Velá de Santa Ana 2023

Santa Ana y los abuelos, esencia de la Fiesta Mayor de Triana

La festividad reunió a nietos, jóvenes y mayores alrededor de la parroquia para celebrar la onomástica desde la medianoche del 26 hasta la gala de los Trianeros de Honor, la cual fue el colofón a una Velá de ensueño

Aspecto de la parroquia de Santa Ana durante la misa de los abuelos Manuel Gómez

Los abuelos y Santa Ana fueron los ejes fundamentales de la Velá en su último día de celebración. Veinticuatro horas de celebración que comenzaron en la medianoche del mismo día 26 con los Gozos interpretados por la banda de las Tres Caídas en la ... azotea de la parroquia mientras se encendían las luminarias en la torre del templo y se lanzaban los fuegos artificiales.

En el interior de la iglesia, los fieles se arremolinaron en torno al altar y se cantaban las famosas 'Nanas' por parte del coro. Luego, en la calle, se sucedieron los cantes hasta altas horas de la madrugada porque se celebraba la Fiesta Mayor del arrabal.

Cerca del mediodía del día siguiente, un gentío se agolpó en la puerta de la parroquia de Santa Ana que da a la calle Párroco Don Eugenio, antigua Vázquez de Leca. Muchos abuelos estaban de celebración y también, algunos nietos le acompañaban en la festividad que es una jornada intensa en el arrabal.

Aún quedaban algunos restos de la fiesta que duró hasta la madrugada en algún balcón de la calle Pureza mientras que muchachas vestidas de 'santanitas'. Este atuendo se preparó por parte de la asociación de diseñadores y empresarios de moda y artesanía flamenca, 'Qlamenco' para rememorar la tradición trianera con un vestido de dos piezas: falda y top o camisa blanca complementado con corpiño, mantoncillo, mantón, enaguas adornadas con lazos, peinecillos, flores y abanico.

La 'santanita' que se pudo ver ayer tiene elementos que responden al imaginario del arrabal como son la cerámica, el ancla, que hace referencia a la Esperanza de Triana y la capilla de los Marineros; las azucenas, símbolo de la pureza y de la Virgen María, o un cestito en homenaje a la tradición cestera del barrio.

Todos los pequeños símbolos forman parte del denominado 'chatelain', un broche pegado a la cintura o en uno de los bolsillos de las señoras o los caballeros, del que colgaban objetos que usaban en la vida cotidiana desde el siglo XVIII.

'Santanitas', en la misa de los abuelos de Santa Ana Manuel Gómez

El 'chatelain' o 'castellana', significa 'señora del Castillo' ya que esta era la persona encargada de las llaves. Los abuelos se fijaban en las jóvenes y también adquirían recuerdos en la mesa situada en la entrada de la parroquia e incluso ramos de flores que dejaban cerca del altar.

En el coro, un integrante comentaba que «faltaba gente para cantar, estamos la mitad», sin embargo, luego se defendieron con los cantos de entrada o el perdón. En los minutos anteriores a la misa, Antonio Rodríguez Babío, el delegado de Patrimonio de la Archidiócesis, saludaba a los abuelos que se acercaban a verlo y se repasaban los últimos detalles en el presbiterio entre pilistras, cerámica, bandejas de plata y candelabros.

Eran los últimos cultos de Santa Ana que vivía Manuel de Azcárate antes de que tome posesión como párroco Manuel Soria. José María Rubio habló de la vida de Santa Ana antes de comenzar la eucaristía y recordaba pasajes de la abuela de Jesús. Al mismo tiempo, algunos feligreses rezaban ante la imagen de San Joaquín y se paraban a leer los nombre de los hermanos de la Virgen del Carmen que se encuentran en el columbario que se encuentra en la capilla de la corporación.

Los fuegos artificiales y la torre de Santa Ana Juan Flores

Cuando aparecieron los sacerdotes, ya se encontraba la parroquia casi llena y seguían entrando visitantes y devotos que traían a sus nietos. Los abanicos no paraban de moverse en el interior del templo a pesar de que no se llegaba a los 40 grados fuera del templo. Azcárate recordó una anécdota para hablar de Santa Ana sobre una señora mayor que «rezaba delante del altar mayor y le dijo que le había dado muchas alegrías, aunque reconocía que era también un poco 'joia'».

Tras la función principal de instituto en la parroquia, se celebró el homenaje a los Trianeros de Honor. José Luis Manzanares, Vicente Flores, Rocío Álvarez 'La Kika', Curro Fernández, José de la Cerda 'Chico', Ana María Moreno, María del Rosario Naranjo 'Calista Sweet' y fray Javier Rodríguez recogieron sus galardones agradeciendo el cariño del barrio y su acogida como el caso de éste último.

Todos señalaron la importancia del arrabal en sus vidas y los recuerdos que se agolpaban como el caso de 'Chico', muy involucrado en la cabalgata de los Reyes Magos y muy conocido en el barrio, especialmente en la calle San Jacinto, en Santa Cecilia y en San Vicente de Paúl.

Además, hubo otros reconocimientos a la plaza de abastos de Triana por sus dos siglos de existencia; al club deportivo Santa Ana, donde muchos niños y jóvenes han hecho deporte desde hace 25 años, así como a la peña sevillista trianera, la cual se fundó en 1958 y desarrolla actividades como la recogida de juguetes para asociaciones relacionadas con la infancia y centro de cita de los abuelos trianeros. Precisamente, ellos fueron los protagonistas de uno de los días más importantes en el almanaque trianero como fue la festividad de Santa Ana.

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