¿Qué vida llevan Carcaño y sus cómplices del caso Marta del Castillo?

El único condenado por el crimen de Marta, que cuando mató a la joven tenía 19 años, ya tiene 32 aunque cumplirá los 33 el próximo mes de abril. Sigue en la prisión de Herrera de la Mancha, donde cumple la condena de 21 años y tres meses de cárcel que le impusieron. Eso supone que no podrá salir de prisión hasta el mes de mayo de 2030, fecha en la que tendrá 41 años.

No parece que, pese a que ha cumplido ya una gran parte de su condena, pueda beneficiarse de los permisos que se conceden habitualmente a los presos. Ha solicitado en una treintena de ocasiones permisos que la junta de tratamiento de la prisión siempre le ha denegado. Pese a que según fuentes del caso mantiene buena conducta en la cárcel e incluso participa en algunos talleres, nunca le han concedido hasta ahora la posibilidad de pisar la calle.

Apenas se comunica con sus antiguas abogadas, más allá de la felicitación que se enviaban por Navidad y tras cambiar de letrado y asignársele uno del turno de oficio, se sabe muy poco de su vida en prisión. Al parecer podría haber solicitado un vis a vis con una supuesta novia , algo que no resultaría extraño si se tiene en cuenta que, desde su ingreso en prisión en febrero de 2009, recibía cartas de admiradoras en la cárcel. Y, de hecho, en el año 2010 cuando estaba preso en Morón, el juzgado de Vigilancia Penitenciaria ya le denegó el vis a vis que pidió porque, en aquella ocasión, que el joven lo solicitaba para mantener «con una amiga de hace años», los jueces consideraron que «la persona a la que el reclamante pretendía comunicar no guarda relación personal alguna con él».

Dicen que sigue participando en los talleres de prisión, un trabajo por el que los presos suelen cobrar salarios muy bajos (la mayoría no llega a los 200 euros). Hace algún tiempo quiso aportar 20 euros al mes para hacer frente a la indemnización de 340.000 euros que debe pagar a la familia de Marta y para cuyo pago se declaró insolvente. Además otras informaciones lo situaron hace algunos meses participando en terapias conjuntas con dos amistades poco recomendables: José Bretón (el asesino de los niños Ruth y José) y Sergio Morate, condenado por matar a su novia y a una amiga de ésta. Ahora tiene por delante su vuelta a la Audiencia de Sevilla, en el juicio del Cuco, en el que está citado como testigo y, por tanto, con obligación de decir la verdad.

Francisco Javier García, más conocido como «El Cuco» era menor cuando se produjo el asesinato, Entonces tenía 15 años y ahora tiene 27. Fue condenado por el juzgado de menores por encubrimiento a dos años y once meses de internamiento en un centro, una pena que ya cumplió.

Ahora volverá a ser juzgado junto a su madre a partir del 26 de mayo por un delito de falso testimonio durante el juicio de los mayores que tuvo lugar en 2011. Eso supone que el joven volverá al banquillo durante seis días para enfrentarse a peticiones de la Fiscalía, que solicita ocho meses de prisión, y la de la acusación particular que representa a los padres de Marta y que solicita dos años de cárcel y una multa de 1.800 euros.

El «Cuco», que estuvo viviendo en Rognac , una localidad del sur de Francia donde realizó algunas labores de mozo de almacén pero nunca tuvo un trabajo estable, ha vuelto a Sevilla y tiene una imagen completamente distinta a la de aquella larga melena teñida de rubio que lució en su entrada en la Audiencia de Sevilla. Francisco Javier García se cortó el pelo hace mucho tiempo y vive en su barrio de siempre junto a su madre . Dicen que es difícilmente reconocible si alguien se lo cruza por la calle ya que tiene el pelo corto y su apariencia es la de un joven que pretende pasar desapercibido.

De hecho, según aseguran quienes los han tratado recientemente, ni estudia ni trabaja y sigue estando marcado y«muy traumatizado» por lo que ocurrió. Al parecer el joven tiene problemas psicológicos. «No ha levantado cabeza desde entonces y es el más afectado de todos. Siempre parece que está muy nervioso», afirma una fuente cercana.

