Día internacional de la mujer
Carmen Mejías, jefa de bloque de Obstetricia del Macarena de Sevilla: «Si ser madre impide progresar, casi ninguna mujer querrá tener hijos»
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Esta sanitaria de 44 años tiene dos carreras y preside la Asociación Andaluza de Matronas: «Si mi marido no se hubiera pedido la reducción de jornada que se piden tantas madres, yo no habría llegado hasta aquí»

Carmen Mejías, 44 años, es jefa de bloque de la Unidad de Obstetricia y Ginecología del Virgen Macarena de Sevilla, en la práctica la número dos de este servicio hospitalario, en el que trabajan 140 personas. Acabó dos carreras, Enfermería y Antropología, y ... es matrona y enfermera especializada en Salud Mental. «Toda mi formación y todo lo que he estudiado, cuenta en mi trabajo y me permite hacerlo mejor, con más competencia y sensibilidad, por ejemplo, en los casos de duelo neonatal», explica esta profesional muy querida y respetada por sus compañeros en el segundo mayor centro sanitario de Sevilla.
La actual presidenta de la Asociación Andaluza de Matronas dice que ha tenido que luchar mucho para llegar a donde está, «pero como cualquier mujer que sea madre, porque sin corresponsabilidad en el hogar no habría podido avanzar en mi carrera profesional ni hacer la mitad de las cosas que he hecho y sigo haciendo».
Mejías admite que en la sanidad pública andaluza «no hay ninguna discriminación entre hombre o mujer a la hora de acceder a un puesto de responsabilidad», pero explica el problema para lograrlo es la dedicación que esto exige. «Sin un apoyo en mi hogar yo no habría podido ascender«. Comenta esta sanitaria que »cualquier hombre o mujer puede pedir una reducción de horario por paternidad o maternidad, pero lo cierto es que la mayoría de las personas que se lo piden son mujeres. Yo me considero una privilegiada porque mi marido, que también es sanitario, fue el que se ha pedido siempre la reducción de jornada para cuidar de nuestra hija, y eso me ha permitido progresar y llevar todo para adelante«.
Y lo lleva todo con tanta eficacia y responsabilidad que algunos compañeros no se creían que pudiera tener una hija de 11 años. «Mi marido me ha apoyado mucho y en los centros sanitarios públicos no hay techo de cristal, salvo el que cada uno pueda imponerse por su situación personal o familiar. Yo he contado con Fernando, y se lo agradezco mucho porque tengo muchas amigas en que ha sido al revés y ellas las que se quedaron en casa y les permitieron a sus maridos avanzar en sus empresas«.
Carmen advierte que la natalidad está disminuyendo mucho en su hospital (y en toda Sevilla, España y en casi toda Europa) y que el mensaje que hay que lanzar para revertir esta preocupante realidad es que la maternidad no coarta el crecimiento profesional. «Una encuesta reciente dice que el 82 por ciento de las adolescentes y jóvenes universitarias no quieren tener hijos y creo que eso tiene mucho que ver con lo que ven en su casa o en la calle, es decir, que muchas has madres se quedan rezagadas laboralmente respecto a los que no lo son«. Y -razona- »para que no se les quiten las ganas de tener hijos, tienen que ver que no es así y que se puede ser madre y destacar en tu carrera profesional. Por eso creo que hay que promover la corresponsabilidad en el hogar y políticas públicas que fomenten la conciliación laboral y familiar«.
Si eso no ocurre, dice Carmen, casi ninguna mujer querrá tener hijos y tendremos un problema muy grave en nuestro país. Más grave que cualquier otro.
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