Sonsoles Ónega cuenta todos los detalles del momento 'tierra trágame' que pasó entrevistando a Paulina Rubio

Motos empezó fuerte la entrevista, planteando cómo se toma la periodista la guerra de audiencias. «A las 8 menos 10 de la mañana ya estoy con un ojo abierto actualizando el WhatsApp esperando recibir los datos», contó.

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El conductor de 'El Hormiguero' sabe bien lo que se siente al ser examinado todos los días. Para que los espectadores lo entendiesen, sacó el minutado de las audiencias del programa de la noche anterior. «Es como si todos los días te hicieran un juicio en el que eres culpable o inocente. Todos los días de tu vida. Te cambia hasta el humor», concedió la invitada, a lo que su compañero de cadena recalcó que «esto es la verdadera tele, es para volverse loco».

Después se interesó por el cambio que ha experimentado Sonsoles Ónega de la mañana a las tardes. Según ella, es más difícil su franja actual. «Primero, porque llega todo el pescado vendido. Si lo hemos visto en Sandra Golpe y en Susanna Griso me vale regular, a no ser que una evidencia como el apuñalamiento del chaval en el instituto de Jerez. Hay que darlo y seguir con el tema porque siguen pasando cosas. Si no todo te suena ya contado», relató.

En segundo lugar, hay muchos rivales u oferta para los espectadores. «No está claro para lo que compites; puedes tener una serie, un magazine, fútbol… Ayer hubo un partido en una cadena de pago y nos robó 11 puntos». Además, bajo su punto de vista, la tarde es más sosegada, un ritmo que a ella todavía le cuesta.

Además, preguntada por el momento más surrealista que ha vivido en 'Y ahora Sonsoles' en este año de andadura, la presentadora no dudó en remontarse a la visita de Paulina Rubio. «Me acuerdo que entró y me dijeron 'que se quite las gafas'. Y yo dije '¿cómo voy a decirle que se las quite? ¿Y si viene sin maquillar? ¿O tiene un orzuelo?'».

Pero la cosa no quedó ahí. En un momento dado, la cantante aseguró que «Rocío Jurado es mi hermanita, justo estaba hablando con ella que venía llegando de un ave, yo la quiero mucho». Sonsoles no puso en duda al principio que de verdad la mexicana tenía contacto con la artista fallecida, pero en realidad se refería a su hija, Rocío Carrasco.