José Luis Sanz levantará por obras el Casco Antiguo tras la Semana Santa

El punto de partida de este zafarrancho primaveral será la calle Zaragoza. José Luis Sanz informó ayer de que los trabajos comenzarán el lunes de Pascua –1 de abril–, después de casi cuatro años de dimes y diretes de un proyecto que ha sufrido numerosos conflictos burocráticos. El diseño original fue presentado en su momento por el anterior ejecutivo, todavía con el socialista Juan Espadas al frente de la Alcaldía. Sin embargo, la Comisión de Patrimonio lo echó para atrás, al considerar que no se ajustaba a lo que requería este enclave histórico. Superado este trámite, Urbanismo no terminó de encontrar una fecha idónea para la obra, teniendo en cuenta el hecho de que no debía coincidir con la Semana Santa por la afección a las cofradías. Ayer Sanz se atribuyó el mérito y dijo que «en sólo nueve meses hemos conseguido sacar este proyecto del cajón y actualizarlo».

La intervención será ejecutada y financiada por Emasesa, que invertirá algo más de dos millones en una obra que se prolongará durante casi nueve meses. Si no hay retrasos inesperados, la intención es que finalice de cara al plan especial de Navidad. El gobierno de Sanz pretende que esta obra sea el punto de partida de esa «estética uniforme» que «se traslade al resto del Casco Antiguo» y que sigue a la espera de que culmine la redacción del libro de estilo del paisaje urbano que comprometió el alcalde. La 'nueva' estética de Zaragoza dará como resultado una calle con plataforma única, con un pavimento que compaginará adoquín de granito gris quintana con otras zonas en las que primará el clásico adoquín de Gerena, además de mantener los característicos bordillos rojos. Se plantarán nuevos árboles y se conservarán los actuales aparcamientos para personas con movilidad reducida y motos.

La obra de la calle Zaragoza coincidirá con la reurbanización de la calle Regina, una intervención que el gobierno municipal anunció para inicios de este año y que se ha atrasado por la imposibilidad de cumplir los plazos anunciados. En un principio, el alcalde confirmó que los trabajos arrancarían durante el mes de enero y que, a pesar de que Urbanismo fijó en tres meses su duración, no afectaría bajo ningún a las cofradías. Pero las cuentas no salían, pues tres meses a partir de enero llevaban el final de los trabajos hasta abril. Por eso, desde el Ayuntamiento se ha optado por aplazar la actuación y esperar a que finalice la Semana Santa.

El mes de abril es también la fecha elegida para iniciar otra de las obras que estaban pendientes, en este caso la que afectará a la calle Murillo. La intervención quedó pendiente en el proyecto de peatonalización de la plaza de la Magdalena y fue a finales del pasado año cuando el gobierno municipal decidió licitar los trabajos. El diseño contempla la instalación de plataforma única, para acabar así con las barreras arquitectónicas actuales, así como el arreglo completo de las múltiples deficiencias que presentan la calzada. Aquí tampoco quiso arriesgar Urbanismo y decidió aplazar la actuación para después de la Semana Santa, sumándose al resto de trabajos pendientes.

El principal asunto en materia urbanística que tiene pendiente el ejecutivo municipal es lo que sucederá con la reforma de la Plaza Nueva. Ya en campaña, José Luis Sanz anunció su intención de dar un sello estético al enclave que fuera más acorde con su ubicación y, sobre todo, que solucionara el fiasco del abujardado que el gobierno del PSOE había aplicado sobre el mármol del pavimento. El alcalde se puso como meta la Semana Santa de 2024 para empezar la remodelación, ya que los condicionantes del lugar hacen que se cuente con el tiempo justo para realizar estos trabajos sin que afecte al calendario ordinario de la ciudad.

Pero la envergadura del proyecto hará que no se cumpla este plazo. Lo que sí pretende el Ayuntamiento, y así parece que será, es presentar el diseño definitivo de la Plaza Nueva tras la Semana Santa de este mismo año. Un proyecto que, según fuentes municipales, será emblemático y que todavía no tiene una fecha concreta para que empiece a ejecutarse. Dependerá de muchos factores, entre ellos de que obtengan el necesario visto bueno por parte de la Comisión Provincial de Patrimonio, además de que los plazos se ajusten. No parece una obra sencilla que, por ahora, está claro que no va a coincidir con las otras tres ya anunciadas.