Las Setas, uno de los monumentos más visitados de Sevilla, no tiene protección
La falta de una catalogación permite poner elementos y soportes publicitarios como la gran pantalla que ha instalado Sacyr
Las Setas de Sevilla, el segundo lugar más pintoresco del mundo según Google
Sacyr ha instalado una gran pantalla en la plaza central
La gigantesca pantalla led que se ha instalado en la plaza central de las Setas ha llamado la atención de los ciudadanos que se preguntaban en la calle y en las redes sociales si ese tipo de elementos cumple la ordenanza. La colocación de la ... misma, que se utilizará como soporte publicitario y de información cultural, ha coincidido, además, con las salidas de las cofradías y, aunque se apaga cuando pasan los cortejo, ha generado polémica. Y seguirá haciéndolo porque no se va a quitar.
A pesar de las grandes dimensiones de la pantalla y el entorno en el que se encuentra, dispone de todos los permisos «y cumple con la ordenanza», como aseguran a ABC fuentes municipales. Eso es así porque las Setas, que es uno de los monumento más visitado por los turistas cuando llegan a la ciudad –así lo recogen numerosas encuestas, entre ellas las que realiza el equipo municipal de Turismo– no tiene ninguna catalogación patrimonial. Ni es Bien de Interés Cultural (BIC), ni dispone de ningún grado de protección para preservar sus elementos arquitectónicos.
Esa situación llama poderosamente la atención porque el Ayuntamiento utiliza la imagen de la edificación como logo para numerosas promociones. También lo hacen empresas privadas e incluso el arquitecto que la diseñó, el alemán Jürgen Mayer, llegó a exigir derechos de autor por el uso de la mismas con fines lucrativos. Sólo con una catalogación se podrían restringir iniciativas como la de Sacyr, que hasta 2051 dispone libremente del espacio, para colocar este tipo de soportes.
La pantalla en cuestión se instaló hace una semana, como confirmó ayer a este medio el director gerente del monumento, Pedro Parrilla. «Es un elemento de carácter permanente y su uso venía recogido en el plan de explotación», dijo. «Además de la publicidad, se utilizará para ofrecer información cultural y siempre se proyectarán anuncios adecuados y acordes al espacio en el que se encuentra». Junto con la pantalla de grandes dimensiones se están instalando otras más pequeñas de dos y de tres metros cuadrados en la planta baja, tanto en la entrada del mercado como en un lateral del pasillo comercial.
«Durante la Semana Santa –aclaró Parrilla– la empresa que explota estos soportes va a apagar la pantalla exterior. Lo hace por respeto, aunque no está obligada, ya que el contrato es a tiempo completo, pero así se ha comprometido con las hermandades». También se ha variado la iluminación del propio monumento que se instaló hace dos años y que durante estos días, según comentó el director, «ha adoptado los colores propios de un evento como este». Y garantiza que durante la Madrugada no estará encendida.
Como en la Plaza de España
El controvertido diseño del espacio, que alberga el mercado de abastos, locales de restauración y ocio, un espacio museístico y un mirador, no le resta cualidades para ser considerado un monumento a preservar que los turistas ponen al mismo nivel que la Plaza de España. La comparación no la hacen por el valor arquitectónico, sino por la popularidad. También se podría hacer esa comparación por el coste que supuso para las arcas públicas. La factura de las Setas superó los 154 millones de euros, una cifra verdaderamente escandalosa que incluyó pleitos perdidos con la constructora e incluso el pago por demoras en la entrega del antiguo edificio donde se situaba la Hacienda municipal. La ciudad también lo cedió temporalmente a Sacyr que lo transformó en un hotel para la cadena Abba.
Mientras que la Plaza de España sí está considerada BIC, que es el máximo nivel de protección que se le puede dar a un edificio o un enclave, el Metropol Parasol carece de catalogación alguna. Llama igualmente la atención que el Ayuntamiento promoviera en su día un tipo de calificación para el antiguo edificio de la Gavidia –en este caso fue declarado lugar de memoria–, que carece de cualquier riqueza patrimonial y estaba abandonado y no para la moderna plaza, que es lugar de numerosos eventos, punto de encuentro de manifestaciones e incluso escenario para ver partidos importantes en grandes pantallas. La de Sacyr no es la primera que se instala en el espacio central, pero sí la única que se quedará de manera permanente.
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