Obituario
José Moya y Persán: un éxito empresarial contado en tres etapas
El economista asumió las riendas de la compañía a los cuarenta años, cuando atesoraba ya una intensa trayectoria
Luis Montoto
El empresario José Moya , una de las figuras más relevantes del panorama económico andaluz en las últimas cuatro décadas, falleció ayer en Pamplona a los 67 años de edad como consecuencia de un cáncer. Fue un apasionado del Real Betis y de la ... tauromaquia (fundó la ganadería de El Parralejo), un gran benefactor de la Hermandad de los Estudiantes y un sevillano comprometido con el desarrollo de la sociedad civil; pero ante todo fue el artífice del éxito actual de Persán , una compañía que hoy emplea a más de 1.350 personas.
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Era hijo del abogado Juan Moya García , uno de los mejores mercantilistas de la Sevilla de su época, con lo cual respiró ya en la atmósfera familiar la intrahistoria de la economía de la ciudad. Aunque sus hermanos continuaron con la tradición paterna y optaron por cursar Derecho, él decidió formar parte de la primera promoción de licenciados en Ciencias Económicas y Empresariales de la Hispalense .
A los veinte
Repetía con frecuencia que entre los veinte y los cuarenta años había que «aprender a hacer», y lo cierto es que antes de tomar las riendas de Persán tuvo una intensa experiencia de gestión sin la cual no se entendería su trayectoria posterior. Su hoja de servicios comienza como director financiero de la fábrica de cerámica Pickman (La Cartuja de Sevilla), una de las industrias más antiguas de España (databa de 1840), en la que se familiarizó con la gestión de una compañía con una marca de renombre y un producto de prestigio, pero con unos activos industriales muy anticuados.
Posteriormente trabajó como consultor en la compañía Control Presupuestario , la firma que había fundado otro ilustre empresario, Valentín de Madariaga. Control Presupuestario era requerida por muchas grandes compañías de España, ya que estableció métodos muy innovadores y pioneros para la correcta auditoría de las cuentas financieras, con lo cual aquella etapa le brindó la oportunidad de estudiar una gran variedad de casos empresariales.
[[ El Parralejo, el sueño ganadero de Pepe Moya ]]
En su haber también se cuenta la dirección de Tecsa (sociedad del grupo Abengoa) y, en el ámbito de la administración pública, la gerencia entre 1982 y 1985 del área de Gobierno Interior del Ayuntamiento de Sevilla (donde dirigió una plantilla de más de 3.000 personas). Antes de liderar Persán también había fundado y dirigido seis pequeñas empresas de promoción de naves industriales, servicios de hostelería, residencia de tercera edad, promoción inmobiliaria y servicios informáticos.
A los cuarenta
En 1993 cumple cuarenta años, el momento de «hacer». Se convierte entonces en consejero delegado y presidente de Persán , cuando ya había desarrollado su afilado instinto y sagacidad para la gestión. No era una tarea fácil. El origen de Persan se remontaba a 1940, era una industria histórica de la ciudad en la que era accionista su esposa Concha Yoldi, nieta de uno de los fundadores y, a la postre, su gran aliada en el relanzamiento de la misma.
Cuando Moya se puso a los mandos de la compañía atravesaba múltiples y severas dificultades que podrían haberla conducido al cierre. Sin embargo, él sabía que en su seno se atesoraba también un largo historial de éxitos. Persán tenía la semilla de la ambición por tener buenos productos, con un amplio bagaje de hechos innovadores, como el lanzamiento del primer detergente con escamas ( Saquito ), el primer detergente sintético en pastilla para lavado a mano ( Flota ) o el primer detergente en pastilla para lavadora (Puntomatic ). Identificó todas las áreas de mejora: el capital estaba muy atomizado, había carencias en el plano profesional (apenas tenía en plantilla una docena de titulados), existían productos no rentables, la situación financiera era muy frágil y, en el aspecto puramente industrial, había numerosos equipos obsoletos.
Darle la vuelta a esa situación y refundar la compañía fue la ardua labor de Moya , culminada con enorme éxito, ya que reordenó el capital, dotó a Persán de un equipo con más de 150 titulados superiores, acometió un plan de inversiones que sobrepasaba los 200 millones y reforzó el departamento de I+D. Resolvió así los graves problemas estructurales y logró convertirla en un grupo industrial que batía a las multinacionales, un caso único en Europa.
Moya inspiró la confianza necesaria a los inversores para liderar una operación financiera de la que había muy pocos precedentes en Andalucía, como fue la entrada en en el accionariado de dos fondos de capital riesgo (gestionados por Ahorro Corporación) y de las entidades El Monte y San Fernando, que aportaron solidez y que, al salir de Persán, multiplicaron por cinco el valor de su inversión. Gracias al éxito de esta hoja de ruta pudo ganarse la confianza de grandes clientes como Mercadona.
[[[ Luto en Los Estudiantes por la muerte de Moya ]]]
En noviembre de 2009 ya era dueño del 100% de Persán y estaba ejecutando en su plenitud la política que quería para la empresa, «la mayor y más moderna planta de detergentes de Europa», como repetía con orgullo. Junto a su esposa logró el tándem perfecto para erigir este emblema de la industria sevillana y consolidar la actividad de la fundación, que es el corazón de la compañía. Ambos han trabajado codo con codo y las palabras de su esposa cuando recibió la medalla de la ciudad el año pasado describen a la perfección esa trayectoria de cariño y de éxito: «Pepe es un compañero y un socio en todas las facetas de mi vida».
A los sesenta
Los veinte años eran para aprender, los cuarenta para hacer, y los sesenta para dejar hacer, así que en 2013 inició el relevo generacional , dejando como consejero delegado al directivo Antonio Somé y dando paso a dos de sus hijos, Javier y Juan (su hijo José se decantó por la abogacía y es socio de Cuatrecasas). Decía que la empresa necesitaba la exigencia, la ambición y la frescura que aportaba la juventud, y que él se dedicaría a «vigilarlos para que estén unidos y funcionando al máximo nivel, además de aportar la visión estratégica». Ha sido el tiempo en el que Persán se han convertido en una multinacional que gestiona también factorías en Francia y Polonia.
Desde entonces José Moya se dedicó más a la diversificación de los negocios familiares (lideró la creación de la socimi Trajano ) y asumió un papel más comprometido en la sociedad civil, creando el Centro de Debate y Desarrollo y entrando en el consejo del Instituto de la Empresa Familiar... Pero lo que más le ocupaba era Persán, pues nunca dejaba de pensar en cómo sería el sector en la próxima década para estar siempre preparado. Aunque reconocía que era una vida dura, su gran objetivo era crear afición y promover el emprendimiento, lograr que los empresarios adquirieran el prestigio social que se merecían. Y en ese punto, su gran labor ha sido el ejemplo que ha dejado.
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