El número de pacientes a los que el Covid deja secuelas graves se reduce del 20 al 8 por ciento

Otros estudios señalaban que a otro veinte por ciento de los pacientes les quedaban otro tipo de secuelas mucho menos graves como anosmia (pérdida de olfato), urticarias, caída de pelo, cansancio, dolor torácico y palpitaciones.

Sin embargo, con la perspectiva que da el tiempo transcurrido desde el fin de la primera oleada de la pandemia, se puede afirmar que muchas de estas secuelas, que se daban en un determinado porcentaje de pacientes tras recibir el alta hospitalaria, están desapareciendo y actualmente sólo un 8 por ciento de pacientes que supera el coronavirus sufren secuelas respiratorias a los 3 meses del alta hospitalaria.

Ésta es la conclusión que arrojan algunos de los últimos estudios y la propia experiencia que ofrece el Hospital Virgen Macarena de Sevilla, según asegura Agustín Valido , jefe del Servicio de Neumología. «Hace algunos meses los datos nos orientaban a que un 20 por ciento de pacientes sufrían secuelas respiratorias, pero ahora hemos comprobado que ese porcentaje se ha reducido a un 8 por ciento de los pacientes que han ingresado en nuestro hospital a los tres meses de recibir el alta», asegura.

Se refiere este experimentado neumólogo a neumonías graves que precisaron de estancia hospitalaria. «Venimos observando que el 80-85 por ciento de los infectados no necesita ingresar en un hospital y sólo el 5 por ciento acaba en la UCI, pero de ese 15-20 por ciento que precisa un tratamiento en el hospital, solo el 8 por ciento tiene secuelas respiratorias.

Valido recuerda que al principio de la pandemia se hablaba de alteraciones respiratorias en el 40-45 por ciento de los pacientes hospitalizados en China en el momento del alta «pero esas series no se han reproducido en Europa y Estados Unidos -afirma-. Hemos hecho un seguimiento de esos pacientes al mes de darles el alta hospitalaria y el porcentaje de pacientes con secuelas leves respiratorias no superaba el 20 por ciento; pero a los tres meses de dejar el hospital ese porcentaje ya no rebasaba el 8 por ciento».

La mejoría en esos tres meses ha sido, pues, evidente en la evolución de esas secuelas para más de la mitad de esos pacientes, según los datos recabados de los pacientes del Hospital Virgen Macarena. «Aunque nos hemos centrado en el seguimiento de posibles alteraciones respiratorias, sí se han detectado casos con síntomas persistentes como cansancio, febrícula y otros síntomas menores pero se han superado», dice Valido.

El mayor miedo que tienen los neumólogos es que aparezcan alteraciones fibróticas en el pulmón . «Aún no podemos saberlo y faltan unos meses para comprobarlo», aclara Valido.

Respecto a los artículos científicos que dicen que hay otros órganos que igualmente manifiestan secuelas como fenómenos trombóticos que se asocian a la recuperación tras el Covid, Valido dice que «también lo estamos estudiando pero nosotros solo hemos tenido hasta ahora un caso». También se habla en ellos de secuelas neurológicas como trastornos olfativos o procesos de ictus «pero son datos con poca casuística en este momento o trastornos cardiacos asociados como miocarditis con muy poca casuística». Este neumólogo asegura que «lo más relevante son los problemas respiratorios y para ello hemos preparado el seguimiento en el Virgen Macarena con una consulta específica para estos pacientes».

Como dice el cardiólogo Javier Martín Moreiras , la secuela principal del coronavirus «es el miedo». «Se ha generado una psicosis que hace que la gente está muy asustada», dice. El III estudio de Salud y Vida Aegon lo confirma: nueve de cada diez españoles han sufrido estrés en los últimos doce meses por motivos ligados al coronavirus, bien sea por miedo al contagio personal o de un familiar ( 44,8% ) o por estar confinado ( 36,2% ). Todo ello habría extendido a más de la mitad de los españoles el insomnio (un 51,5 por ciento declara tener problemas para dormir), la ansiedad (50%), y la irritabilidad y la ira (50,9%). Son las secuelas psicológicas que se está cobrando el coronavirus en las personas que no han sufrido directamente la enfermedad.