«Yo fui el ciudadano que registró la petición para que 'Las lágrimas de San Pedro' de Murillo fuera declarado BIC»

 -¿Podría contar alguna anécdota sobre atribuciones de obras a autores conocidos en las que haya participado? Creo que hubo un Caravaggio que se puso en venta por 1.500 euros en un mercadillo...

-La anécdota sobre atribuciones que no olvidaré es la de la Inmaculada que Pérez Sánchez pensaba que era de Cano y Brown de Velázquez y que hoy, gracias a Felipe Benjumea, está en Sevilla y espero que algún día en el Bellas Artes de Sevilla. La compra de la pintura al gran anticuario Charles Bailly fue algo inolvidable.

 -Fue asesor de Focus y evitó que dos de sus Murillos, Santa Catalina y las Lágrimas de San Pedro, acabaran fuera de Andalucía. El primero lo compró la Junta, ¿qué ha pasado con el segundo?

-Yo fui el ciudadano que registró la petición para que Las lágrimas de San Pedro fueran declaradas BIC, como así fue. La Santa Catalina está en el Bellas Artes gracias a Patricia del Pozo y María del Mar Sánchez Estrella, al igual que la María Magdalena de Pazzis de Cano. Sobre el San Pedro debe pronunciarse el juez concursal. Espero que el alcalde y el consejero estén siguiendo el tema para convencer al Estado y se pueda ejercer el derecho de tanteo.

-El Ayuntamiento de Sevilla no prestó los dos cuadros de Valdés Leal para la exposición antológica que usted comisarió. ¿Por qué no lo hizo?

 Así fue porque esas pinturas están colocadas en la sala capitular alta y no caben por la puerta, hay que enrollarlas con el consiguiente riesgo que eso supone para su conservación. Espero que algún día cuando el Ayuntamiento esté en ese soñado patronato se haga el gran museo de Bellas Artes que deseamos todos los que amamos a Sevilla y se integren obras de la colección municipal como ocurrió en su momento en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.

 -¿Qué le parece el proyecto de Sanz de llevar ese Museo a la antigua fábrica de Tabacos y hacer allí un centro pictórico de primer orden?

-Es una iniciativa que es imposible técnicamente, administrativamente y por razones de titularidad del inmueble.

-Sostiene que a la Bienal de Flamenco se le debería proporcionar un discurso más intelectual. ¿Cómo lo haría?

 -Creo que la Bienal de Flamenco debe ser un proyecto intelectual como una exposición lo es en sí mismo. Me refiero a saber contar una historia profunda que llegue al público y los emocione. Creo que debería haber un director artístico y un director de producción que trabajaran en equipo y los técnicos de la Bienal a los que conozco sé que están muy cohesionados y preparados. Son de las pocas plazas singularizadas del ayuntamiento.