Callejero sevillano
Techada: la calle de Sevilla que no veía el sol, pero sí el paso de una cofradía
Antaño, esta angosta vía del barrio del Arenal hacía honor a su nombre: los pisos altos cruzaban sobre la calle, dándole el aspecto de un túnel
La calle de la Mar de Sevilla recupera su nombre
Sevilla
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Iniciar sesiónDespués de la Madrugada, cuando las emociones más intensas y exaltadas de la ciudad de Sevilla se apaciguan y dejan paso a una calma lúgubre y de luto por la muerte de Cristo, los sevillanos más románticos acuden puntuales a una cita con el prodigio ... en el barrio del Arenal: nada más y nada menos que el pulso que la ciudad echa a las leyes del espacio al desafiar las angosturas de sus calles con todo un paso de misterio como el de las Tres Necesidades, el 'barco del carbón'.
Las estrecheces de Real de la Carretería y las calles que la cortan perpendicularmente (Toneleros, Techada y Donoso Cortés, por el lado que conecta con Antonia Díaz; y San Diego, Aurora, Pavía y Rodo por el que sale a General Castaños) conforman un pequeño laberinto en el que pocas personas ajenas a la Semana Santa de Sevilla podrían imaginar que cabría una mole como la que cada Viernes Santo por la tarde inaugura los desfiles procesionales en la carrera oficial.
Si la salida del misterio por la puerta de su capilla no es particularmente difícil, sí lo son las maniobras casi imposibles que la cuadrilla de costaleros realiza para poder plantar el paso encuadrado en la calle, comenzando a girar cuando la mitad del mismo aún se encuentra en el interior del reducido templo. Esta complicada salida fue precisamente uno de los argumentos que se dieron para impedir la venta de la vecina calle Techada a un particular hace casi dos siglos.
La calle Techada, una vía cubierta
La historia de esta callejuela a la que gran parte de los transeúntes apenas prestan atención es tan curiosa como particular. Su nombre, lejos de ser casual, se debe a que durante mucho tiempo estuvo efectivamente techada. El sol, que a duras penas alcanza el suelo actualmente debido a lo angosto de la vía, no llegaba prácticamente ni a bañar las paredes de las casas, ya que los pisos altos de las mismas cruzaban sobre la calle.
De esta manera, el extremo de la misma se disponía como arco de entrada a una especie de túnel urbano en cuyo interior se disponían las viviendas. Esta peculiaridad se mantuvo durante los siglos XVIII y XIX, hasta la década de los años veinte del siglo pasado.
Antes de que perdiera la característica que originó su denominación, en 1847 el Ayuntamiento de Sevilla trató de vender esta vía pública a un particular para que la incluyera dentro de los terrenos de su vivienda, cerrando de esta forma el acceso a la misma. Sin embargo, la iniciativa no salió adelante, siendo uno de los motivos de ello la ya mencionada salida de la hermandad de la Carretería, puesto que se argumentó que esta quedaba imposibilitada si se cerraba la calle.
Cuando la Carretería pasaba bajo un arco
Durante mucho tiempo, la cofradía del gremio de toneleros recorría en su itinerario de ida, nada más salir, la calle Techada. Ahora hace lo propio por su paralela, Toneleros. No obstante, se conserva una fotografía (la que ilustra este reportaje) del característico paso de las Tres Necesidades pasando bajo el arco de entrada a la vía cuando aún hacía honor a su nombre.
Este enclave no siempre se ha llamado así, puesto que, tal y como recoge el 'Diccionario histórico de las calles de Sevilla', estuvo incorporado a la calle Pavía entre 1868 y 1880, recuperando la independencia y su nombre al final de este período, algo que se ha mantenido hasta la actualidad pese a no estar ya cubierto. Hoy por hoy, el sol se cuela tímidamente entre las paredes de sus viviendas, quedando 'Techada' solamente como vestigio de un tiempo pretérito en el que el misterio de la Carretería desafiaba más si cabe las estrecheces de su barrio.
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