«Los actos culturales en Sevilla tienen que competir con los bares, especialmente a partir de primavera»

¿El clima de Sevilla favorece la asistencia a actos culturales?

Quizá favorece más la asistencia a los bares. En el CICUS, durante esos primeros años en que lo dirigí, también teníamos que competir con los bares. Llegado el buen tiempo, todo el mundo quería ir a la terracita con su cervecita en vez de estar una hora callado en un salón de actos. De hecho, cuando teníamos una cosa muy buena, solíamos programarla para el invierno para que viniera más gente. Ya con el programa 21 grados decidimos montar nuestro pequeño bar para animar a la gente a venir y ver una exposición o cualquier otra actividad cultural.

El CICUS arrancó con la crisis de 2008. Y ahí sigue con exposiciones magníficas como Imago Mundi.

Sí. Todo se complicó con la crisis financiera de 2008, pero fue desde el principio un proyecto muy abierto, en contacto con todos los artistas y agentes culturales de la ciudad. Yo no soy artista ni tengo habilidades artísticas pero sí formaba parte del público cultural antes de llegar a eso. Iba a los festivales de jazz, de teatro, y puse un marcha un proyecto muy amplio. Las cosas han evolucionado bien. El centro ya se conoce en Sevilla y las dinámicas creadas han ido enriqueciéndose. Tener un centro dedicado a la cultura con un edificio propio fue fundamental para la Universidad de Sevilla..