Todo lo que hace por nosotros la Inteligencia Artificial
Está por todas partes para agilizar y a facilitar la vida. Para hacer diagnósticos o reducir listas de espera, predecir el clima o un fuego. Actuar como un juez o camarero o un coche sin conductor
El decano de Derecho en Sevilla anuncia que la Inteligencia Artificial «traerá jueces robots»
Es la palabra de moda. Todo el mundo habla de ella y parece estar presente en todas partes. Las aplicaciones para su uso proliferan y el uso de ChatGPT parece cada vez más extendido. Pero ¿Qué es realmente la Inteligencia Artificial y, sobre todo, ... para que nos sirve a los humanos en la vida diaria?
Se trata, según ella misma se define cuando se le pregunta, de un campo de la informática que busca desarrollar sistemas capaces de realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana. Se basa en algoritmos y modelos matemáticos que permiten a las máquinas aprender de los datos, identificar patrones y hacer predicciones o acciones sin intervención humana directa. Es decir, hace cosas que hasta hace poco solo hacían los humanos. Y en la mayoría de las ocasiones las hace más rápido.
Las aplicaciones son cada vez más numerosas. «Es muy transversal y puede llegar a todos los ámbitos para hacernos la vida más fácil», explica Ignacio García Fenoll, subdirector General de Políticas de Innovación del Ministerio de Ciencia e Innovación y Universidades. Porque, como asegura este dirigente está para «automatizar» cosas que requieren muchos recursos basándose en «redes neuronales que imitan el funcionamiento de las neuronas».
Desde Alexa o Siri a la consulta del médico la IA está en numerosos ámbitos. La Junta de Andalucía, que actualmente elabora una nueva norma en esta materia, la denominada Ley Andalucía Digital (LADI), ha contabilizado cerca de 60 usos en los que está presente que son de lo más variados ya que van desde la salud, las finanzas, el medioambiente, el espacio, la seguridad, la logística, los medios de comunicación, el turismo...
Así por ejemplo la IA tiene un campo muy amplio de acción en el ámbito de la medicina y la salud. Realiza triajes y telediagnóstico de enfermedades a través de video, hace labores de recomendación para optimizar la lista de espera quirúrgica y ver qué pacientes deben tener prioridad. De hecho puede sugerir qué pacientes, de los que se encuentran en la lista de espera, deben tener prioridad en operaciones quirúrgicas.
Puede ser fundamental que son capaces de predecir el deterioro cognitivo mediante sensorización o la predicción de enfermedades mediante el uso de la huella de voz.
También optimiza la distribución de los cupos en Atención Primaria, hace predicciones de la demanda de servicios en centros con los que se trabaja bajo concierto hospitalario, segmentación de pacientes crónicos, sobre el conjunto de la población, en base a niveles de cuidados. También facilita modelos predictivos sobre la evolución de grupos poblacionales respecto al consumo de recursos sanitarios.
Nivel de agua
Es una herramienta fundamental en materia medioambiental en muchos aspectos. Sirve para la predicción de nivel de agua embalsada en los pantanos, también para conocer de antemano el peligro de incendio forestal o hacer la simulación de la evolución de un incendio forestal. O en meteorología es capaz de predecir el tiempo que va a hacer en los próximos cincuenta días.
En materia de dependencia su uso puede resultar crucial porque es capaz de reducir la valoración de esa dependencia reduciendo el tiempo de espera en el 45 por ciento. El uso también se hace extensivo a la educación donde ya se está desarrollando un sistema predictivo inteligente para la creación de itinerarios educativos personalizados al alumnado, basado en patrones de comportamiento normalizados y soluciones de big data y machine learning. Y sus herramientas también están aportando datos para luchar contra el abandono escolar.
Y en farmacia ofrece muchos avances como la comparativa de resultados de tratamientos farmacológicos. Se usa igualmente en el transporte y en la logística. Para optimizar las flotas de entrega para adaptar la oferta a la demanda. O incluso en el desarrollo de vehículos: ya hay coches sin conductor, los denominados vehículos autónomos como el Tesla.
En justicia también tiene usos importantes como para la transcripción de videos en los juzgados, algo que puede agilizar la lenta maquinaria judicial y es posible que, como adelantó hace unos días el decano de Derecho de la Universidad de Sevilla, Fernando Llano, pronto veamos «jueces robots» para tratar temas de cuantía menor. Es algo que, al parecer, ya se está experimentando en Canadá, China o Estonia y que puede no estar tan lejos. Y su uso en el turismo y la restauración está igualmente extendido. Para contabilizar los flujos de personas que circulan, por ejemplo, por el barrio de Santa Cruz. Pero también empiezan a llegar los camareros robots. Como cantaba la famosa zarzuela «hoy los tiempos adelantan que es una barbaridad».
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