La tuneladora de la SE-40 lleva más de cuatro años olvidada bajo una carpa

Este tramo ha sido uno de los grandes perjudicados del parón sufrido por la ejecución de la ronda de circunvalación. El proyecto para construir los cuatro túneles para atravesar el río se dividió en dos y se adjudicó en 2009 . La Ute Colpisa, Aldesa y Bruesa asumió la ejecución de los túneles sur o embocadura oeste por 273,97 millones de euros, mientras que la formada por OHL-Azvi y Sando se hicieron con el proyecto de los túneles norte o embocadura este por 240,28 millones.

La adjudicación suponía la adquisición por parte de las empresas dos tuneladoras que podrían desarrollar la obra de forma simultánea. En el año 2010 las dos Utes firmaron con NFMTechnologies, radicada en Francia, la ejecución de las dos máquinas, con el mismo diámetro, 14 metros, y longitud, 150 metros. En 2011 Fomento cambió el proyecto y redujo los cuatro túneles a dos. Las adjudicatarias no llegaron a firmar aquel cambio y el cambio de Gobierno trajo un nuevo anuncio de revisión del proyecto.

En marzo de 2012, al poco tiempo de llegar al puerto la primera de las dos tuneladoras, la «Guadalquivir», salía a la luz que Fomento se estaba planteando sustituir los túneles por un puente , una idea que se había descartado al inicio del proyecto por el alto impacto visual que supondría y porque el gálibo del puente tendría que superar los 50 metros de altura sobre el cauce, condicionando varias obras de infraestructuras. En los últimos meses, la idea del Ministerio era recuperar de nuevo la ejecución de los cuatro túneles, aunque a día de hoy, las dudas en torno al proyecto persisten .

La segunda tuneladora nunca llegó y las obras en el tramo Dos Hermanas-Coria del Río, donde el nivel de ejecución sólo llegó al 11% en los túneles sur y en los del norte, al 14%, siguen paradas porque el proyecto sigue «en estudio» por el Ministerio de Fomento.

La tuneladora «Guadalquivir» sigue acopiada en la zona de obra. El mantenimiento mensual de la máquina , de acuerdo a los protocolos del fabricante, y los costes de vigilancia para evitar que sea saqueada, suponen un desembolso de más de un millón de euros al año , soportado, de momento, por las empresas adjudicatarias que invirtieron cerca de 42 millones de euros en la compra de la máquina.