Pepi ha empezado por el tema del contrato, afirmando que «no me dio de alta en la seguridad social hasta que ocurrió un percance, un accidente laboral, y fue ahí que él, Julián Muñoz, me dio de alta. A ella se ve que no le gusta cotizar por el trabajador, ni pagar seguros sociales ni nada». Junto a esto, el sueldo: «Os he enseñado una de las nóminas, por 800 euros de base, ¿eh? Y eso, cuando trabajas tanto como yo lo hacía, pues se sale de lo justo».
Este es el siguiente punto que ella denunciaba, las horas que dedicaba al servicio de la artista. «No tenía horario. Disponible 24 horas, sin vacaciones, disponible como una farmacia 24 horas. Nunca tuve un horario fijado como tal. Y bueno, me llamaba a deshoras. A las 4 de la mañana porque se le antojaba un Cola Car o cuando se le rompía la tele... ¡Para todo!». Ha añadido que «se hacía más actividad de noche que de día. Yo viajaba con ella en las giras, porque me ocupaba del vestuario, así que era entrega absoluta con Isabel».
Pepi Valladares es así que ha afirmado rotunda: «No echo de menos ni un solo día en esa casa». Le han preguntado por el hermano de la tonadillera, por Agustín Pantoja. «¿Y él también te llamaba? ¿Tiraba de ti?», le han comentado. Ella ha dicho que «no, que era solo para Isabel. Agustín estaba toda la noche con el ordenador y sus cosas y la verdad es que no me pedía nada». Otra de las cuestiones que rondaban a los tertulianos era si ella «comía igual que Isabel, que la jefa». Pepi ha confesado que sí, que allí todos tenían lo mismo en el plato. «Eso está muy bien, oye, que podía ser de otra manera», han sentenciado Paloma Barrientos, que estaba en directo en plató.
Pepi Valladares era una más de la corte de asistentes y empleados personales de Isabel Pantoja. Ha recordado a un matrimonio que estaba también con ella, «internos, para ocuparse de las cocina y de los quehaceres domésticos».
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