ALTAS TEMPERATURAS
Sevilla, la ciudad sin sombras con casi siete meses de calor al año
Este año los toldos son más y llegaron antes que nunca, pero todavía no se ven en la Avenida de la Constitución, Marqués de Contadero o los puentes
El Ayuntamiento de Sevilla asegura que ha plantado más de 5.000 árboles, ha abierto cien alcorques e instalará cien fuentes con el nuevo presupuesto
Sevilla
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Iniciar sesiónLos sevillanos se enfrentan desde hoy al fin de semana más caluroso en lo que va de verano por la llegada de la cuarta ola de calor de este año. Lo hacen estoicamente, intentando buscar una sombra que les ayude a superar las ... altas temperaturas que se prevén para estas jornadas, tanto en las horas centrales del día como durante las noches, que por ahora no acaban de encontrar. Ha pasado ya algo más de un año de la llegada de José Luis Sanz a la Alcaldía y, de aquella promesa de campaña de crear una ciudad «más verde, con más agua y más sombras», apenas se han podido ejecutar algunas medidas aisladas que no parecen ser suficientes a la hora de combatir la emergencia climática que afecta a medio mundo.
Por el momento, en el haber del alcalde está el hecho de contar este verano con la mayor cifra de toldos de la historia de la ciudad, que además se instalaron antes que nunca. Asegura el gobierno municipal que hay más árboles que en la misma fecha del año pasado y que, por otro lado, se han instalado también nuevas fuentes de agua potable que ayudan a mitigar el calor. Una listado de mejoras que a la vista de los resultados parece ser insuficiente, pues la capital hispalense sigue lejos de lograr una ruta sombría que proteja del sol a los vecinos y turistas. En la Plaza Nueva son conscientes de esta situación y reconocen el déficit, que achacan a la falta de presupuesto. Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos, Sevilla sigue evidenciando una clara bicefalia: la ciudad de las sombras y la ciudad desnuda frente al sol.
La urbe sevillana sigue siendo completamente dependiente de tres elementos tan antiquísimos como ausentes en muchos: árboles, toldos y, en su defecto, estrecheces. Hay casos tan reconocibles como la avenida de la Constitución y los puentes que atraviesan la dársena del Guadalquivir. Ambos proyectos de entoldado siguen a la espera de la aprobación definitiva de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía. También ha venido pasando con Marqués de Contadero, donde hace un mes se anunció el comienzo del montaje de las pérgolas, aunque hay que decir que todo sigue igual. El Ayuntamiento puntualiza que trabaja en un proyecto para instalar nuevas pérgolas en parques y colegios, así como recuperar las de la Expo para algunos puntos de la ciudad. Ahora que ya cuenta con el presupuesto también habrá, como aseguran, un «ambicioso» plan de sombras para los parques de infantiles.
En este primer año de mandato, y a pesar de la siempre recurrente excusa del bloqueo de la oposición a la tramitación de las cuentas de 2024, el Ayuntamiento de Sevilla ha puesto en marcha algunas acciones para crear más espacios de sombra en la ciudad, que principalmente se centran en un aumento de la masa arbórea, con 5.000 ejemplares nuevos. De ellos, la Delegación de Parques y Jardines ha plantado 1.500 árboles, en lugares que hasta ahora carecían de ellos como la calle Coimbra en Cerro-Amate, la plazoleta Giralda Sur en la Oliva, o la plaza Naranjito de Triana en San Pablo. El resto (3.500) se han instalado en Palmas Altas y el acceso sur a Bellavista, a cargo de Metrovacesa, la promotora que construye estas nuevas viviendas.
La planificación en esta materia no queda ahí, pues se ha firmado un convenio con la Cámara de Comercio para plantar otros mil ejemplares más en la ciudad, que vendrán a suplir las pérdidas provocadas en su día por los efectos de la borrasca Bernard. Finalmente, el gobierno señala que se han abierto también cien alcorques nuevos en calles carentes de sombras y que, en los próximos días, comenzará la instalación de un centenar de fuentes de agua en los parques, con una inversión de 450.000 euros.
Un paseo por Sevilla
El escenario mostrado por el Ayuntamiento choca con la realidad de la calle y varías con creces en función de la zona de Sevilla en la que cada uno pase sus días. Así, las sombras hispalenses, como si de la Semana Santa se tratase, tienen su carrera oficial: Plaza del Duque, Campana, Sierpes y… poco más que contar. Por el momento, la instalación de toldos se circunscribe exclusivamente al Centro, quedando pendiente, además del resto de barrios de la ciudad, zonas especialmente significativas de ese entorno como las Setas de la Encarnación, la Plaza Nueva o la Alameda de Hércules. Para muestra, cualquier día laborable a eso de las once de la mañana, cuando el reloj supera los treinta grados en el puente de la Barqueta. Ayer ocurría algo así.
Nada más bajar por la calle Calatrava, una cuadrilla de albañiles envueltos en sudor renovaba el adoquinado de la Alameda, un bulevar que desde que Monteseirín lo reinventó hace quince años han perdido el albero y sus árboles frondosos. Ahora no es más que un paseo (no) ajardinado y (poco) sombreado. Ya en la Plaza del Duque, un gruista arreglaba el destrozo de aquel autobús de Tussam que tumbó una pérgola sobre un vehículo. «Como si sobraran toldos, tiramos los que hay», decían unos taxistas en la parada.
Si toda la ciudad estuviese como el recorrido de la Campana hasta la Plaza Nueva, bien por Sierpes bien por Tetuán, el verano se podría considerar 'temporada alta' en Sevilla. Los toldos cambian la percepción climática del Centro. También la sombra natural de la zona alta del paseo fluvial de la calle Torneo: «Aquí da gusto estar», dice una señora que está sentada sobre un banco. Pese a la mejora estética, el vandalismo también empieza a degradar el espacio: las fuentes, inauguradas hace apenas unos meses, ya están pintadas y dañadas. Como en Torneo, la remodelación de Amor de Dios bajó varios grados de temperatura esta calle. Desaparecieron los aparcamientos para ver crecer unos árboles que ya cubren toda su vía.
Volviendo al Casco Antiguo, frente a las Setas de la Encarnación una guía advierte sin disimulo a su clientela: «Aquí había un mercado pero se lo cargaron para poner este mamotreto». Los turistas guardan cola para tomarse una foto con el rótulo de 'I love Sevilla' que han colocado sobre las escalinatas. Abajo, junto a los restos romanos, no hay ninguna cola para la taquilla del mirador. Quince euros ha pagado cada uno de los diez coreanos que coronan, ascensor mediante, el punto más alto. Todos toman prestados los paraguas de cortesía contra el sol.
Ya bajando aparece una familia portuguesa: «Aquí hace el mismo calor que en nuestra tierra», dicen. Más lusos había en Isla Mágica. A su lado, 'Agua Mágica', la zona acuática del parque, cuelga el cartel de 'no hay billetes'. Su playa, en cuanto a visitantes, poco tiene que envidiar a las del Algarve, Huelva o Cádiz. Es otro refugio climático de una ciudad que sigue necesitando sombras para sobrevivir al verano.
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