La Madeja: Qué coñazo de guerra del PP de Sevilla

Hagan ustedes el favor de dejarse ya del juego de la silla, que Sevilla está sin alcalde y sin oposición

Rafael Belmonte, Juan de la Rosa y Beltrán Pérez, en el Pleno en el que éste se despidió Vanessa Gómez

El lío del PP en Sevilla ha entrado ya en una fase vergonzante. Aparte de que ya no sabe uno quién va con quién exactamente porque todos han ido con todos en algún momento de esta historia, luego han sido todos enemigos de todos y ... después han vuelto a hacerse amigos, lo más grave de este cachondeo es la absoluta falta de respeto que están mostrando a sus votantes y a la sociedad. El último capítulo es el intento desde San Telmo de mantener a Beltrán Pérez un año más como portavoz en el Ayuntamiento después de haberse despedido públicamente. Lo que le pide el aparato regional es humillante para él. ¿Qué imagen da un político que después de recoger sus cosas y organizar un acto de despedida vuelve a colocar sus marquitos en el despacho y se queda otro año? La propuesta es de cachondeo y demuestra que algunos dirigentes de la calle San Fernando han perdido los papeles. Pero también prueba que el congreso que ganó Virginia Pérez no ha cerrado ninguna herida en el partido . Todo lo contrario. Las ha infectado. De esas primarias provinciales no para de salir pus porque en el fondo Sevilla es el palo con el que se atizan la directiva andaluza y la nacional. Qué difícil es saber perder.

La estrategia de Génova en Andalucía ha sido muy clara: ya que Pablo Casado no consigue obtener el apoyo de Juanma Moreno , que lo respalden los dirigentes provinciales. Los procesos congresuales han noqueado al aparato andaluz, que ha sufrido derrotas bastante dolorosas, sobre todo la de Sevilla. A esto hay que sumar que la ganadora, Virginia Pérez, concurría esta vez con el apoyo de quienes hace cuatro años estaban enfrente de ella y con la oposición de quienes entonces la impulsaban. No hay mejor prueba de la quiebra del partido aquí. Pero la realidad es que, guste o no a la cúpula andaluza, ella fue la que venció al candidato impuesto por el núcleo regional, Juan Ávila. Beltrán Pérez sabía que este resultado era su final y se ocupó de negociar en Madrid una salida con honores a cambio de una condición fácil de cumplir por Virginia Pérez: un pacto de integración. La presidenta cogió el Covid y este proceso se aplazó unas semanas, pero estaba por fin previsto para el pasado viernes. Y entonces Elías Bendodo — Loles López ya sólo es una figura de barro — decidió romper la baraja otra vez proponiendo un portavoz alternativo al designado por el provincial. El objetivo era cualquiera menos Juan de la Rosa. Bendodo tuvo conversaciones directas con el secretario general, Teodoro García Egea , para convencerle de que la mejor opción era otra persona, pero sin decirle cuál. No iba a favor de nadie, sólo en contra. En ese cambalache llegó a salir el nombre de una independiente, Ana Jáuregui, que ni siquiera está afiliada. Y se acabó suspendiendo el comité en el que se iba a aprobar la integración hasta nuevo aviso. Esta es toda la lamentable historia del coñazo de guerra del PP, que exige un grito desde los balcones: ¡oigan ustedes, déjense ya del juego de la silla, que Sevilla está sin alcalde y sin oposición!

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