La guerra entre clanes de la droga en las Tres Mil Viviendas de Sevilla acumula ya tres tiroteos desde la tarde del pasado sábado. Tras esa primera ráfaga de disparos con armas de gran calibre llegaron nuevos tiros durante la mañana del domingo y ... un tercer episodio durante la tarde de este lunes. Mientras se consigue detener a los principales responsables de este batalla por el control del cultivo y venta de marihuana, en la zona sólo actuarán agentes de la Policía Nacional. Así de tajantes se muestran desde la plantilla de la Policía Local tras su falta de «medios y formación» que ayer denunciaban desde CSIF y que este martes inciden desde SPPME.
Tras la evidente falta de seguridad en la zona y la desprotección que sufren los agentes de la Policía Local –«no podemos luchar contra un AK-47 con una pistolita», denunciaba ayer a este periódico el delegado sindical de CSIF, Santiago Raposo–, el cuerpo municipal ha pedido a la Jefatura de la Policía Local que se paralicen todos los protocolos de acompañamiento a las Tres Mil Viviendas, como los que a diario realizan con los servicios de limpieza de Lipasam, Tussam o alumbrado público.
El presidente del Sindicato de Profesionales de Policías Municipales de España en Sevilla (Sppme), Luis Val, asegura que desde su sección sindical han solicitado a la Jefatura de la Policía Local que tras los últimos tres tiroteos producidos en apenas 72 horas «la modificación inmediata de entrada y de acompañamiento al resto de servicios municipales en la zona afectada». La «sofisticación» del armamento de estos clanes –así se refirió este lunes el comisionado para el Polígono Sur, Jaime Bretón– tiene su origen, tal y como explica Luis Val, en la guerra de Ucrania: «Desde entonces es más fácil adquirir este tipo de armas».
Esta escalada bélica en el Polígono Sur llevó ayer al sindicato Jupol de la Policía Nacional a reclamar al Ministerio del Interior y la Dirección General de Policía el envío y uso de «armamento especializado y vehículos blindados» tras el tiroteo en las Tres Mil Viviendas. De esta manera, los servicios públicos en la barriada de Murillo del Polígono Sur quedarían interrumpidos, una vez que los profesionales de Lipasam no tengan acompañamiento policial durante unas jornadas de especial tensión tras tres tiroteos en la zona, como ha reconocido el representante sindical de Sppme. «Hemos indicado que la Policía Local no tiene medios para combatir este tipo delictivo con armas de gran calibre, y no podemos garantizar nuestra seguridad ni la del resto de empleados municipales que deben trabajar con nuestra protección ni, por supuesto, la de los ciudadanos. Creemos que es un problema que afecta a varias administraciones y cuerpos policiales y no vamos a permitir que la Policía Local sea el blanco fácil de estos delincuentes».
El representante sindical asegura que van a seguir «atentos a los movimientos de la Jefatura y no descartamos tomar otras medidas, siempre en aras de garantizar la mínima seguridad de nuestro trabajo». «No podemos jugar con la vida de las personas», señala.
Por su parte, Santiago Raposo, delegado de CSIF de la Policía Local dice que «no se puede castigar a un barrio entero por un grupo de delincuentes y que los servicios esenciales deben seguir prestándose con normalidad por la Policía Local, pero reforzados con Policía Nacional para dar seguridad a las actuaciones».
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