Real Academia Sevillana de las Buenas Letras
«En un mundo ya digital, tu prosa no ha empeorado un ápice, sino todo lo contrario»
El duque de Segorbe ha sido el encargado de contestar el discurso de ingreso del periodista Ignacio Camacho
Sevilla
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Iniciar sesiónLa contestación del discurso de ingreso del periodista Ignacio Camacho este mediodía en la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras le ha correspondido a Ignacio Medina Fernández de Córdoba, duque de Segorbe, quien trazó un perfil genealógico del nuevo académico antes de abordar ... la materia en cuestión de su disertación.
Dijo hacerlo «con mucho gozo y no menos pudor», porque «los méritos de Ignacio son públicos y notorios y su discurso los proclama con tal fuerza que sólo se pueden corresponder con el silencio que asienta y otorga».
El duque de Segorbe señaló tres partes bien diferenciadas en el texto de ingreso, que calificó como «un discurso bien armado e impecablemente argumentado». En la primera parte, Ignacio Medina intuía una definición del articulismo y de su «imperativo categórico» ateniéndose a las dos lealtades que el propio Camacho resaltaba en su disertación: «la veracidad y la precisión del lenguaje en el que la sintaxis sería la condición de la claridad del razonamiento y el estilo, la de su capacidad de persuasión».
En la segunda parte, el académico observaba el «giro disruptivo que en la propia concepción del oficio ha tenido la irrupción del universo digital». Pero aquí, el duque de Segorbe tomaba distancia con Camacho y su diagnóstico: «No es tampoco internet el que ha creado un lector menos culto», subrayó antes de endosar la culpa a la formación universitaria, «cuando se abandonó la formación general humanística que tu generación recibió para volcarse en la orientación profesional».
Segorbe rebasó el discurso del nuevo académico y lo achacó a una tendencia general que no es «particularidad de los medios de comunicación» como «manifiesta, por ejemplo, el que las grandes editoriales tengan unos editores que, so pretexto de corregir, se dedican a simplificar los textos para hacer una papilla más digerible al lector medio».
Ignacio Medina llegó a contradecir abiertamente el retrato que pintaba el nuevo académico presentándole un espejo en el que mirarse: «El mejor argumento para contradecir el tuyo eres tú mismo y tus más de veinte años en el diario ABC, transcurridos todos ellos en un mundo ya digital. Tu prosa no ha empeorado un ápice, sino todo lo contrario».
Por último, sí expresó coincidencia plena en el «remedio que prescribes»: «Honrar la deontología de tu oficio, pues al hacerlo el ciudadano podrá tener los referentes ideológicos y culturales del que el mundo digital le puede privar, pues el principal daño que este está produciendo es la segmentación del conjunto social que la ausencia de privacidad de la red conlleva».
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