El maquillador de las estrellas sorprende al descubrir la cara oculta de una de las famosas más queridas de España

De estas personas guardan infinidad de recuerdo, «la mayoría bonitos» aunque alguno que le ha dejado con mal sabor de boca. Sonsoles Ónega le ha preguntado cuál fue más complicado: «Sin duda alguna con Carmen Sevilla. ¡Me trató como un trapo!». Narró un momento en el que él acudía a maquillarla para la aparición de la cantante en un periódico catalán y ella no se tomó bien las indicaciones de Mon, pues ya se había maquillado ella en casa. »Fue horroroso, en serio. Solo cuento mi experiencia, cuidado».

De las demás, maravillas, especialmente de Isabel Gemio. Mon Romano ha recordado cómo la presentadora, justo cuando se había separado de Nilo Manrique, le ofreció una mano amiga porque lo estaba pasando fatal. «Yo tenía lambién una situación delicada y ella empatizó conmigo y me ofreció irme a vivir con ella, solo que no lo vi bien porque sabía que se iba a hablar de ello en prensa».

Otros recuerdos especiales los que conserva con Rocío Jurado, que siempre iba acompañada de su cuñada, Rosa Benito. Esta la peinaba y «le hacía las uñas y yo la maquillé y fue un encanto, un placer trabajar con ella». Al igual que con Rocío Dúrcal, «una persona excepcional«.

Entre sus clientes tanto hombres como mujeres, así han nombrado a Papuchi, el padre de Julio Iglesias, y a Andrés Pajares. La mujer de Mon Romano, que también se dedica profesionalmente al maquillaje, dice que le pidieron que lo maquillara y que él empezó a quejarse porque se había puesto Botox y no le había quedado bien. «Me dijo, ¿pero te has dado cuenta de los chorizos que me han dejado aquí, lo mal que se ve?», le comentó el actor.

Una vida dedicada a esta profesión e infinidad de recuerdo. Mon Romano y su pareja siguen en activo y se recorren España prestando sus servicios y con un currículum de alto nivel, con grandes artistas y famosos entre sus clientes frecuentes.