Javier Nart sentencia a Trump y su opinión salpica a Obama: «Es de una obscenidad ética que avergüenza tener aliados así»

En su turno de palabra, para responder a esto que le refería la presentadora, Javier Nart ha sido contundente al referirse al máximo mandatario estadounidense. Lo ha tildado de «espécimen zoológico» y ha definido como «extraordinariamente grave» las medidas que está tomando y cómo empieza a controlar «también el poder judicial y eso es muy problemático y grave. Lo que nos queda para garantizar nuestras libertades es la independencia judicial».

Nart ha apuntado sobre lo dicho por Trump en relación a las cárceles de Bukele, en El Salvador, mostrándose «totalmente a favor» de la deportación de estadounidenses que sea «gente realmente mala». Javier Nart, en relación a esa referencia del presidente de EE.UU., destaca que «ese es un mensaje puramente interno, para transmitir a la ciudadanía que va a vaciar Estados Unidos de delincuentes peligrosos, de violadores y comedores de perro, que es lo que dice que hacen los inmigrantes». «Es un lenguaje de una obscenidad ética que avergüenza tener aliados así, de esta especie», ha sentenciado.

Al comentar sobre las cárceles de El Salvador, su opinión ha terminado salpicando a uno de los expresidentes más populares de Estados Unidos, Barack Obama. El exeurodiputado ha recordado cómo le dieron el Nobel de la Paz, «pese a que él mantuvo Guantánamo. Y cualquier presidente que mantenga un sitio como este está cometiendo un delito de secuestro, de verdad. Pero ahí está, Obama, Premio Nobel de la Paz, lo que evidencia que las cosas no son tan lineales. Te encuentras una gran cantidad de mierda en muchísimos lugares…».

Nart ha terminado dando «a Dios gracias de que la presidencia dura cuatro años y cuando pase este tiempo Trump se irá a la calle». El colaborador, como se apunta anteriormente, es uno de los tertulianos de cabecera de 'Todo es Mentira'. Entre sus participaciones en el programa resultó especialmente sorprendente para la audiencia el día en el que confesó a Risto Mejide que había sufrido «abusos sexuales a los siete años en un colegio religioso».