Pablo Motos desvela la impactante encerrona que le preparó C.Tangana: «Fue un 'shock'»

'La guitarra flamenca de Yerai Cortés' es el título que recibe la opera prima de Antón Álvarez, el nombre real de C. Tangana, quien introdujo al que considera su «músico favorito de todos los tiempos». «El que haya venido a algún show mío le conocerá, porque en la última gira participó con nosotros. Yo le conocí en una fiesta una noche y me quedé impresionado con cómo tocaba, pero también con su personalidad. Tiene algo muy particular que se puede juntar con alguien como yo, pero también con gente muy purista dentro del flamenco», aseguró.

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Esa cualidad le llamó mucho la atención al madrileño. Y a raíz de ahí, «empezamos esta aventura que es la peli después de tres años y pico con ella». Sin embargo, el proyecto empezó con otra perspectiva. «Yerai quería mostrar en un disco un flamenco vivo, no grabado en el estudio. Y en un principio la idea era que la película fuese muy musical. Finalmente la película tiene música, pero hay más de la parte conceptual de Yerai de querer llevar la vida dentro del disco. Eso nos ha llevado a un viaje por las personas, los conflictos de su vida, y por un montón de aventuras», detalló también Pucho.

Por su parte, el guitarrista aclaró que no es un documental de flamenco, sino de amor, de la vida...». En definitiva, «habla de las cosas que todos soñamos con hacer».

A lo que Motos agregó, para abrir boca, que «hay un secreto que hace que todo vaya cogiendo peso y te vaya encogiendo el corazón cada vez más». «Pero para descubrirlo, hay que ir a ver la peli», añadió. No sin antes adelantar que contaría al final de la entrevista la encerrona que el artista le había preparado cuando fue a ver el documental. «Me manda un mensaje Pucho y me dice que ha hecho su primera película, que fuera a verla, me dijo que viniera al estudio, que hay que verla con buen sonido. Total, que fuimos allí. Empezamos a verla y al principio pensaba 'qué está haciendo', porque ninguno esperábamos que estuviera haciendo eso», comenzó a contar.

«Hay un momento que es el secreto, que no podemos contar. Y luego hay un momento que es la carta, y al escuchar la carta, nos pusimos los cuatro que estábamos viendo la película a llorar como si no hubiera una mañana», confesó el presentador, que no escatimó en detalles al contar la anécdota. «Estábamos todos buscando kleenexs, absorbiendo mocos, escondiéndonos los unos de los otros. Se acaba la película y abre la puerta y aparecen los protagonistas. Como si nos hicieran un 'Sorpresa, sorpresa'. Y te quedas, 'me cago en la puta, que estoy llorando'. Yo lo que quería era seguir llorando, honestamente. Fue un 'shock'».