fundando mi propio proyecto de investigación, Historia15, cuyo nombre se inspiraba en los cuadernillos de Historia16 que había por casa», dijo.
Tras recordar las clases que impartió en la universidad alemana de Tübingen y en Oxford, Lola Pons regresó definitivamente a Sevilla, su «Ítaca particular», desde la que ha seguido ejerciendo una labor lingüística y filológica infatigable, sobre todo en lo que se refiere a la divulgación de estas disciplinas. Asimismo, agradeció al jurado la concesión del premio y a ABC de Sevilla, «que con tanto mimo y trabajo lo convoca y organiza esta velada». Y aunque alguien pudiera decirle: «Pero no naciste en Sevilla», esta filóloga aseguró que «yo volví a Sevilla, sin haber estado», una frase que «quizá sea contradictoria o semánticamente fallida, pero se entiende en su contexto. Porque una lengua no es la suma de sus palabras, igual que una identidad no es la suma de nacimiento y tradición. Mi identidad está en mi memoria y en mi contexto, y en él están mis palabras, aunque sean heredadas, aunque no sean solo mías», concluyó.
José Luis Sanz
El alcalde de Sevilla inició su intervención con una pincelada de humor, ya que dijo «identificarse» con Lola Pons porque «yo aprendí a conducir con el R8 de mi madre». También agradeció a ABC que «siga impulsando y valorando la escritura sobre Sevilla en la prensa a través de este prestigioso premio que se convoca con el apoyo y promoción de CaixaBank». Igualmente añadió que el Romero Murube es «un premio de prestigio que a su vez prestigia las letras sevillanas», y evocó al poeta sevillano que da nombre al galardón como «gran conservador del Alcázar».
A continuación, el regidor subrayó el hecho de que «más allá del 'miarma' y el 'no ni ná', Sevilla tiene una riqueza en su vocabulario que debemos cuidar como parte de nuestra cultura e identidad. 'El Pavía' que defendía el maestro Antonio Burgos, el búcaro o el vaina son palabras de nuestra vida cotidiana que se suman a las destacadas por Lola Pons en su maravilloso texto, con el que una vez más nos atrapa en el universo de las letras».
Sobre la premiada, Sanz señaló que «es tan rigurosa, pasional, amena, coloquial y académica a su vez, que me consta que muchos de sus alumnos aún recuerdan sus clases, grabadas en palabras que nunca olvidarán e integradas en un rico vocabulario que Lola les enseñó a cuidar». Y también glosó la famosa frase de Manuel Machado —justo ahora que se celebra el 150 aniversario del nacimiento de los hermanos poetas— que «en Andalucía, y sobre todo en Sevilla, se habla el mejor castellano, el más rico y sabroso castellano del mundo». Además, el alcalde dijo de la lingüista y filóloga que ABC «premia y reconoce a una mujer que ha ayudado muchísimo a que nuestra forma de hablar se prestigie, y la ha prestigiado usándola ella misma en los medios de comunicación sin aspavientos y luchando en entrevistas y escritos contra esas interpretaciones estereotipadas que han relacionado injustamente nuestra forma de hablar con la vulgaridad o la incultura bajo pretextos que no son lingüísticos, sino más bien socioeconómicos».
Después de recordar que en pocos años Sevilla se volcará con la celebración del primer centenario de la Exposición Iberoamericana de 1929, «en donde Lola Pons tendrá muchas cosas que decir», José Luis Sanz terminó aseverando que «ABC es la plataforma del mejor periodismo sevillano» y agradeció a este periódico que «siga premiando al mejor periodismo».
Alberto García Reyes
El director de ABC de Sevilla, Alberto García Reyes, inició sus palabras evocando a Luis Cernuda, Antonio Burgos y Joaquín Romero Murube, «el poeta que ilumina esta cita en la Casa de ABC». De Lola Pons dijo que «es, sin duda, una de las grandes lingüistas españolas contemporáneas y lleva años construyendo desde nuestra Universidad el monumento de las palabras», y añadió que la tribuna premiada es «un paseo por el léxico que se quedó dentro de la muralla antes de que la ciudad diese la primera vuelta al mundo».
Tras elogiar la labor de la galardonada a la hora de estudiar esas palabras «que no han sido manchadas por el panderetismo folclorista», «las que alejan a su autora de la gandinga pregoneril», se detuvo a analizar el significado de «la palabra más sevillana que existe, que es también la más compleja: ojana». Se trata de un término que, según este periodista, «ni es una alabanza hipócrita, que lo es, ni es regalar el oído o dar borricate, que también lo es».