Vive del sueldo de su madre , que tiene una nueva pareja después de que falleciera su marido, y no se le conoce ninguna novia. Sigue pensando que ya cumplió su condena y que él era un niño que ha pagado «con creces» lo que ocurrió la noche del 24 de enero de 2009. También que le resulta muy complicado encontrar un trabajo puesto que teme ser identificado. Volverá al banquillo el próximo mes de mayo y, seguro, intentará evitar ser fotografiado.

El hermano de Miguel Carcaño, Francisco Javier Delgado, salió absuelto tras ser juzgado junto al asesino y el resto de cómplices pero ha vuelto a la palestra últimamente. Sobre todo por su aparición en la serie de Netlfix «¿Donde está Marta?». De Francisco Javier Delgado, que ahora ronda los 52 años, se sabe sólo lo que él ha permitido que se conozca a través de sus apariciones mediáticas en las que siempre se ha ocultado bajo un pasamontañas y unas gafas oscuras. Se sabe que es padre de una hija y que trabajaba en una empresa de seguridad urbana en Sevilla Este de la que al parecer podría haber sido despedido.

En el último documental, en el que siempre sale de espaldas y con la capucha bajada, habla largo y tendido y aunque mantiene su inocencia, sigue siendo el eterno sospechoso de un puzzle que cerca de trece años después no acaba de encajar. Carcaño lo acusó de haber sido él el que mató a Marta con la culta de la pistola tras una discusión por el pago de la hipoteca. Sin embargo su hermanastro sigue defendiéndose aunque si algo queda claro en el documental es que tenía unas grandes dotes de persuasión sobre Carcaño y lo manipulaba a su antojo. Francisco Javier Delgado fue exonerado de la investigación que se abrió contra él y siempre se ha librado de todas las acusaciones que se han hecho contra él. Aunque pueda parecer lo contrario, los tribunales lo declararon inocente y no está entre los citados en el nuevo juicio contra el Cuco.

Samuel Benítez es otro de los amigos de Carcaño implicado en el caso. Pese a que fue detenido, permaneció en prisión y fue juzgado por un delito de encubrimiento, fue absuelto de todos los cargos. Benítez, que fue exonerado finalmente por el Tribunal Supremo porque no existían pruebas de su presencia en el piso de la calle León XIII donde se produjo el asesinato, vivió un tiempo en Francia, en Rognac, la misma localidad en la que reside el anterior. Benítez, que ahora ronda los 32 años, fue padre hace poco más de dos años y vive lejos de la presión mediática.

De la actividad laboral de Samuel se sabe poco. Según dicen trabajó un tiempo como modelo esporádicamente e hizo cursos de escultura e incluso llegó a exponer su trabajo en el centro cultural del pueblo cuando estuvo en Francia. Sin embargo, según fuentes cercanas, recibió una avalancha de críticas en las redes sociales. Ahora lo sitúan de nuevo en España, al parecer en la isla de Tenerife, la localidad original de su mujer. La mujer de Samuel mantuvo un encontronazo en las redes sociales con Antonio del Castillo después de que este anunciara en las redes sociales que iba a ser padre y que vivían en Tenerife . Algo a lo que el propio Samuel contestaba tildando al padre de Marta de «sinvergüenza». Se desconoce si el amigo de Carcaño sigue en esa isla o ha cambiado nuevamente de domicilio.

Es la que ha conseguido llevar una vida más anónima y sigue siendo la más desconocida de los cinco implicados en el crimen pese a que también se sentó en el banquillo por un supuesto delito de encubrimiento y contra la integridad, de los que fue absuelta pese a que la Fiscalía le pedía cinco años de cárcel.

Durante la investigación se conoció que había estado estudiando la noche de autos en el domicilio de León XIII donde se produjeron los hechos y que, según la sentencia, durmió en el piso. Sin embargo fue absuelta de todos los cargos. García Mendaro, que aparece en todas las fotos con gafas de sol y tapándose el rostro con la melena, ronda hoy los 43 años y es la que ha conseguido más anonimato. Fuentes del caso la ubican en Málaga trabajando como podóloga en una clínica después de que, segun dicen, hace ya tiempo rompiera su relación con el hermano de Carcaño. La familia de Marta vinculaba su absolución con los contactos de la familia, vinculada con la política y la judicatura.