La Policía destapa una red de pisos burdeles en Nervión y Sevilla Este

Las detenciones se produjeron la semana pasada después de que el juzgado autorizara la entrada y registro de varios inmuebles que controlaban los arrestados en distintos barrios de la capital como Nervión y Sevilla Este. Ésa es la principal dificultad a la que se enfrentan los investigadores a la hora de combatir este tipo de explotación sexual que se desarrolla en domicilios, que tienen una especial protección legal. Necesitan recabar indicios sólidos de que se están cometiendo delitos en esas viviendas para que la autoridad judicial dé luz verde a los registros. Y esas pruebas no son fáciles de obtener teniendo en cuenta que las chicas no salen apenas de las casas y que los proxenetas pueden confundirse con clientes.

Según han confirmado a ABC fuentes del caso, la redada se saldó con l a detención de tres hombres por delitos de explotación sexual y la identificación de 17 mujeres de nacionalidades diversas como colombiana, brasileña o venezolana. Todas ellas admitieron que habían entrado en el país con visado de turista . Al agotarse el plazo máximo de estancia con ese permiso, pasaron a convertirse en inmigrantes irregulares y quedando a merced de sus explotadores. La investigación trata de dibujar las condiciones en las que vivían estas mujeres, que apenas salían de los pisos burdeles que están abiertos al público las 24 horas. También se indaga en el nivel de control que ejercían los detenidos sobre ellas. Los agentes son conscientes que en estos espacios privados donde es muy difícil acceder a las víctimas, ella están en una situación de especial vulnerabilidad.

La explotación sexual fue de los pocos delitos que burló los confinamientos durante los estados de alarmas decretados el año pasado. Los clubes de alterne cerraron pero los pisos burdeles no. Así lo denunciaba en septiembre del año pasado la fiscal coordinadora de delitos de trata, Natividad Plasencia, durante el día Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres y Niños. En Sevilla, esa tendencia sigue en aumento, ya que hace años que se lleva observando un trasvase de la prostitución que se ejerce en calles y locales a la que se organiza en domicilios. Un dato es revelador: en 2015 había 38 clubes funcionando en la provincia y el año pasado sólo estaban operativos 18.

Estos negocios clandestinos son además un problema para los vecinos, que tienen que lidiar con las consecuencias de tener en la puerta de enfrente una casa de citas. En 2017 el Ayuntamiento diagnosticó este problema dentro de su plan contra la explotación sexual y anunció que declaraba la guerra a los pisos burdeles. Pero cuatro años después, el problema ha ido a más.