Álvaro Domínguez: Una vida dedicada al campo

Con la vocación muy clara, estudió Ingeniería Agrónoma en Córdoba y después se formó durante varios meses en California. Además, posee el título de Dirección de Empresas Agroalimentarias del Instituto San Telmo. «Mi formación siempre ha estado ligada al sector agrario , y he procurado siempre desarrollarme aquí, en mi tierra, ya que era donde quería que se dirigiesen mis esfuerzos profesionales», asegura.

Muy joven, empezó en Tepro como becario, posición desde la que fue escalando hasta llegar al puesto actual, el de presidente de la compañía . «Fui conociendo todas las áreas de negocio de la empresa, tanto en Sevilla como en el extranjero, lo que me permitió una visión plural necesaria para ocupar un cargo de responsabilidad», explica.

Diez años después, ya estaba preparado para dar «el salto», como él mismo lo define. Además, este estaba acompañado de uno de los momentos cruciales que ha vivido Tepro, decidida a reforzar su presencia internacional y que ya cuenta con sedes en Portugal, Bulgaria y Marruecos. A estos países se le suma Senegal, donde la entidad está inmersa en un proyecto para «producir productos de primera necesidad que permitan su autonomía agrícola », y otros lugares como África, Vietnam o Chile, donde han trabajado con licitaciones internacionales.

«Queremos poner nuestro granito de arena para reivindicar la importancia del sector agrícola», insiste Domínguez, que conoce de primera mano la situación de los agricultores y ganaderos andaluces. «Venimos de unos años donde los precios han incentivado las inversiones, sobre todo en olivar y en almendro pero, aún así, algunos productos siguen lastrados por una permanente crisis que nos preocupa mucho», detalla.

A pesar de todo ello, no deja de reconocer que el agrario «es un sector maravilloso ». «Trabajar en la producción de alimentos y tener contacto con las personas de las zonas rurales, que es de otra pasta, es una de las mejores partes de mi trabajo».

Como reivindicación, Álvaro Domínguez lanza una petición al aire: que el mundo agrícola, las administraciones y las empresas se unan. «Es uno de los mayores retos, un lobby que sirva para defender derechos y prioridades ante la Unión Europea, espero que me quede mucha carrera profesional por delante y poder verlo».