La Cabalgata más torera

Mas Sevilla es tierra que gusta de ser representada por personas que, en sus distintas facetas, han destacado sobremanera. Tal es el caso del mundo del toro, tan arraigado a esta ciudad —cuna del toreo y de importantísimas figuras de la Tauromaquia, así como de ganaderos, apoderados y empresarios— y que se encuentra presente en muchas de las actividades que tienen que ver con aspectos benéficos. Y la Cabalgata de Reyes Magos no iba a ser menos con la Fiesta Nacional, y viceversa . Este año traemos a estas páginas un reportaje sobre los hombres del toreo habida cuenta de la reciente desaparición una de las grandes figuras del toreo del siglo XX, el sevillano Diego Puerta, fallecido el pasado 30 de noviembre, y que también tuvo la fortuna de ser Rey Mago en la Cabalgata del Ateneo de Sevilla.

Y es que a lo largo de su historia, han sido muchos los personajes taurinos que han tenido la dicha de encarnar a uno de los Reyes Magos. Nombres señeros en el albero que han logrado uno de sus máximos triunfos en un trono como Melchor, Gaspar o Baltasar . Se puede escribir, sin temor a exageración, que el cortejo real de Sevilla es uno de los más toreros de todos los que recorren las ciudades españolas en la tarde del día 5 de enero.

Si bien, como es sabido, la Cabalgata de Reyes Magos del Ateneo de Sevilla se remonta a 1918 —que salió, curiosamente, desde la plaza de toros de la Real Maestranza— no es hasta 1950 cuando un matador de toros encarna a uno de los Magos de Oriente . Fue el onubense Miguel Báez «Litri» , entonces ya considerado un auténtico ídolo de la Tauromaquia, el que abrió una nómina que podemos considerar extensa y que tiene a representantes destacados en las distintas facetas de la Tauromaquia. El segundo sería el matador de toros, rejoneador y ganadero sevillano Juan de Dios Pareja Obregón, tres años después de que lo hiciese Litri. Y dos años más tarde, en 1955, nada menos que Juan Belmonte.

Una veintena de nombres

En total, desde 1950, han sido un total de 20 las personas relacionadas con el toreo que han trasladado la ilusión y la esperanza a los niños y mayores de Sevilla, además de miles de juguetes. De esos 20, 13 fueron o son matadores de toros . Se da la circunstancia de que la década que más toreros tuvo como Magos de Oriente fue la de los 50 del pasado siglo, con un total de siete, mientras que tanto en las décadas de los 60 y 70 se repite la misma cifra, tres. Por contra, a partir de los 80 dicha cifra baja, con una sola presencia de torero —Juan Antonio Ruiz «Espartaco» en 1987—, y desde ese año hasta la fecha la ausencia es total.

Por lo que respecta a nómina de matadores de toros que encarnaron a los Magos de Oriente, ésta es la siguiente: Miguel Báez «Litri» (1950), Juan de Dios Pareja Obregón (1953), Juan Belmonte (1955), Gregorio Sánchez (1956), Jaime Ostos (1958) , Manolo Vázquez (1959), Pepe Luis Vázquez (1960), Diego Puerta (1965), Palomo Linares (1967), José Luis Parada (1971), Curro Romero (1974), Antonio Ordóñez (1976) y Juan Antonio Ruiz «Espartaco» (1987). Como puede comprobarse, la lista es para hacer una feria de Abril o una de San Isidro de auténtico tronío. No hay que olvidar que cada uno de ellos ha ocupado un lugar preeminente en el escalafón taurino.

Ganaderos y rejoneadores

De los 13 matadores de toros, nueve de ellos son de Sevilla o provincia, mientras que el resto son foráneos pero, lógicamente, han tenido un gran predicamento entre la afición taurina hispalense.

Además de ellos, hay que añadir a esta extensa nómina de gente del toro a un rejoneador, el jerezano Álvaro Domecq Romero —no contamos a Pareja Obregón, que aparece como matador de toros—, que encarnó a uno de los Magos en 1966, y a cinco ganaderos señeros de Sevilla: José Luis de Pablo Romero (1964), Javier Guardiola Domínguez (1969), Eduardo Miura (1972) y Gabriel Rojas (1975) .

Pero hay más, porque también fue Rey Mago el empresario por antonomasia de la plaza de toros de Sevilla, el recordado Diodoro Canorea Arquero, que salió en la Cabalgata de 1982.

Así pues, la última persona relacionada con el mundo del toro que subió a uno de los tronos del cortejo real fue, en 1987, el diestro Juan Antonio Ruiz «Espartaco» . Quede constancia, no obstante, de que otras personas que han tenido que ver con el mundo de toro, si no directa sí indirectamente, también ejercieron de monarcas de Oriente, como son los casos de los tenientes de Hermano Mayor de la Real Maestranza de Sevilla Luis Manuel Halcón de la Lastra y, más recientemente, concretamente en 2009, Alfonso Guajardo-Fajardo y Alarcón.

Predomina Baltasar

Como curiosidad, cabe destacar que de las 20 personas que han encarnado a uno de los Reyes Magos, predomina quienes tuvieron que teñirse de oscuro para ser Baltasar , sin duda uno de los Magos que más expectación causa al paso de las carrozas y que cierra cada año el cortejo real de la Cabalgata.

Así, hicieron de Baltasar un total de nueve: Miguel Báez «Litri», Juan de Dios Pareja Obregón, Diego Puerta, Álvaro Domecq Romero, Palomo Linares, Javier Guardiola Domínguez, Félix Moreno de la Cova, Eduardo Miura y Curro Romero.

El segundo Rey más encarnado, con seis, fue Gaspar: Gregorio Sánchez, Jaime Ostos, Manolo Vázquez, José Luis de Pablo Romero, José Luis Parada y Antonio Ordóñez , mientras que el monarca que abre el cortejo, Melchor, tuvo a cinco personas taurinas en su trono: Juan Belmonte, Pepe Luis Vázquez, Gabriel Rojas, Diodoro Canorea y Juan Antonio Ruiz «Espartaco».

Como escribíamos anteriormente, esta nómina conformada por gente del toro, que tuvo mucho predicamento en los años 50, 60 y 70 del pasado siglo, ha ido decayendo hasta quedar diluida. En todo caso, ahora mismo hay un extraordinario ramillete de figuras del toreo , tanto sevillanas como de otras ciudades españolas, que podrían ser perfectamente merecedoras de que Sevilla vuelva a contar con un matador de toros, un ganadero o un empresario taurino, para así seguir siendo abanderada en la defensa y fomento de la Fiesta Nacional, tan denostada en los últimos años pero que en la tierra de María Santísima, cuna del toreo, cuenta con una ingente legión de aficionados.