La familia de los jóvenes desaparecidos: «Sabemos que son muchos días desde el accidente, pero queremos ser positivos»

«El barco volcó porque transportaba un tractor y se soltó. Eso descompensó la embarcación y se hundió» cuenta la hermana de los desaparecidos, Marina. Su tía Miriam, como el resto de la familia, no quiere tirar la toalla: «Tenemos esperanza», dicen. Pero no pierden de vista que ya son cinco días con los dos jóvenes perdidos. «Los niños», como les llama cariñosamente su tía pese a que tienen 34 y 36 años, «son unos aventureros tremendos, conocen la selva, han vivido mucho tiempo en Suramérica». A esa esperanza se agarran, a la fortaleza de Pedro y José y su conocimiento del terreno.

La madre parece menos entera: «Está a ratos bien y a ratos mal», explica Marina. «Pero somos positivos, ser negativos ahora no vale para nada». Mientras ellos suplican a quienes buscan en Perú que no les olviden, que les llamen aunque sea para decir que no han dejado de indagar, al otro lado del Atlántico una amiga de Pedro y Javier, Cristina, viaja a la zona del accidente para informar desde el terreno. En España, la hermana de los chicos subraya que las tareas de búsqueda no son fáciles: «Hay mucho barro, la máquina que tiene que dar la vuelta al barco no funciona y además, nos dicen, no hay buzos profesionales». Pero insiste en el mismo mensaje que su madre, que su tía, que toda la familia: «No perdemos la esperanza».