testimonio
«Me empujaron con violencia contra una camilla y estuve dos meses de baja»
Una enfermera del centro de salud de Pino Montano B recibió tratamiento psiquiátrico tras sufrir una agresión
r.m.
Virginia Hernández aún recuerda con angustia los momentos de pánico que vivió en noviembre de 2013 , cuando un grupo de etnia gitana irrumpió en el centro de salud de Pino Montano B , donde entonces trabajaba como ... enfermera en el Servicio de Urgencias , exigiendo asistencia médica para un hombre que llegaba inconsciente. Virginia, junto a cinco sanitarios —dos médicos, una enfermera, un celador y otro enfermero que no estaba de servicio— fueron brutalmente agredidos por el clan.
Según relata Virginia, el personal sanitario procedió a la inmediata atención del enfermo en una sala de observación , pero rogó a los miembros de dicho grupo que abandonaran la consulta y les dejaran hacer su trabajo y que permaneciera dentro de la sala un solo acompañante. «En ese momento comenzaron las amenazas de muerte , los puñetazos, golpes indiscriminados y destrozos de mobiliario como ordenadores, teclados, sillones...». Virginia, quien entonces se encontraba atendiendo al paciente, fue también golpeada por uno de los acompañantes contra la camilla. «Me di la vuelta y un hombre me empujó fuertemente . Por fortuna, un enfermero, que ese día no estaba trabajando, nos ayudó a mí y a otra compañera a refugiarnos en una sala contigua, donde pude llamar a la Policía desde mi teléfono móvil».
Este episodio violento provocó que Virginia estuviera más de 60 días de baja laboral, tomando tranquilizantes y recibiendo tratamiento psiquiátrico en el Hospital Virgen del Rocío. Las secuelas psicológicas que sufrió hizo que «durante un mes estuviera encerrada en casa y no me atreviera a salir a la calle por miedo a ser agredida». A partir de entonces, comenzó a dar cortos paseos, siempre acompañada. Un año y medio después del incidente, no se separa de su móvil «para estar siempre comunicada» .
Virginia ha dejado las Urgencias y trabaja ahora en el centro de salud de Sevilla Este , «en horario de mañana , porque me siento más protegida», aunque reconoce que en más de una ocasión ha tenido que sufrir insultos o presenciar amenazas a los trabajadores. Esto le ha llevado a plantearse incluso a dejar la Enfermería. Además, afirma sentirse «muy decepcionada» porque aún no se ha dictaminado ninguna condena contra sus agresores y está a la espera de que se celebre un juicio .
«Me empujaron con violencia contra una camilla y estuve dos meses de baja»
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