Salida del Gran Poder
Alquileres de 600 euros sin contrato y sin fianza en los Pajaritos pero sin inquilinos morosos
Manuel Sánchez alaba el plan inmobiliario del Ayuntamiento pero lamenta que se demore su puesta en marcha «que debe incluir el acompañamiento posterior para evitar que se conviertan en narcopisos»
Jesús Álvarez
En los años sesenta del pasado siglo se hizo también una Santa Misión y todas las imágenes salieron por la calle. Recuerda Manuel Sánchez, «el cura de Los Pajaritos», que «aquí vino el Gran Poder, al Cerro del Águila fue las Penas de San ... Vicente , la Soledad de San Lorenzo fue a San Jerónimo y así fue por todo Sevilla. Y la Macarena estuvo en un garaje. Vino mucha gente de los pueblos y esto de ahora rememora un poco lo que ocurrió entonces, cuando el Señor estuvo en Santa Teresa ».
Es difícil saber cuántos católicos hay en los Pajaritos porque la mayor parte de sus habitantes no están censados. Alquilar un piso en este barrio puede costar 600 euros, pero lo normal es que no te pidan fianza ni te obliguen a firmar un contrato : los suelen arrendar personas de clanes a las que nadie se atrevería a dejar de pagar la mensualidad. Aunque los precios puedan parecer altos para el estado de las viviendas y situación de esa zona de la ciudad, suelen estar sobrehabitados con muchas personas y por eso se les denomina «pisos-patera».
«Hay muchos hombres sudafricanos, que son muy solidarios entre ellos y muy limpios, pero hay en el barrio otras situaciones peores, de maltrato, incluso infantil. El barrio tiene todos los problemas que tiene cualquier barrio de Sevilla, a los que se añade la inseguridad, el tráfico de drogas y la falta de higiene de algunas personas . Cuando veo a alguien recogiendo, por ejemplo, las cacas de los perros, se lo agradezco, y le digo «¡qué bien!»», cuenta el cura de los Pajaritos, para quien los problemas del barrio se agravan año a año. « Los que viven normalizados, que son muchos, escapan en cuanto pueden, y los que llegan en su lugar no están normalizados y esto va a peor. Ya ocurrió hace veinte o treinta años y ese exódo se dirigió principalmente a Sevilla Este. A la parroquia de Santa Ángela de la Cruz me llegaba gente que me decía "yo soy candelario o yo soy pajarero"». Orgullo de barrio, aunque tengan que huir de él.
En los Pajaritos las personas no se drogan pero su perímetro se ha convertido durante los últimos años en uno de los supermercados de drogas más importantes de la ciudad, donde gente de todas partes viene a comprarla. Cada vez hay más narcopisos. «El Ayuntamiento tiene un proyecto muy bonito para el barrio con edificios sostenibles y puede ayudar mucho, aunque se trata de intervenir bloque a bloque. Debe ser una operación integral y luego hay que acompañar a la gente porque si no esas nuevas viviendas se pueden convertir en otro lugar de violencia o de venta de droga. Hace unos días hubo tiroteos entre dos clanes de droga que se disputan el mercado de la zona.
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