Iglesia hispalense
Cursillos de Cristiandad: el 'rollo' de colores está de aniversario
Cursillos de Cristiandad está de celebración: 75 años de su fundación y en mayo llegará al retiro número 800
Sevilla
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Iniciar sesiónHay palabras capaces, por sí solas, de identificar sin lugar a dudas un carisma o un movimiento de la Iglesia. «Rollo» y «de colores» cumplen esa función con el Movimiento de Cursillos de Cristiandad que este año cumple el 75 aniversario ... de la peregrinación juvenil a Santiago de Compostela que está en su origen. El arzobispo de Sevilla, monseñor Saiz Meneses, máxima autoridad eclesiástica a nivel internacional, se ha encargado de recordarlo.
Pero Cursillos de Cristiandad no es exactamente un movimiento. O no un movimiento al uso. Se trata, más bien, de una estructura capaz de ofrecer el primer anuncio cristiano (la salvación está en Cristo) en retiros de unas 72 horas que buscan reavivar la fe dormida o despertar el sentido trascendente en los alejados propiciando el encuentro con el Jesús de la Palabra.
«Los cristianos tenemos un reto muy grande en estos momentos para dar un paso adelante para ser el rostro de Cristo en la tierra y mover los corazones para que se encuentren con él», subraya a modo de resumen de su tarea evangelizadora Casimiro Galán, responsable en la archidiócesis de Sevilla.
Esta estrategia kerigmática (de kerigma, anuncio fundamental de la salvación como hicieron los apóstoles tras Pentecostés) se desarrolla a través de charlas y testimonios de laicos y presbíteros que en el argot propio se denominan «rollos», con inspiración en la vocación profética de Jeremías. «De colores» hace referencia a la canción que Cursillos adoptó como insignia desde su fundación en Mallorca.
Galán explica que lo normal es que a lo largo del año se organicen hasta una docena de estos retiros intensivos en los que se «le lleva el Evangelio a la gente» con una asistencia media de una treintena de cursillistas.
Esto hace que su predicación del kerigma alcance a unas cuatrocientas personas por año, lo que supone «miles y miles» de personas desde que en 1955 echara a rodar en Sevilla, siete años después de su fundación. En mayo de 2024 llegará a la cifra redonda de 800 cursillos impartidos. Esperan celebrarlo como se merece.
La coordinación de estos retiros de primer anuncio recae sobre una estructura permanente mínima de una quincena de personas, encargadas de nombrar responsables y formar los equipos que «animan el encuentro con el Señor» y los sacerdotes que atienden las necesidades espirituales del cursillo.
En la conversación, Galán recuerda a don Publio Escudero, sacerdote que fue el alma de Cursillos en la archidiócesis durante mucho tiempo. Ahora, el ascenso del arzobispo a la cúspide del movimiento es «una exigencia para nosotros». También menciona a Jesús Vida, pediatra antiguo alumno marista y exresponsable del movimiento al que Sevilla le dedicó, en su muerte, la calle en la que pasaba consulta con un altruismo que era reflejo de su vivencia de la fe.
La coordinación de estos retiros de primer anuncio recae sobre una estructura permanente mínima de una quincena de personas
Cursillos «no es un movimiento granítico sino que se va adaptando, pegado a la sociedad de hoy, porque lo fundamental, el Evangelio no cambia, pero sí las formas». «Continuamente, no nos conformamos y está en permanente revisión para resultar eficaz en su tarea de evangelización», resalta su responsable en Sevilla.
En el horizonte de futuro, Cursillos está arrancando en Ucrania, Polonia, países del Este de Europa y «empieza a ser bastante potente» en Corea del Sur. También en África va abriéndose paso en Kenia, Suráfrica o Guinea Ecuatorial.
En cada cursillo hay un buen número de reacciones, ¿también indiferencia? «Nadie sale indiferente, incluso los que vienen desde una posición de increencia, todos coinciden en que no olvidarán la experiencia del fin de semana porque ven positivo compartir con otras personas, poder abrir el corazón y sentirse a gusto», resalta Galán. «Que te escuchen sin juzgar», remacha.
Al término de los tres días, en el «cuarto día» que empieza a correr cuando acaba el cursillo, las personas que han recibido el primer anuncio vuelven a su parroquia o al lugar donde vive su fe para no desarraigarlo. Para aquellos que no tienen comunidad de origen, se les ofrece reuniones semanales o quincenales en grupos reducidos de menos de diez personas y ultreyas (por el antiguo saludo de los peregrinos a Santiago) sesiones más formales con mayor número de participantes.
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