El camino del Rocío más negro: accidente en la cuesta de las Doblas
El 21 de mayo de 1961, veintidós personas que viajaban de madrugada a Almonte perdieron la vida en el accidente de tráfico más trágico de Sevilla, en la cuesta de las Doblas de Sanlúcar la Mayor
Sevilla
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Iniciar sesión«Ni casualidad ni fatalidad». El suelto editorializante, sin firma, en la página 17 del periódico del 23 de mayo de 1961 daba idea de la indignación que siguió a la conmoción por los 22 muertos y 41 heridos que dejó el más trágico accidente ... de tráfico ocurrido en la provincia de Sevilla. Las circunstancias en que se produjo no hicieron sino aumentar, primero el dolor, y más tarde, la rabia entre los ciudadanos.
«Un camión se precipitó por el barranco del Guadiamar, pero, ¿cuántos otros vehículos similares, algunos de ellos viejos, y todos o casi todos sobrecargados, han podido también sufrir la misma o parecida suerte? Es evidente la tácita omisión que viene permitiendo cada año el uso de camiones para el transporte de personas con motivo de romerías y fiestas similares, pero ello es ilegal, y las consecuencias que derivan exigen en el futuro un rígido cumplimiento de las normas establecidas. Veinte muertos y cuarenta y tres heridos [dos heridos fallecieron en las siguientes jornadas] es un precio muy alto para que puedan tolerarse actos irresponsables», bramaba ABC a las 48 horas de la tragedia, cuando se fue arrojando luz sobre el fondo del barranco al que se había precipitado el camión, matriculado en Granada en 1952 procedente de una subasta oficial.
Las regulaciones oficiales (salvo en lo tocante al orden público y las ideas políticas) se tomaban de una manera muy laxa sin que la Administración tuviera capacidad ejecutiva para hacerlas cumplir. Sucedía con los viajes ilegales al Rocío en las cajas de camiones de mercancías.
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Por unas cien pesetas, cualquiera podía agenciarse un asiento. El camión siniestrado el domingo de Pentecostés había partido a las 3 de la madrugada desde la calle Parras, donde se concentraba el mayor número de viajeros, una cincuentena, a la que se agregaron trece más procedentes de Triana. Los organizadores de la excursión tenían la bodega La Bolera como centro neurálgico.
A las 4.15 de la madrugada, con gran animación popular en la caja, el camión enfiló en cuarta la cuesta de las Doblas tras pasar Sanlúcar, pero cuando su conductor, un joven de 25 años natural de Utrera y vecino de Montellano, quiso reducir la marcha, los frenos fallaron. El relato periodístico pone los pelos de punta: «La camioneta, sin que él pudiera impedirlo, a pesar de los esfuerzos realizados, tomó una velocidad que desborda todo cálculo normal, arrancó de cuajo un eucalipto de medio metro de diámetro y más de dos metros de altura, destrozó la red metálica protectora existente en la curva, rompió postes de telégrafo y teléfono y, finalmente, impulsada por la gran velocidad, recorrió en trágico vuelo una longitud de 43 metros aproximadamente, cayendo a un barranco de unos once metros de profundidad, donde quedó totalmente desintegrada».
La confusión en la calle Parras fue total. Sin medio de informarse, nadie sabía cuál de los camiones fletados había sufrido el accidente ni quiénes habían muerto en el suceso. En Almonte, las hermandades entraron con crespones negros en señal de luto: fue el Rocío más negro.
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