José Luis Sanz apura la negociación de las ordenanzas fiscales para salvar su primer 'match ball' del mandato

Ambas partes se emplazaron a un encuentro cara a cara que se celebró ayer al mediodía y al que siguieron varias llamadas durante toda la tarde. Sobre la mesa estaba un documento con una veintena de aportaciones socialistas sobre el IBI y la subida de la tasa del cementerio, el mantenimiento de la exención a ciclomotores de menos de 125cc, la supresión de bonificaciones a las obras para apartamentos turísticos y el rechazo a la subida de la tasa de basura y de la entrada del Alcázar. No todas salvarán el corte del gobierno, pero en los dos frentes, tan antagónicos casi siempre, ven ahora una cierta predisposición al acuerdo que ya es todo un avance.

Las negociaciones continuará esta mañana, pero el tiempo apremia. Hoy –a las 13 horas– se celebra la Comisión de Hacienda en la que se votarán todas las enmiendas de la oposición y ese es el límite que tienen las partes para encontrar puntos en común. De ahí saldrá el definitivo modelo tributario que se elevará a la Junta de Gobierno para su aprobación y sobre el que la Intervención debe emitir el preceptivo informe. En 48 horas –el jueves por la mañana– está convocado un Pleno extraordinario que debe ratificar las ordenanzas fiscales. En un principio, está previsto que se voten una a una, de modo que el gobierno logre sacar adelante el mayor número de ellas.

Bueno también se vio en la tarde de ayer con la portavoz de Podemos-IU, Susana Hornillo, para analizar sus 36 enmiendas «constructivas» para «la mayoría social». La confluencia de izquierdas quiere garantizar criterios de progresividad fiscal, incluir «respeto» a los derechos de los trabajadores e incrementar la recaudación gravando a quien más tiene. Además, a última hora pidieron al gobierno municipal que se suspendan las exenciones a la Iglesia hasta que indemnice a las víctimas de abusos sexuales. Aquí las partes son mucho menos optimistas ante la opción de llegar a un acuerdo, que, por otro lado, no sería necesario en caso de contar con el voto favorable o la abstención de los concejales socialistas.

Con Vox, por su parte, ni siquiera hubo reunión. Fuentes municipales del partido aseguran que la negociación es «inexistente» y que hasta la fecha no han mantenido «ni un solo encuentro, ni una sola llamada» para hablar de las ordenanzas fiscales, a pesar de que el gobierno insiste en que han hablado con todos. Ellos han sido el único grupo que ha prescindido de presentar enmiendas al proyecto fiscal de los populares y, salvo un cambio inesperado de última hora, sus concejales tienen claro que votarán en negativo en el Pleno del jueves. Entre otras cosas, porque «hablan de una bajada de impuestos que no es real, pues al final los sevillanos vamos a tener que pagar más el año que viene», aseguran.

A pesar de la opinión de los grupos, el gobierno municipal no descarta por ahora ninguna vía de acuerdo. De hecho, desde el ejecutivo confirmaron ayer a ABC de Sevilla que están abiertos a negociar con todas las fuerzas políticas en el tiempo que queda y a valorar con interés las propuestas que pongan sobre la mesa. Son conscientes de que no les va a quedar más remedio que ceder en algunos extremos para poder alcanzar un acuerdo, a pesar de que insisten en que su proyecto fiscal es el mejor posible para los sevillanos porque incorpora una bajada generalizada de los impuestos de un 1 por ciento y la congelación de casi todas las tasas.

De lo que ocurra este mediodía en la Comisión de Hacienda podrán sacarse las primeras conclusiones de cuál será el resultado del Pleno del jueves. El PSOE, que sabe que puede ser clave para el primer 'match ball' político de Sanz, aprieta con sus exigencias, consciente del foco mediático que puede tener el acuerdo. Si se aceptan sus enmiendas, los socialistas darán su apoyo a parte de las ordenanzas. En caso contrario, el alcalde tendrá un par de días para convencer a Vox de que, como aseguró, su proyecto fiscal sí incluye la prometida bajada de impuestos y tasas.