El suceso más grave se produjo en verano de 2021, cuando se detectó que había desaparecido casi un millón de euros de las arcas públicas. Los ciberdelincuentes lograron usurpar la identidad de la compañía adjudicataria del contrato de las luces de Navidad de 2020 y, a través de un correo electrónico, haciéndose pasar por la empresa, solicitaron el cambio de cuenta donde la Tesorería municipal debía ingresar el pago por el servicio prestado. Así se hicieron con el dinero, a través de tres transferencias distintas.
Los hechos fueron denunciados por el Consistorio en agosto de hace dos años a la Policía Nacional, cuyo equipo especializado en fraude informático se hizo cargo de la investigación. Pese a ello, el dinero no se recuperó y, al tratarse de una partida tan elevada, obligó a hacer reajustes presupuestarios.
El ataque a Tussam
Por otro lado, el pasado mes de noviembre Tussam sufrió otro 'hackeo' que hizo que quedase inutilizado tanto la aplicación móvil como los paneles de información en las paradas de autobús que avisan de la frecuencia de paso de las diferentes líneas. Entonces, se consiguió atajar pero, previamente, hubo que desconectar todos los sistemas y equipos informáticos, como ocurrió ayer. El objetivo de esa operación era analizarlos uno por uno en profundidad para detectar si el 'malware' se había quedado instalado en alguno de ellos y evitar, por tanto, que se replicase en el momento del reencendido de los sistemas.
En cuanto al suceso ocurrido en septiembre de 2019 con la Cruz de la Inquisición, cuando fueron a comprobar la grabación para identificar al autor del ataque vandálico, se dieron cuenta de que no funcionaba el sistema de videovigilancia de todo el Ayuntamiento. Edificios Municipales no arregló el sistema de videovigilancia pese al informe de la Policía.
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