el rincón de manuel morales y fernández de xódar
«La Universidad es el sitio ideal para albergar el museo global de Sevilla»
Manuel de Morales y Fernández de Xódar tiene en la plaza de San Lorenzo su rincón preferido de la ciudad
Manuel de Morales y Fernández de Xódar en la plaza de San Lorenzo
Licenciado en Bellas Artes, hizo estudios de escenografía en Venecia y trabajo en el Metropolitan de Nueva York. Habla cinco idiomas y tiene un ego florido. Estoy seguro que, en esos cinco idiomas, denunciaría las cosas que no le gustan de Sevilla, que son tantas ... que no dan para conocerlas en una página. Es caballero de no sé cuántas órdenes, entre ellas de la San Marcos de Venecia, y académico de la de artes y letras de Portugal. Se siente rebelde con causa. Y detesta la politización de la cultura. En Nueva York se lo tuvo que pasar de escándalo con su amiga de la factoría Warhol, Paige Powell, una de las fotógrafas de la warholada de los ochenta. Trabaja en un libro sobre la genealogía ibérica. Detesta del sevillano su chauvinismo y dice que somos la ciudad del bienquedismo. Entre su lengua y el veneno se establecen alianzas. Su rincón preferido es la plaza de San Lorenzo. No aceptó que Quintero lo entrevistara. Quizás porque no compartían la misma locura.
—¿Qué trabajo conlleva el título de deleitante?
—Muy fácil: me interesa todo lo que tenga que ver con humanidades.
—Y dentro de la rama de deleitante ¿usted qué grado se otorga?
—(Risas) El máximo. Y creo que soy modesto…
—Su currículo es abrumador. En Venecia reformó un palacio del Gran Canal de más de cuatro mil metros cuadrados, para pisos turísticos.
—Viví en ese palacio mientras estuve estudiando en Venecia. Y sus dueños me lo encargaron, precisamente, porque me conocían bien. Fui respetuoso con el espacio original pero adaptado al nuevo uso. Y ganó en esplendor.
—En Nueva York fue curator de la oficina del director del Metropolitan Museum. ¿Qué medalla se apunta de su paso por allí?
—Me nombraron europeo del mes por el Junior International Club. Y le hice el último homenaje que Nueva York le rindió a Andrés Segovia antes de morir.
—¿Trató a Andy Warhol?
—En fiestas y le caí muy bien. Pero traté a miembros de la Factory como Paige Powell que la traje a Sevilla y organicé una fiesta en su honor. En esa fiesta estuvo Angelito Pantoja que le regaló una camiseta.
—Y en la Expo intervino en diversas actividades para promocionar la ciudad.
—Sobre todo hice los Concepts para montar algunas exposiciones en el pabellón del siglo XV y el espectáculo del lago. Las imágenes del espectáculo resumían la historia de la humanidad. Colaboró conmigo un canadiense que se arruinó y a punto estuvo de suicidarse.
—¿Se atreve a buscar similitudes entre Venecia y Sevilla?
-Sí. Venecia fue cabeza de un gran imperio y Sevilla igual. Ambas han sido nudos de culturas y subsisten de su gloriosa decadencia.
—También sufren un proceso de turistificación del que, al parecer, Venecia está logrando salir…
—Ha sabido gestionar su patrimonio cultural poniéndolo en valor. La ciudad se ha adecuado al turismo, que es de primera clase. Tiene trescientos sesenta y cinco días de oferta cultural de primer nivel. A Sevilla le hace falta una política cultural de esa altura.
—Hablando de Sevilla y de turismo las preguntan se nos caen del ordenador. ¿Qué solución tiene el museo de BB.AA?
—El museo de Bellas Artes tiene un planteamiento obsoleto. Es muy pequeño para la proyección que tiene. La Universidad sería el edificio ideal para convertirlo en el museo global de la ciudad. Entrando Bellas Artes, Arte y Costumbres Populares, Arqueológico y un gran espacio expositivo y educacional.
—¿Y la crisis patrimonial y estructural de muchos conventos tiene solución?
—Los conventos se tienen que convertir en pequeños paradores sin perder el uso religioso, pero dándole a las monjas un espacio más confortable y habitable. Serían ideales para hoteles de turistas concertados.
—¿Cree que Palacio debería formular un programa global de restauraciones eclesiales con el apoyo de entidades civiles?
—No solamente el Palacio Arzobispal. Todas las diócesis de Sevilla. La gente no puede ver el patrimonio porque no hay unidad de horarios.
—Saliendo de los Venerables ¿dónde ve instalados los valiosos fondos de Focus?
—En el mismo museo que le he dicho de la ciudad, en la Universidad.
—En Cazalla de la Sierra construyó y restauró el Palacio de San Benito, que creo va a poner en venta.
—Ya está en venta. Va siendo hora de que me jubile. Los trabajos administrativos y de gestión nunca me han gustado.
—Y anda buscando una ciudad andaluza que recoja su colección de arte decorativa. ¿Descartada Sevilla de antemano?
—En principio yo quería que fuera el Alcázar, al que le falta contenido. Fue vaciado durante el franquismo para decorar el Pardo. Hay muchas habitaciones infrautilizadas. Pero en Sevilla hay demasiadas cosas y prefiero Baeza o Jaén,muy relacionadas con mi familia.
—Alguna vez le oí decir que la cultura sevillana es paleta y endogámica. ¿Puede señalar?
—(Risas) Toda. Aún se pinta como Murillo y se esculpe como Montañés. Pero hay muchas Sevilla. No solo la endogámica y oficialista.
—De los muchos personajes con los que ha tratado y trabajado ¿quién le dejó más sorprendido?
—Uffff. Me quedo con mi abuelo. Al resto les vi los pies de barro…
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