Juan Manuel Poyato: «Tras el confinamiento la gente se desbocó y nos llegaron muchas enfermedades sexuales y embarazos»

¿Ha avanzado mucho las técnicas urológicas en los últimos años?

Sí. Junto con el doctor Natalio Cruz atendemos a pacientes de toda Europa que vienen rebotados, casi deshauciados. Reconstruimos penes amputados, ponemos prótesis de pene, hacemos vasectomía sin bisturíe incluso podemos revertirlas.

¿A qué se debe que tengamos ahora más cánceres de próstata y de otros muchos tipos que hace diez años?

A que se están diagnosticando más y mucho antes. Los médicos de familia están mucho más alerta ante este tipo de tumores y el diagnóstico precoz es mucho más frecuente, lo que ayuda mucho a mejorar las tasas de supervivencia. El cáncer de próstata es el más frecuente en el varón de raza blanca y en el de raza negra es todavía peor. En cambio no lo es en asiáticos. Los japoneses no saben operar cánceres de próstata porque no tienen.

¿Hay alguna explicación?

Se estudia la dieta, la exposición a la luz solar o a determinados antioxidantes. Pero el factor genético es el más importante: si tu padre ha tenido cáncer de próstata hay que hacerse un cribado a partir de los 45 años.

¿Hay buenos profesionales en Sevila para operar este tipo de cánceres?

Muy buenos, tanto en la sanidad pública como en la privada. Y tanto por cirugía laparoscópica como robótica. Hay un robot en el Virgen del Rocío y otro en Vithas Castilleja.

Lo último es el vapor de agua para reducir el tamaño de la próstata y en eso ha destacado el hospital de Valme.

El vapor de agua sirve para tratar tanto la hiperplasia benigna de próstata como algunos tipos de cánceres. Y el láser verde evapora la próstata. Tenemos tres grandes hospitales públicos como son Virgen del Rocío, Virgen Macarena y Valme. Y grandes profesionales trabajando en ellos.

La pandemia ha afectado a muchas especialidades médicas, de manera directa o indirecta. ¿Qué efecto tuvo el confinamiento en la suya?

Hemos hecho un estudio en el que se demuestra que durante las primeras semanas del confinamiento, en la primera ola de la pandemia,la gente dejó de tener relaciones sexuales. Fue un apagado sexual total.

¿Por miedo a contagiarse?

El miedo, en general, atenaza y crea ansiedad y eso va en contra del apetito sexual. Y por supuesto, el miedo al contagio hizo que todo el mundo se retrajera. Se abandonaron las relaciones entre las parejas, incluso entre las estables, y mucha gente tenía miedo de darle un beso a su mujer o a su marido.

¿Y qué pasó cuando acabó el confinamiento?

-Que la gente se desbocó. Un poco antes del final del confinamiento ya notamos esta reacción por el crecimiento de las enfermedades de transmisión sexual. Fue un poco antes del verano cuando nos vino la avalancha en las consultas.

¿Hubo también un mayor número de embarazos?

Sí. Hubo un incremento importante de embarazos el pasado verano, tras el fin de la primera ola de la pandemia. Y en la primavera de este año se produjeron más nacimientos que el año anterior.

El coronavirus es un virus que se comporta de manera diferente a cualquier virus.

Aún no tenemos un listado claro de síntomas de la Covid-19 a pesar del tiempo transcurrido, lo cual impide muchas veces su diagnóstico y el freno a su transmisión. El otro día escuché a alguien que decía que el coronavirus es como un tío que va con un manojo de llaves y va probando todas las puertas que se encuentra: en unas puede entrar y en otras, forzando un poquito, acaba lográndolo. Y con lo que va aprendiendo logra entrar cada vez en más puertas. Creo que es una buena metáfora sobre este virus. Los médicos estamos intentando poner nuevas cerraduras para que no entre con ninguna de esas llaves.

¿No se ha creado demasiado alarma en los medios de comunicación y en las redes sociales con las nuevas variantes? Con la última, la ómicron, especialmente...

Vivimos en una sociedad en la que la gente se asusta con todo, y, lo que es peor, le gusta asustar a los demás. Las mutaciones se producen en todos los virus y no ocurren especialmente en éste porque sea más virulento. El virus de la gripe también cambia de un año a otro. Lo que pasa es que en África, de donde procede la última variante, la tasa de vacunación no llega al 2 por ciento. Para que una campaña de vacunación sea eficiente, debe ser universal. Si los países desarrollados facilitaran una vacunación universal, los focos de vacunación se reducirían tanto que no surgirían nuevas cepas. A los europeos las vacunas no les cuestan dinero y muchos no quieren ponérsela. En África, sin embargo, muchos se las pondrían pero no tienen vacunas.

¿Y las vacunas son eficaces?

Todas la vacunas salvan vidas y son eficaces para casi todas las cepas. Puede haber muchos modelos de un Renault Megane, incluso de muchos colores diferentes, pero la Guardia Civil sabe que todos son Megane. La Guardia Civil es la vacuna y está demostrado que su aplicación disminuye el número de ingresos y muertes de una manera exponencial. ¿Algún Megane se le puede escapar a la Guardia Civil o a la Policía Nacional? Quizá, pero será muy raro. Los antivacunas han existido siempre y digas lo que digas no se lo van a creer. La política va por un lado y la ciencia por otro.

Pues hay gente que dice que esta variante es diferente.

Es que hay mucha gente quehabla de todo y entiende de todo. Yo les llamo todólogos. Hemos pasado de tener muchos virólogos a tener vulcanólogos en menos de un día. ¡España está llena de entrenadores de fútbol, catedráticos de Medicina y catedráticos de Derecho!