Alertan del método de cobro que han instaurado en un bar del centro de Barcelona: «Más de 30 minutos...»

Así, en los últimos tiempos se han viralizado casos de bares en los que, de repente, han empezado a cobrar por el hielo o los palillos del tapeo. También hay restaurantes que penalizan, con mayores facturas, a quienes no se acaben los platos que piden y otros locales están poniendo como norma limitar el tiempo en el que uno puede estar en el bar.

Ahora, las redes sociales han descubierto un método que unos propietarios de Barcelona han empezado a implantar y la medida es, como mínimo, novedoso y controvertido. El popular tuitero @soycamarero la explicó hace unas semanas en su perfil y la publicación se ha viralizado y generado un gran revuelo.

El local en cuestión, que está en la Barceloneta, está cobrando a sus clientes en función del tiempo del tiempo que pasen consumiéndola. «¿Qué os parece el método que usa un local de Barcelona donde el precio del café sube dependiendo del tiempo que estés consumiendo?», se preguntaba el creador de contenido en una breve publicación.

Allí mismo adjuntaba una fotografía con el cartel que parece que está pegado a la mesa de la terraza del local, para que sus consumidores tengan claras las condiciones. Estas no dejan duda ya que las consumiciones tienen un precio, que se incrementa considerablemente si se está más de media hora o más de una hora.

Así, un café con leche, por ejemplo, cuesta 1,65 euros pero si el cliente pasa más de 30 minutos sube a 2,5 euros y si se ocupa la mesa más de una hora, 4 euros. Las tarifas 'infladas' por el tiempo se repiten si se pide un cortado, café solo o té. La cuestión, como no podía ser de otra manera, ha generado un gran revuelo.

«Que pongan parquímetro en las sillas...», ha sido una de las reacciones más aplaudidas entre los seguidores, mientras que otros recuerdan que otros negocios intentaron medidas similares y «les salió rana. Espero que cierren». También hay quien apunta que «si está puesto en una tabla de precios me parece bien» ya que es su negocio y pueden hacer lo que quieran mientras informen al cliente.

Hay más. «Una cafetería vive de las rotaciones altas a la hora de consumir», explica otro usuario, que añade que los precios, para muchos que van a leer, estudiar o trabajar al bar, son baratos en comparación con un coworking. En una línea similar, hay quien recuerda que «desde un punto de vista económico está claro que hay bares donde el coste principal es la ocupación de silla, no el café».