A raíz de la expresión ojana contó una anécdota, ya que recientemente un «conocido sevillano» le felicitaba en un acto público por un artículo en el que criticaba a un tercero. Al llegar esa persona que había recibido las críticas por parte del director de ABC de Sevilla, el interlocutor u ojanero —por el hecho de repartir la ojana— se dio la vuelta y le dijo: «Ahí le he estado riñendo por lo que ha escrito de ti, se ha pasado tres pueblos». Para García Reyes, «la misión de ABC consiste en limpiar la ojana de Sevilla, en decir siempre la verdad incomode a quien incomode, en descubrir a los ojaneros que dicen una cosa aquí y la contraria allá».
Por otra parte, el director de ABC de Sevilla dijo que Lola Pons le reveló en una conversación que en un artículo científico de Manuel Ariza, que dirigió la tesis doctoral de la galardonada, este profesor aseguraba que «de los 852 documentos oficiales que se conservan de Fernando III, 247 están en romance, lo que supone casi un 30 por ciento». Ese estudio venía a confirmar que, aparte de la labor decisiva de apoyo de Alfonso X a la lengua castellana, ya su padre, San Fernando, jugó también una misión fundamental para que esta nueva lengua se afianzara. Asimismo, el texto de Ariza incidía en la idea de que en el año 1252, «cuatro años después de la conquista y con el Rey Santo ya asentado en nuestro Alcázar, se conservan 14 documentos oficiales y todos están en romance. Es decir, nuestra lengua vehicular nació oficialmente en Sevilla», aseguró García Reyes. Esa lengua viajó al resto de España y del mundo, pero «aun sabiendo todo eso, Lola sigue escribiendo artículos sobre las palabras que no cruzaron las puertas de la ciudad, las que hemos custodiado durante siglos».
Finalizó Alberto García Reyes su discurso diciendo que Lola Pons «es una sevillana a la altura de Joaquín Romero Murube. Una sevillana eterna de 'Ocnos', del 'Recuadro' y de la Giganta. Y espero que ABC, que va camino de cumplir su primer centenario en Sevilla, siga siendo siempre para todos ustedes el gran templo de las palabras que parió San Fernando y de la palabra, sobre todo de la palabra dada, es decir, de la verdad».
Juan Ignacio Zafra
El director territorial de CaixaBank en Andalucía, Juan Ignacio Zafra, resaltó al inicio de su intervención «el legado que sostiene los 95 años de historia de ABC de Sevilla, en cuyas páginas han quedado impresas las firmas de los más ilustres cronistas, literatos y escritores del último siglo». En cuanto a Lola Pons, la definió como «un referente nacional e internacional en el estudio de la lengua española y las hablas andaluzas; catedrática de Historia de la Lengua, y excelente divulgadora».
Posteriormente parafraseó a la galardonada al decir que «la lengua está en nosotros» y aseguró que «nuestra forma de hablar es una especie de marcador de ADN que nos diferencia e identifica. Por eso, solo a través de la investigación de la lengua nos conoceremos más a nosotros mismos». De ahí que, al leer el artículo premiado de Lola Pons le viniera a la cabeza la novela de Ramón J. Sender 'La tesis de Nancy', «en la que una joven norteamericana estudiante en Sevilla se encuentra perdida ante los modismos y dobles sentidos, a pesar de no separarse de su diccionario».
También agradeció a Pons por «convencernos de que no debemos despreciar nuestra forma de hablar» y por «sacar la filología a la calle, para que, aprendiendo el origen de nuestra forma de hablar, nos sintamos orgullosos, sin miedo, de permitir que nuestra pronunciación, nuestro acento, nos defina como andaluces, sin tener que enmascararlo cuando hablamos en público».
En ese sentido, destacó que ese trabajo por «alejar al andaluz del tópico» en «cierto modo se refleja en la cruzada que el propio Romero Murube llevó a cabo en nuestra tierra, reivindicando una Andalucía universal, liberada de arquetipos. Una Andalucía irreal, construida entonces sobre el imaginario romántico de aquellos que nos visitaban; de personaje simpático, gracioso, indolente, de majas, toreros y mendigos; construida hoy sobre el arquetipo del personaje de serie irrelevante y en ocasiones, inculto, de asistenta, pícaro o vago».
Zafra acabó felicitando a la galardonada por el hecho de que «como tú bien dices, la lengua es también, a su manera, un árbol, que nos resguarda, que crece con nosotros, que florece. Gracias por contarnos que las raíces de ese árbol guardan la herencia de todos los que, con su habla, nos han convertido en quienes somos hoy».
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