La Madeja
El error de Espadas
A veces la ambición es ciega y el alcalde de Sevilla no supo ver que Sánchez está ya amortizado en el PSOE
Pedro Sánchez y Juan Espadas, en un mitin
La ambición no tiene por qué ser mala, pero la codicia lo es siempre. Es legítimo querer mejorar siempre que no se incurra en competencia desleal o se aspire a un puesto para el que no se está preparado. Lo primero conduce a ... la injusticia y lo segundo a la frustración. Juan Espadas no ha sabido medir las consecuencias de su fuga del Ayuntamiento y ahora agoniza de mitin en mitin por los confines de Andalucía a la espera de un resultado electoral que las encuestan auguran muy malo para sus intereses. El candidato socialista no ha empujado a nadie para coger ese puesto, es decir, no ha llegado ahí con deslealtad a nadie, pero sí ha sido empujado por el peor presidente del Gobierno de la historia de España . Llega a la cima del PSOE andaluz en un momento en el que su partido está amortizado a nivel nacional. Pero ser el candidato de Pedro Sánchez no es el único error que ha cometido el exalcalde de Sevilla en el último año. Su mayor equivocación ha sido admitir la tutela de Ferraz. Espadas está interpretando a un personaje que no tiene nada que ver con él. Y la gente no es tonta.
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Lo más probable es que a partir del próximo domingo por la noche, Juan Espadas tenga que replantearse su futuro. Y a lo mejor en ese momento se lamentará de haber abandonado un Ayuntamiento que tenía más o menos controlado, en parte por la ausencia total de oposición y en parte por su carácter sereno, para convertirse en el muñeco de trapo de Sánchez en Andalucía. El propio lema que el PSOE ha puesto a circular esta campaña es un mensaje subliminal de lo que está pasando: «Si votamos, ganamos» . Andalucía es socialista en esencia, pero los simpatizantes del partido están aburridos y pueden aprovechar esta cita electoral para castigar al presidente del Gobierno. En ese caso, Espadas pasará a la historia como el candidato que acabó con Sánchez. Y teniendo en cuenta el carácter del jefe, el 20 de junio se habrá olvidado de él después de haberle atribuido todo el fracaso. Si el PSOE se da el batacazo que pronostican los sondeos, llegaremos a ver cómo Sánchez se desentiende de Espadas al instante y culpa de su designación a cualquiera que pase por allí. El presidente es infalible. Nunca es el responsable de lo malo. El exalcalde de Sevilla se quedará solo.
El día después de las elecciones, Sánchez se desentenderá de él y le culpará de todo
Juan Espadas hizo poco al frente de la ciudad, no nos engañemos. En seis años como alcalde, los grandes proyectos de Sevilla no han avanzado , aunque hay que reconocerle un empeño permanente por la concordia entre las distintas administraciones. Pero la política es muy cruel y la medalla no es para quien impulsa una obra, sino para quien la inaugura. Por eso el socialista será recordado sólo como el alcalde de la Sevilla sucia que nunca quiso a la ciudad porque a la primera oportunidad que tuvo la abandonó por ambición. Espadas no supo ver, en definitiva, que es mucho más importante ser el alcalde de Sevilla que el líder de la oposición andaluza. Saltó literalmente al vacío y ni él mismo sabe en qué despachito oscuro acabará.
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