CRAIN: en el cerebro de la lucha contra el narco

Ellos forman parte de una estructura, con base en Sevilla, que está siendo pionera en una forma de combatir la delincuencia organizada a nivel nacional. Es el Centro Regional de Análisis e Inteligencia contra el Narcotráfico (CRAIN) y ABC ha entrado en su oficina para conocer cómo funciona esta suerte de cerebro de la guerra contra el narco.

En una zona del cuartel de Eritaña, en el mismo edificio que tiene su oficina el general jefe de la Guardia Civil en Andalucía, un grupo de agentes apenas levantan la vista de sus ordenadores para saludar a ese par de invitados que han venido a interrumpir momentáneamente su jornada. Las paredes de la estancia están cubiertas de símbolos y material de trabajo que resumen a la perfección cuál es su cometido. A un lado, en una inmensa pizarra están apuntadas todas las operaciones policiales que hay abiertas divididas por zona de referencia (Huelva, Cádiz, Sevilla...). Información sensible que no se puede fotografiar pero que da una idea del volumen de trabajo que tienen encima de la mesa. A la pizarra apenas le queda espacio libre.

A la izquierda, justo antes de entrar en el despacho del oficial del equipo, una bandera de España con un crespón y la fotografía del teniente coronel Jesús Gayoso , jefe del Grupo de Acción Rápida (GAR) , que murió en marzo del año pasado de coronavirus . Se infectó durante un operativo que dirigió en La Rioja para aislar a unos vecinos de Haro. Era uno de los primeros focos de la pandemia . El homenaje que hay en el CRAIN se debe a la apuesta que hizo Gayoso por este centro. El GAR fue una de las primeras unidades que se desplazaron al Campo de Gibraltar cuando en 2018 se dio la orden política de que había que poner freno a una situación que se había vuelto insostenible: alijos a plena luz del día y en playas llenas de bañistas, vídeos de los narcos mientras conducían una lancha que no dudaban en colgar en redes sociales y un sentimiento generalizado de impunidad absoluta.

En otra de las paredes del CRAIN destaca un bordado enmarcado, como las piezas de punto de cruz que decoran muchos hogares. «Eso estaba en la casa de un narco de Huelva», señala un agente. El cuadro reproduce una lancha planeadora como las que usan para introducir la droga por la costa. Y a poca distancia, el escudo del antiguo Centro de Concentración contra el Narcotráfico (CCON) , cuyo nombre se cambió el año pasado a CRAIN para no confundirlo con otras estructuras ya en funcionamiento.

«Lo que estaba pasando en el Campo de Gibraltar nos obligó a plantearnos que debíamos combatir ese problema desde una perspectiva más global. Hasta entonces se trabajaba desde las distintas comandancias , pero estas organizaciones se mueven por todo el territorio, tienen múltiples conexiones y la información que se recogía no nos llevaba más allá. Se necesita conectar todos esos datos que aparecían en distintos sitios y que por si solos poco decían», señala el teniente coronel jefe del CRAIN. Ese trabajo lo inició la Guardia Civil antes de que en 2018, el gobierno aprobara un plan de seguridad específico para el Campo de Gibraltar, que después se ha ido ampliando a otras zonas.

Desde la Guardia Civil se decidió llevar al terreno de la investigación contra el narcotráfico técnicas que ya habían usado en la lucha antiterrorista. El GAR había sido el grupo de elite en las operaciones que fueron mermando hasta su disolución a ETA y es una de las piezas que conforman el CRAIN; el resto de efectivos proceden de Policía Judicial, Asuntos Internos y del Servicio de Información. «Algunos no se creían lo que estábamos montando al reunir a unidades que suelen trabajar en solitario, pero estamos demostrando que ese cruce y análisis constante de información es clave». Los resultados hablan por sí solos, desde que se creó este centro en el verano de 2018 hasta finales del año pasado han sumado más de 5.000 detenidos y más de 600 toneladas de droga incautadas.

Entre los arrestados, 27 guardias civiles que se corrompieron. «Sabíamos que teníamos que luchar contra eso. Los narcos invierten en seguridad y esa seguridad la buscan en compañeros que por desgracia nos traicionan». Es aquí donde juega un papel clave la unidad de Asuntos Internos, que rara vez había trabajado en equipo como ahora. «La información se obtiene por distintos cauces y somos nosotros los que la ensamblamos». Por eso, cuando llega el momento de la redada, de la explotación de un operativo, estos agentes que no suelen trabajar en el campo, se desplazan para participar en los registros. «Un analista puede decirle al compañero donde buscar porque ya sabe de antemano lo que hay».

Desde la Guardia Civil se está trabajando para que el CRAIN no sea un destino eventual, que se creó dentro de un plan específico, sino que forme parte de la estructura fija de la IV Zona de Andalucía . En este centro son conscientes de que el narcotráfico es un problema de profundas raíces, cronificado en algunas zonas de Andalucía y muy difícil de eliminar por completo. El principal escollo está enfrente geográficamente. El gran productor mundial de hachís es nuestro vecino, Marruecos. «Nosotros hacemos nuestros trabajo, pero también se debe abordar el problema desde la educación, lo social, lo judicial...», reflexiona el teniente coronel.

El poder de la información. Ésa es la base sobre la que pivota el trabajo de este centro de inteligencia, que busca anticiparse a los movimientos de los narcos para poder ser efectivos. Lo ocurrido durante el confinamiento domiciliario, al inicio de la pandemia, sirve de ejemplo. «Durante esas semanas se paralizó bastante la actividad. Eso provocó un stock de mercancía en Marruecos que era insostenible para ellos. Cuando se relajaron las medidas, hubo un repunte de envíos que nosotros ya sabíamos a qué obedecía y pudimos atajarlo rápido», describe otro de los oficiales del equipo, el comandante y jefe directo de los agentes del CRAIN.

Cuando echó a andar el equipo, algunos de sus componentes no habían tenido apenas contacto con las investigaciones sobre narcotráfico. Esa experiencia la aportaban los funcionarios que venían de los grupos de Policía Judicial. Las técnicas de análisis de la información y los recursos en la obtención de datos, las pusieron otros. Casi tres años después, todos son expertos en tráfico de drogas debido a la exigencia de un trabajo «para el que no hay horarios, como tampoco lo tienen los narcos».

Desde este cerebro de las operaciones se detectó también cómo los narcos estaban usando la ruta africana para introducir a través de la costa y de ríos como el Guadalquivir lanchas con cocaína ; o se descubrió una base logística que habían montado en territorio español, en las islas Chafarinas, reconvirtiéndolas en refugio de narcolanchas. También son responsables de haber reorientado el objetivo de muchas investigaciones para atacar directamente a las infraestructuras de las organizaciones: lanchas, combustible, naves...aunque no se interviniera droga. «Si les quita los medios les complica el regreso al negocio y al final, de eso se trata».