Las redes sociales nos están permitiendo descubrir realidades sin tener que movernos a ellas. Es el caso de las personas que se van a vivir a otros países y que utilizan las plataformas digitales para compartir sus descubrimientos u ofrecer consejos a quienes deciden irse ... de viaje a donde residen.
La joven cubana Brianita, conocida en redes sociales como @briana5254, ha contado en una de sus últimas publicaciones cómo funcionan las tiendas que venden en dólares en Cuba. En un recorrido por uno de estos establecimientos, Brianita revela las dificultades cotidianas de quienes, sin acceso directo a divisas extranjeras, se ven obligados a comprar productos básicos en un sistema económico cada vez más desigual.
«Tu familiar te puede poner los dólares desde el país donde se encuentre»
«Así es una tienda en dólares en Cuba. Como ustedes saben, nosotros no cobramos en dólares, cobramos en moneda nacional, o sea, pesos cubanos», comenta la joven al inicio del video. Explica que para adquirir cualquier producto en esos comercios, la mayoría de los ciudadanos debe recurrir al mercado informal. «Tenemos que comprar el dólar en el mercado informal a como esté en ese momento. En estos momentos un dólar cuesta 450 pesos», detalla.
El uso de las llamadas tarjetas en MLC (Moneda Libremente Convertible) también se ha extendido entre quienes reciben remesas. «Tu familiar te puede poner los dólares desde el país donde se encuentre», menciona la creadora de contenido, aunque advierte que ni siquiera esas tiendas garantizan una amplia oferta de productos. «Tampoco es que estén muy surtidas. Lo que más hay es chuchería, aceite, aseo, arroz, cosas así», sostiene.
Entre los precios que muestra en el video, destaca una lata de leche condensada por 170 pesos, una leche en polvo a 210 y un suavizante a 250. «Realmente los precios son bastante caros y elevados para las personas que cobran un salario mensual», lamenta. Según su cálculo, un kilo de queso gouda alcanza el equivalente a 4,500 pesos cubanos, lo mismo que gana un trabajador promedio en todo un mes. «Si compras queso, ya no compras más nada», cuenta.
Pese a los altos precios, la escasez y la inflación, la influencer cubana intenta tomárselo con algo de humor, y en el video relata cómo al pagar recibieron el cambio «con caramelitos» por falta de centavos, y termina compartiendo un momento de ocio tomando helado con amigas.
El testimonio de la joven refleja las tensiones actuales del modelo económico cubano, marcado por una dolarización parcial, fuertes restricciones al acceso a divisas y una inflación sostenida que afecta el poder adquisitivo de la población.
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