El récord de turistas en Sevilla no se nota ni en el Alcázar ni en la Catedral

El Real Alcázar, que no conserva ninguna limitación de aforo desde que se levantaron las restricciones covid, ha terminado con 1,928 millones de visitas, que son 138.172 menos que hace cuatro años. Lo mismo ocurre en la Catedral, que ha recibido 2,066 millones de visitantes (231.983 menos que en 2019).

El balance ha llamado la atención porque hasta el momento el incremento de viajeros en la ciudad siempre ha ido aparejado a una subida de las visitas culturales. De hecho, los dos han tenido mejoras durante estos años con la rehabilitación de espacios, la apertura de nuevos lugares como el Cuarto Alto del Alcázar, que se incluyó en la ruta visitable en junio de 2021 o exposiciones como la dedicada a San Fernando en el templo mayor del pasado noviembre. Pero ni por esas se han alcanzado los números de antes de la pandemia.

El motivo para explicar esta disparidad está en una mayor diversificación de la oferta turística sevillana, que ya no se centra únicamente en la cultura y el patrimonio, también es muy demandada la gastronomía y la visita a otros espacios patrimoniales que no precisan de entrada como las Setas o la Plaza de España. Estos dos enclaves han sido destacados por usuarios de redes sociales tan conocidas como Instagram como los lugares favoritos para inmortalizar y esa fortísima campaña ha tenido un impacto a la hora de planificar la visita.

Así lo indican las encuestas que realizan las empresas turísticas y el equipo del área de Turismo del Ayuntamiento, que ven crecer la popularidad de estos monumentos cada año. Otra de las explicaciones es que muchos de los turistas que recalan en la ciudad no vienen por primera vez, sino que repiten destino, por lo que no pasan por el Alcázar y la Catedral porque ya los conocen. Este público que ya está fidelizado busca nuevas experiencias y opta por productos menos conocidos como la ruta de las casas palacio o por las iglesias neomudéjares.

También han aumentado las pernoctaciones en hoteles y apartamentos –en esta estadística que realiza el INE y que recoge el departamento de Sevilla City Office no se incluyen las viviendas con fines turísticos– por cuestiones de negocios. Cada vez son más los que recalan en la ciudad con esa motivación, así como por congresos, eventos y ferias especializadas que no tienen continuidad durante el fin de semana para visitas culturales o vienen con paquetes cerrados que no incluyen la Catedral ni el Alcázar.

La caída de visitas de los dos primeros monumentos sevillanos con respecto a 2019 no es una cuestión que preocupe excesivamente a sus gestores, pues hace cuatro años ya se hablaba de una sobresaturación de los mismos. De hecho, se hicieron estudios como en el caso del conjunto palaciego, que es de gestión municipal, que constataron que el exceso de público tenía un impacto negativo en elementos como bancos, fuentes, escaleras y estancias completas. Por eso se decidió mantener el sistema de reserva telemática de la visita para controlar más ese flujo.

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Jesús Díaz

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Entre los planes del Ayuntamiento está precisamente una mayor diversificación de la oferta para evitar masificaciones en zonas ya muy saturadas como es este eje Alcázar-Catedral y el barrio de Santa Cruz. Por ese motivo se quieren potenciar otros atractivos como el río y ya ha habido una primera experiencia esta Navidad con el mapping sobre la zapata de la calle Betis.