Premios literarios
Una biografía reivindica a Julio Camba como el gran cronista del siglo XX
Francisco Fuster presenta su libro sobre este periodista de ABC, ganador del Premio Antonio Domíguez Ortiz de Biografáis que convocan las fundaciones José Manuel Lara y Cajasol
Una biografía de Julio Camba y un ensayo sobre el bolero, premios Domínguez Ortiz y Manuel Alvar
Sevilla
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Iniciar sesiónEl gallego Julio Camba pertenece a la edad de oro del periodismo español del siglo XX, en la que convive con autores tan destacados como César González Ruano, Azorín, Josep Plá y Manuel Chaves Nogales. Con este último comparte ... Julio Camba no sólo ser uno de los grandes cronistas del pasado siglo, sino el hecho de tener que haber sido sacado del limbo del olvido gracias a la labor de los investigadores, que han mostrado la actualidad de un estilo literario que les sigue granjeando nuevos lectores décadas después de su muerte.
Uno de estos especialistas es el profesor de Historia Moderna y Contemporánea de la Universidad de Valencia, Francisco Fuster, responsable de ediciones críticas de los libros que el periodista gallego dio a imprenta y antólogo de otras tantas recopiladas por él. Ahora publica la biografía 'Julio Camba. Una lección de periodismo', que se ha llevado el Premio Antonio Domínguez Ortiz de Biografías que conceden la Fundación José Manuel Lara y la Fundación Cajasol.
Con esta biografía, sucinta y muy bien documentada, Fuster reconoce que «cierra un ciclo», tal como señaló este martes en Cajasol en la presentación de la obra galardonada y del otro premio que conceden ambas fundaciones: el Manuel Alvar de Estudios Humanísticos, que se llevó el doctor en Literatura, profesor y escritor José Javier León por el original ensayo titulado 'Bolero. El vicio de quererte'.
El jurado de ambos premios estuvo compuesto por Natibel Preciado, Antonio Cáceres, Bernardo Bueno, Jacobo Cortines, Alberto González Troyano, Ignacio F. Garmendia y Joaquín Pérez Azaustre.
Breve y documentada
El volumen que ha escrito Fuster, destacó el editor de la Fundación José Manuel Lara, Ignacio F. Garmendia, es una «biografía breve y excelentemente documentada«, que exhibe una »gran capacidad de síntesis« en sus apenas doscientas páginas, en las que resume el viaje vital y periodístico de Julio Camba desde sus primeras veleidades anarquistas y su estancia juvenil en Argentina, hasta su ascenso en el periodismo en Madrid y su abrazo de posiciones más conservadoras en paralelo de su condición de gran corresponsal en el extranjero, donde asistió a dos Guerras Mundiales y la vida cotidiana de grandes urbes como París y Londres.
«La obra completa de Camba es una crónica del siglo XX. Toda la trayectoria de ese siglo la vivió en primera persona y escribió sobre ella«, señaló este profesor de la Universidad de Valencia que ahora trabaja en una biografía sobre Azorín. Crónicas en las que el periodista exhibirá un gran poder de observación del comportamiento humano en un estilo lleno de ironía, en equilibrio perfecto entre objetividad y subjetividad.
Porque Julio Camba comprende perfectamente lo que esperan los lectores del siglo XX, tal como recoge Francisco Fuster en su biografía de sus propias palabras: «El público de los periódicos no quiere genios. Quiere enterarse de lo que pasa en el mundo, con l a mayor exactitud, con la mayor rapidez y con la mayor claridad posibles«. Y añade en otra crónica de 1913, comparando la literatura de periódicos con el café, concluyendo que debe ser «fácil, amena y digestiva», pero «nunca completamente genial».
Fichaje por ABC
Su ascenso como corresponsal en el extranjero en medios como 'La Correspondencia de España', 'El Mundo' y 'La Tribuna' hará que ponga sus ojos en él Torcuato Luca de Tena, quien lo ficha a golpe de talonario, iniciando una relación con ABC que cubrirá, durante cuatro etapas distintas entre 1913 y 1962 (año de su muerte), la mayor parte de su vida profesional.
«Ya era un corresponsal consolidado cuando lo ficha ABC, porque Torcuato Luca de Tena tenía muy buen ojo para los fichajes y lo hace porque ve a un periodista muy joven pero detecta a un futuro articulista. Lo ficha en 1913 a golpe de talonario y le ofrece enviarlo a Berlín, donde tuvo su despegue definitivo«, explica el autor de esta biografía, antes de subrayar que las crónicas de Camba suponía para un periódico dar »un salto de calidad«.
A pesar de ello, la obra de Julio Camba entró tras su muerte en un «limbo', explica este historiador, que lo condenó al olvido del que lo han ido sacando los especialistas, entre los que se cuenta Francisco Fuster, responsable de ediciones de sus obras y nuevas recopilaciones de artículos para sellos el sevillano Renacimiento y Fórcola.
Al igual que Chaves Nogales
Una labor de rescate que lo emparenta con el vivido desde los años 90 del pasado siglo por otro gran periodista del siglo XX, el sevillano Manuel Chaves Nogales. «Sin la tesis que realizó sobre su obra Isabel Cintas y su posterior biografía, también galardonada con este premio, no hubiera sido posible lo que ha venido después. Cintas fue la primera y abrió un camino por el que vendría luego la edición de sus obras completas«.
La razón de que obras como la de Camba o Chaves Nogales hayan encontrado nuevos y numerosos lectores tantos años después, reconoce este investigador, es difícil de explicar, aunque quizás, apunta, se deba al equilibrio que alcanzaron entre la objetividad periodística y la subjetividad del literato. «Si hubiera sido un corresponsal al uso que hubiera informado de manera objetiva, su obra no iba a perdurar», señala.
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