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Arte y otras historias

¿Podemos comprar la belleza?

La perfección física se valora hasta el extremo, y como consecuencia de la presión social a la que inevitablemente se ven sometidas determinadas mujeres, en algunos casos se cometen verdaderas atrocidades

Marilyn Monroe
Bárbara Rosillo

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No hay más que acercarse a los medios de comunicación y redes sociales para comprobar las profundas transformaciones físicas de algunos famosos. La cirugía estética parece haberse convertido en una aliada para quienes se dedican al mundo del espectáculo. Es habitual ver a actrices ... mayores de cincuenta años con cutis increíblemente tersos para su edad, contornos inamovibles y narices en serie. La perfección física se valora hasta el extremo, y como consecuencia de la presión social a la que inevitablemente se ven sometidas determinadas mujeres, en algunos casos se cometen verdaderas atrocidades. El asunto es más serio de lo que parece y conduce a la reflexión. Por ejemplo, todos tenemos en mente el drástico cambio de aspecto de Michael Jackson, uno de los grandes genios de la historia de la música y del baile. El «rey del Pop», a pesar de ser admirado por millones de personas, no debía sentirse cómodo con su rostro original a juzgar por el paulatino, pero radical, cambio al que se sometió.

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